Comprender al adversario
Muchas batallas se pierden por no haber comprendido bien al adversario a quien se pretende combatir. No deberíamos ceder a la tentación de recurrir demasiado a la irracionalidad o a la patología para explicar los comportamientos políticos que detestamos porque de este modo nos estamos privando de entender lo que de lógico haya en ellos y dificultando así el combatirlos. Pasar de la discrepancia al menosprecio y al desprecio suele ser la fuente de muchos errores propios.
También aquello contra lo que se pretende luchar ha de ser comprendido. Y a ser posible debemos hacer ese esfuerzo antes de que sea demasiado tarde, cuando ya solo cabe lamentarse de no haberlo hecho antes.… Seguir leyendo »