Política Exterior (Continuación)

Fuera de juego. España necesita recuperar cuanto antes su lugar entre los países que ambicionan una Unión Europea fuerte y relevante en el mundo. Joaquín Almunia, diputado del PSOE (LA VANGUARDIA, 26/09/03).

Por Mikel Buesa (ABC, 21/05/03).

Los terribles atentados de Casablanca, con sus secuelas de muerte y destrucción que han afectado directamente a más de un centenar de seres humanos, han recibido una especial atención en nuestro país, pues no en vano uno de los escenarios de ese apocalipsis se ha situado en la Casa de España, donde han perecido o han salido heridos varios compatriotas. Pero éste no ha sido quizás el motivo principal de aquel interés, pues por medio ha terciado la contienda electoral y, con ella, la instrumentalización del acontecimiento para sustentar, principalmente desde la izquierda, la crítica al partido del Gobierno.…  Seguir leyendo »

Vicente Molina Foix es escritor (EL PAÍS, 10/05/03):

¿Repartirá el Gobierno de Aznar a la policía una baraja española con el rostro de los 52 manifestantes anti-Bush sospechosos de no estar lo suficientemente en contra de Castro? Me parece que en el desbarajuste siguiente a la caída de Bagdad, en el que -desde luego- están sucediendo tragedias mayores, ese episodio de las cartas distribuidas a las fuerzas de ocupación para que, mientras juegan al póquer en los descansos, se les queden las caras de los hombres most wanted, ha pasado un poco desapercibido. Espero no ser el único al que le resulta una humillante, injuriosa, prepotente -aunque grotesca- manera de establecer un protectorado amistoso (todo en esta guerra ha sido friendly: el fuego a diestro y siniestro, los cigarrillos al vencido, y ahora las barajas de pega o chiste).…  Seguir leyendo »

Por José Luis Álvarez, ex ministro de UCD (ABC, 21/04/03):

La guerra de Irak, que ha tenido unas buscadas repercusiones en la política interior española, muy inferiores a las de los demás países europeos, está prácticamente terminada y es quizá éste un buen momento para hacer unas cuantas reflexiones.

La guerra, toda guerra, es un horror, una catástrofe. En toda guerra, se producen barbaridades, errores, injusticias, y mueren muchos inocentes (y a los españoles les ha tocado sufrir la muerte injusta de dos jóvenes periodistas españoles, uno por cada bando).

Es natural, por esa misma naturaleza odiosa de la guerra, que haya muchísimos españoles de buena fe, con independencia de sus preferencias políticas, que hayan reaccionado en contra de la guerra y del gobierno español por entender que no debía haber apoyado a USA en su política respecto a Sadam Husein.…  Seguir leyendo »

Por Miguel Herrero de Miñón, miembro de la Real Academia de Ciencias Morales y Políticas (EL PAÍS, 16/04/03):

Las guerras son la continuación de la política por medio de la fuerza y, por ello, además de valoraciones éticas y jurídicas -muy negativas en el caso del reciente ataque contra Irak, según todas las autoridades morales, empezando por la Iglesia católica, y legales que han opinado sobre ella-, merecen, también, una valoración estrictamente política. Esto es, atendiendo al "interés" del Estado que en ellas toma, de una u otra manera, parte y no hay interés estatal mayor que la integración del propio cuerpo político.…  Seguir leyendo »

Por Álvaro Delgado-Gal (ABC, 16/04/03):

Cada nación se ve enfrentada a desafíos proporcionales a las hazañas o fechorías que ha cometido. Para los USA, o incluso para Gran Bretaña, la posguerra iraquí ofrece perfiles y puntos de fuga de índole geoestratégica: ¿qué papel se va a reservar a la ONU? ¿Cómo se administrará el petróleo? ¿De qué manera se influirá en los regímenes de la zona? ¿Cómo se armarán los mimbres de un futuro gobierno en Irak? Y así de corrido. Son cuestiones políticas, y al tiempo técnicas. Nos remiten, figuradamente, a una mesa de laboratorio sobre la que están dispersos cachivaches y piezas varios, que se tiene el propósito de ensamblar con este fin o el de más allá.…  Seguir leyendo »

Por Valentí Puig (ABC, 13/04/03):

Una mudanza en el horizonte de la política exterior requiere, a inicios del siglo XXI, de tanta complejidad como de pedagogía. Esas mudanzas no se hacen con quimeras ni con improvisaciones porque es en este terreno donde las naciones se juegan sus intereses económicos, su seguridad y su prestigio cultural. Casi siempre lo más aconsejable es el evolucionismo, el contraste de la experiencia histórica con los escenarios futuribles. De forma dramática, en estos instantes la experiencia del pasado parece insuficiente para abarcar la totalidad del nuevo panorama planetario, todavía más agitado por el derrocamiento del régimen de Sadam Husein.…  Seguir leyendo »