La casa incendiada
Desde que me trasladé a vivir a Londres hace más de un año, he visto a una mujer arrojar un gato vivo a un cubo de basura porque sí; a un grupo denominado Partido Socialista de los Trabajadores manifestarse contra el Royal Bank of Scotland, que es de propiedad pública en un 84%, y a un hombre arrojar una tarta de espuma de afeitar a un magnate de los medios de comunicación derrotado dentro de un edificio oficial.
Los estadounidenses, en general, se habrán quedado asombrados y horrorizados al ver a unos alborotadores enmascarados y con capuchas recorriendo Londres, volcando coches, quemando tiendas de muebles de cien años de antigüedad y saqueando comercios como si fueran de compras: incluso se probaban la ropa que iban a robar.… Seguir leyendo »