La UE sigue caminando
La UE renuncia con suma facilidad a defender valores o principios generales y, al contrario, sufre enormemente a la hora de seguir sus propios principios. De ahí que en no pocas ocasiones tienda a estar más cerca de los intereses que de los principios. El equilibrio entre unos y otros siempre estará determinado por la intensidad y la heterogeneidad de las preferencias de los Estados miembros y por la capacidad de la Unión de acomodarlas ofreciendo alternativas coherentes entre políticas e intereses. En el apasionante proyecto europeo encontraremos siempre mecanismos institucionales que fomentan la congruencia entre principios e intereses (posibilidades de negociar indefinidamente en el tiempo y de entrecruzar sin problemas las políticas sectoriales y los pagos que las deben mantener) y otros que la debilitan (heterogeneidad de intereses y coaliciones, derechos de veto en los procesos de toma de decisiones, múltiples niveles de autoridad y gobierno).… Seguir leyendo »