China mira con frialdad al dinero caliente

En China se siente la presión del ingreso a gran escala de capitales de corto plazo: su Administración Estatal de Divisas (AED) emitió un aviso a principios de mayo en el que describió un conjunto de medidas dirigidas a controlar el «dinero caliente» y reducir los riesgos externos. Las nuevas normas son ciertamente fundamentales para administrar la rápida apreciación del yuan y garantizar la exactitud de los datos comerciales. Pero, ¿serán suficientes?

Diversos datos dan cuenta de la monumental escala de los flujos entrantes. En el primer trimestre de este año, las compras de divisas por bancos chinos se dispararon hasta alcanzar una cifra récord de ¥1,2 billones ($195 miles de millones) –más del doble que el total del año pasado. Esas compras aumentaron aproximadamente ¥294,3 miles de millones entre marzo y abril, el quinto mes consecutivo de crecimiento.

Durante el mismo período, las reservas de divisas chinas incorporaron $128 mil millones –el mayor aumento trimestral desde 2011, equivalente al aumento total en 2012– y alcanzaron los $3,4 billones. Dado el superávit comercial chino de $43 mil millones y los $30 mil millones en inversión extranjera durante este período, los ingresos de capitales deben haber sido un factor significativo.

Además, desde principios de este año, las transacciones valet en divisas de los bancos chinos (compras de moneda extranjera que efectúan los bancos representantes para sus clientes y a cuenta propia) han superado las ventas correspondientes, por lo que se mantuvo un gran superávit: un indicador adicional de mayores ingresos de capitales. La diferencia, que los bancos compensan mediante transacciones en el mercado interbancario de divisas, tiene un impacto significativo sobre las reservas chinas en moneda extranjera, pero no equivale a su cambio durante el mismo período.

Según la AED, el intercambio por personas e instituciones de moneda extranjera por yuanes alcanzó los $152,2 mil millones en marzo a través de los bancos chinos; las compras de divisas a instituciones financieras llegaron a $107,6 mil millones. Como resultado, el superávit de los bancos en moneda extranjera alcanzó los $44,6 mil millones, un 38 % más que en febrero, y marcó el séptimo mes consecutivo en que las transacciones de bancos a clientes crearon un superávit.

Las consecuencias de los flujos de capital anormales a China son cada vez más visibles, especialmente en los mercados de divisas. A pesar de un crecimiento más lento del PBI –actualmente de solo el 7,7 % anual– el yuan se ha apreciado rápidamente y alcanzó una paridad récord de 6,2082 contra el dólar estadounidense a principios de mayo.

Sin señales de mejora en los aspectos económicos centrales, el rápido aumento del yuan debe estar relacionado con sustanciales ingresos de divisas. Como la tasa de interés de referencia china actual es mayor que la tasa comparable en Estados Unidos, las personas e instituciones tienen incentivos para mantener sus activos en yuan y sus deudas en dólares. La ronda actual de flexibilización monetaria en curso en muchos países avanzados, junto con fuertes expectativas de apreciación del yuan, también están alimentando la especulación cambiaria, presionando aún más la tasa de cambio al alza.

Las nuevas normas de la AED buscarán desviar esta tendencia imponiendo, por primera vez, límites a las posiciones abiertas netas en manos de los bancos chinos con relaciones entre créditos y depósitos (RCD) en moneda extranjera que superen el 75 % y para los bancos extranjeros con RCD por encima del 100 %. Y una RCD mayor en moneda extranjera implicará mayores restricciones sobre las posiciones largas en yuan. Como proporcionarán un incentivo a los bancos para mantener más depósitos en moneda extranjera en relación a sus créditos, las nuevas reglas impulsarán al alza el precio de los créditos en moneda extranjera, disuadiendo así a las empresas de usar créditos en dólares para especular con la apreciación del yuan.

Si bien las normas no entraron en vigencia hasta el 1 de junio, su impacto se sintió inmediatamente. El yuan abandonó su tendencia ascendente respecto del dólar estadounidense el 6 de mayo, con un cierre en 6,1667, 112 puntos básicos por debajo de la ronda anterior –la mayor disminución desde diciembre pasado. El mismo día, los mayores controles a los ingresos de capitales causaron que el yuan extraterritorial cerrara en 6,1790 contra el dólar estadounidense, con una baja del 0,4 % –la mayor caída desde enero de 2012. Esto sugiere que las medidas lograrán contener la presión al alza sobre el yuan.

Simultáneamente, las nuevas normas buscan poner fin a la práctica empleada por muchas empresas de canalizar capital hacia China oculto como compras comerciales. Mediante la sobrefacturación de las operaciones de exportación para ingresar moneda extranjera –mayormente dólares estadounidenses– a China, las empresas han evadido los controles de capital y distorsionado las estadísticas comerciales. Para transformar los fondos en salidas de yuan, las empresas luego aumentan la escala de los pagos en yuan para los intercambios transfronterizos. En marzo y abril, los pagos comerciales transfronterizos en yuan aumentaron ¥412,8 mil millones, una suba del 57,6 % interanual.

Las crecientes discrepancias entre los datos de comercio internacional y portuarios han sembrado dudas sobre la confiabilidad de estos últimos. El año pasado, las exportaciones chinas aumentaron aproximadamente el 6,2 % y el procesamiento de contenedores realizado en los puertos chinos de gran escala aumentó el 6,8 % interanual.

Por el contrario, en el primer trimestre de este año, el comercio internacional chino aumentó a $974,6 mil millones, lo que refleja un crecimiento mayor que en 2012, mientras que los puertos chinos completaron el procesamiento de 800 millones de toneladas de cargas, que representaron una tasa de crecimiento 4,2 puntos porcentuales menor que en el mismo período del año pasado. En marzo, el tráfico de contenedores en los puertos chinos de gran escala fue de 15,29 millones de TEU (unidades equivalentes a veinte pies), con un crecimiento intermensual 1,7 puntos porcentuales menor que los dos meses anteriores.

Claramente, los datos del comercio se han visto inflados por las transacciones falsas de las empresas para ingresar capitales al país. Las empresas saben que mientras el dinero caliente pueda llegar a los bancos continentales a través de Hong Kong, pueden esperar rendimientos libres de riesgo de más del 2 %. Considerando la reciente apreciación del yuan, la tasa de retorno podría llegar al 3-4 %.

Según las nuevas normas, la AED emitirá un aviso a los diez días de detectar que los flujos de capital de una empresa no coinciden con sus envíos físicos. Esas empresas serán controladas más intensamente durante al menos tres meses, hasta que los datos relevantes vuelvan a la normalidad.

Solo nos queda esperar que estas medidas sean suficientes para que los datos de las exportaciones chinas vuelvan gradualmente a la realidad. Como mínimo, las nuevas medidas son un paso importante hacia la gestión mejorada de los flujos de capital transfronterizos, que muy probablemente beneficiará significativamente la transformación y reestructuración económica china.

Zhang Monan is a fellow of the China Information Center, a fellow of the China Foundation for International Studies, and a researcher at the China Macroeconomic Research Platform. Traducción al español por Leopoldo Gurman.

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