¿Puedo tocarle el pecho izquierdo?
En Una súplica para Eros, ensayo que Siri Hustvedt publica por primera vez en 1997, la autora sondea los límites de un debate que hoy está especialmente vigente. Escribe: “El feminismo norteamericano siempre ha tenido una rama puritana, una ceguera impuesta a la verdad erótica”. Y: “La libertad sexual y el erotismo no son idénticos; de hecho, la libertad puede minar lo erótico, porque el que no haya barreras es excitante solo si acabas de derribar la puerta”.
Dos preguntas enredadas en una: ¿qué posición ocupa el deseo en los discursos feministas, cuál debería ocupar? ¿Qué hacer con la tensión entre la voluntad de crear un marco sexual libre de violencia y, al mismo tiempo, la voluntad de mantener ese marco libre de restricciones que coarten el flujo incontrolable, a menudo incomprensible, del deseo?… Seguir leyendo »