Choque de civilizaciones

Por Francisco Rodríguez Adrados de las Reales Academias Española y de la Historia (ABC, 25/05/04)

Se ha puesto de moda motejar a Huntington y su «choque de civilizaciones». El progre dice eso de que son pobreza e injusticia las que traen el terrorismo. La famélica legión. Sin embargo, hay pobreza, hay injusticia, pero los autores del 11-IX, el 11-III, el 7-VII y tantos otros crímenes, no sufrían eso. Y utilizaron la técnica y el dinero de Occidente contra Occidente. ¿Por qué?

Por odio. Algunos musulmanes se sienten amenazados -y agreden. Para ellos Occidente (judíos, rusos, indios incluidos) les ha expulsado de sus tierras legítimas: las de España, Sicilia, Chechenia, Israel, Cachemira, Filipinas, etc. Históricamente, ellos habían invadido antes.Pero no es esto lo peor. Toda una cultura, toda una sociedad se sienten invadidas por la técnica, la medicina, las artes, la economía, la libertad, la igualdad de las mujeres, el laicismo. Todoel que escribe una novela o pinta un cuadro o es demócrata en el mundo árabe, occidentaliza sin querer.

Nos necesitan: y nos odian. Terrible drama. Situación difícil la de los gobernantes musulmanes «moderados». Tratan de adaptarse a Europa y América, lo necesitan. Pero les apunta el cañón del rifle. Hay mil historias, la de Anwar Sadat de Egipto es la más conocida. Y la de Sharm el Seij, anteayer.

No, por Dios, no estoy diciendo que Islamismo sea sinónimo de terrorismo. Pero la suya es, en lo esencial, una sociedad cerrada, teocrática, que se siente amenazada. Su franja lunática se estremece, se dispara. Los demás fluctúan entre la tradición y la modernidad. Y tienen miedo. Como lo tenemos, ante el desmadre reinante, los que en Occidente tratamos de mantener unos valores heredados. Pero respetamos los límites.

Es antigua esa agresión. Los mártires asesinos son un invento de los chiítas del siglo XI y ya en el XVI los Barbarroja y demás piratas turcos habían inventado el moderno sistema del secuestro. Recuerden a Cervantes.

Los terroristas tienen la batalla perdida, como la tiene el Islamismo fundamentalista en general y la tuvo o tiene el Cristianismo fundamentalista: salvo que acepte, como la línea central del Cristianismo, los valores de la libertad y la democracia -con todos sus riesgos. La occidentalización es imparable.

Pero, entre tanto, ahí están los terroristas. Y su base: los musulmanes semioccidentalizados, antioccidentales de Arabia, Alemania, España, Inglaterra, Francia. Porque el musulmán aislado es un ser humano como otros, eso se ha visto mil veces. Pero encuadrado por sus imanes y sus mezquitas es un riesgo que Europa no habría debido aceptar. Viven de Europa y América y del dinero que reciben (por su petróleo o su trabajo) sacan las armas asesinas. Son una minoría, pero demasiado grande, demasiado bien arropada.

Un poco de historia es necesaria: hoy se sustituye por varias paparruchas. Muchos la oyen con disgusto. La verdad es amarga.El Cristianismo, nacido de una escisión del judaísmo, fracasó en Israel, pero creció en la diáspora judía helenizada de Egipto, Siria, Roma, otros lugares. Frente al desmadre social y ético de tantos griegos, orientales y romanos, a su falta de fe e íntima inseguridad, sentó una nueva Verdad. Un Salvador, un mandato de amor, el Bien y el Mal, el Paraíso y el Infierno, el Perdón, una vida reglada. Libertad y democracia, ciertamente, cero. Y abominaron del teatro, de mil inventos de los griegos (que luego han vuelto).

Más tarde, el Cristianismo se asoció con el Imperio, se creó, con Constantino, una verdadera teocracia simbolizada por la concordia del Emperador y el Papa. El poder venía de Dios, se obedecía, ningún problema mental. Todo esto, más o menos, pasó a la Edad Media, a cada reino: a celtas, germanos, eslavos, etc.

Pero fue liberalizándose poco a poco: es una larga historia, me tienta escribirla, pero no aquí. Platón y Aristóteles y los griegos en general(no todos, ciertamente) fueron clave en esa inflexión. Y la libertad y la nueva creatividad crecieron, ya se sabe, en la Edad Media, en el Renacimiento, luego, ahora mismo. Hubo choques terribles entre Cristianismo y mundo nuevo. Pero al final, entre mil problemas, hoy existen un Cristianismo y un Socialismo y un Conservadurismo democráticos, entre otros «ismos». En estas estamos, mejor o peor, según fechas y lugares.

Pues bien, a lo que voy: nada de esto en el Islam. Constituyó, en el siglo VII, otra reacción conservadora frente a una sociedad declinante. Otro Monoteísmo, muy rígido, con el Bien y el Mal, el Cielo y el Infierno, la Teocracia. Con diferencias, por supuesto. Pero sobre todo una: no invadió el mundo desde dentro aprovechando sus debilidades, como el Cristianismo, lo conquistó desde fuera con la espada.

De diálogo, alianza de civilizaciones, «todos somos andaluces», poco. Un gran intercambio, sí, de elementos materiales, pero ideológica y socialmente, Occidente e Islam se dieron las espaldas.Lo esencial: el Islamismo jamás se asimiló, como tantos pueblos y religiones, a la tradición greco-romana, la que hizo posible la apertura de Occidente a una nueva sociedad, a una literatura y un pensamiento más abiertos. Jamás. Pese a los influjos helenizantes en los siglos del VIII al X u XI, occidentalizantes desde el XIX, en su línea central los musulmanes han mantenido un pensamiento conservador estable, teocrático.

El del siglo VII, digamos. El siglo más estéril de la Historia (no en el caso de España). Para desdicha de todos. Imposible, salvo excepciones, la asimilación a la línea helénico-occidental de la historia. Este es el choque: es necio negarlo.

Porque se habla mucho de los califas ilustrados - Harum al Rashid, Al Mamún, Al Mansur, los fatimíes de Egipto- que hacían traducir al árabe la sabiduría griega que luego creció en el mismo mundo árabe (Al Andalus incluido, por supuesto) y pasó a la Cristiandad, en latín o castellano, a través en parte de España. Hubo el notable intento de combinar el Corán con Platón y Aristóteles, paralelo al de Santo Tomás y otros entre los cristianos.

Quedó en nada. ¿Por qué esos admiradores del Islam medieval (con razón, pero sin ella en sus ataques al Cristianismo), por qué no dicen que esa flor se agostó en el siglo XI, con los selyúcidas, los almorávides, los almohades? ¿Que Averroes, un aristotélico, acabó confinado en Lucena, Al Motamid desterrado en África? La concordia entre el Corán y los griegos fue imposible y los filósofos fueron tenidos, más o menos, por heréticos. En Occidente triunfaron, en el mundo musulmán no. Y el Islam se volvió impenetrable, esta es la cuestión. La base de todo.

Y tras la occidentalización de los siglos XIX y XX vinola terrible reacción, el choque otra vez. No son solo los terroristas: ahí están los Hermanos Musulmanes, Jomenini, Sadam Husein y los demás.

Yo no sabría decir por qué todo esto, es un caso único en la historia. De esa realidad han salido los terroristas. Ínfima minoría, la suficiente para que los gobernantes árabes y toda la capa occidentalizada se muevan en el filo de la navaja. De las masas sale una espuma resentida, fanática, que odia al Occidente que les infiltra. De ella sale el terrorismo.

Islamismo no es terrorismo, pero es cierto que ha vivido, a lo largo de la historia, en un divorcio o choque con nosotros. Nosotros con ellos. ¡Ojalá pase, la occidentalización es poderosa y puede combinarse variamente! Entre tanto, estamos donde estamos. No busquemos tres pies al felino.

Las cosas son como son. No queda sino sacar las consecuencias. Todos los días leemos sobre los que las rehúyen o en las palabras o en la práctica. Como ese tribunal alemán, por ejemplo. ¡Pequeños tiquismiquis legales cuando nos jugamos, literalmente, la vida! Ciegan los dioses a aquellos a los que quieren perder.