¿Chamberlain, Carlos IV-Godoy o Quisling?

En la acabada semana han sucedido dos cosas que nos quieren hacer pasar por anecdóticas, pero que, de hecho, suponen dos clavos más en el ataúd de una España integrada de ciudadanos libres e iguales. Una es la disparatada e inmoral decisión de aguar hasta el ridículo el delito de secesión para que actuales golpistas puedan ejercer su crimen contra la ciudadanía española con total impunidad la próxima vez, ya que la están preparando sin ningún pudor. O mejor dicho, preparando con la complicidad del Gobierno del Doctor Sánchez. Queda cómica o patética la mentira habitual que justificaría esa medida para “alinearnos” con “Europa”. ¡Ojalá los golpistas ensoñadores hubieran recibido el castigo habitual en las democracias para los secesionistas y golpistas incruentos!

Otra es la decisión política de que existan federaciones deportivas autonómicas que puedan participar en torneos internacionales representando exclusivamente su región (y su bandera regional) y enfrentándose si procede a la Federación Española de turno, es decir españoles enfrentándose a españoles. Para los “astutos insidiosos” que quieren banalizar el tema diciendo que ya ocurre con las selecciones británicas de rugby o balompié, les indicaremos que jamás una selección regional, escocesa, norirlandesa, galesa, se enfrenta a la selección de Gran Bretaña, sino que se enfrentan entre sí. Vamos, como si El País Vasco se enfrenta a La Rioja, por un decir, pero jamás a España. Eso solo podría suceder en el caso de Gibraltar, pero resulta que Gibraltar es oficialmente una colonia, no creemos que Las Vascongadas puedan considerarse una colonia…Pero esa excusa como otras de que si son deportes minoritarios, o “arraigados” ( resultaría que en Navarra no tiene arraigo la pelota…), o sin reconocimiento internacional o el “sursum corda”, abstrayéndose del contexto español, de la intencionalidad manifiesta de los separatistas, de la base racista del aranismo secesionista, etc…, son una tomadura de pelo intelectual. Esa medida es abrir una puerta conceptual grandísima a mayor desguace de la convivencia en España, a mayor enfrentamiento entre españoles y a la desaparición de una España de iguales. Sin vuelta de hoja.

Ante estas situaciones observamos entre personas lúcidas tres grandes posiciones. La primera sería que el Doctor Sánchez no se da cuenta de la real trascendencia de sus decisiones a medio plazo y realmente cree que dichas decisiones son lo mejor para el bien común de los españoles. Sería digamos, la figura de Chamberlain en Munich: asegurar la paz y confort a corto cediendo lo intolerable. Buenas intenciones que costaron millones de muertos…. La opinión más extendida, sin embargo, es que Pedro Sánchez esté actuando cual maquiavélico príncipe, de espaldas al pueblo, tomando decisiones lesivas pero eficaces para seguir en el poder gracias a aliados letales; en este caso para poder exhibir que es capaz de sacar unos Presupuestos que le aseguren su continuidad. Sería, digamos, la posición Carlos IV-Godoy. Pero, con la verdad por delante, se está planteando una tercera interpretación de los hechos. Esa sería que Pedro Sánchez, justo al contrario de la posición anterior, estuviera utilizando la excusa de los Presupuestos para desarrollar su proyecto de descomposición de una Nación de ciudadanos iguales en una confederación asimétrica y desigualitaria. Paso previo a la extinción. Las cesiones a los destructores de España son de gran calado deletéreo y conceptual, en cambio unos improbables e incumplibles presupuestos tienen una relevancia relativa frente a la prolongación de un año de los actuales. Por lo que es plausible que las nuevas e importantes complicidades con secesionistas de todo pelo sea un desarrollo voluntario de la estrategia de descomponerEspaña en una indefinible Nación de naciones implosionada.Sería un caso asimilable a Quisling.

No osamos decidir cuál de las tres visiones del Doctor Sánchez acierta, Uds. sabrán. Puede que haya incluso otras alternativas. Lo que sí sabemos es que la Historia enseña que todas acaban muy mal y aseguran grandes sufrimientos. Y eso nos preocupa hasta a los viejos del lugar. O tal vez sólo a los viejos del lugar, y ese es otro problema.

“Coda a modo estrambótico”: Cuando Daladier llegó al aeropuerto de Paris tras pactar con Hitler en Munich, le esperaba una manifestación como no recordaban los tiempos, sobre todo de jóvenes, alborozados porque había asegurado, con Chamberlain, la paz definitiva. Era 1938. Y Daladier comentó a su sequito :”Ah! Les cons”

Por Enrique Calvet Chambon, ex europarlamentario y Presidente de ULIS.

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