Cien argumentos contra la invasión de Irak por la Administración Bush con el respaldo de España

Por Pedro J. Ramírez, director de El Mundo (EL MUNDO, 16/03/03):

1.- Nadie ha sido ni está siendo atacado, tal y como requiere el artículo 51 de la Carta de la ONU para que exista un supuesto de «legítima defensa». La invasión de Kuwait ya quedó neutralizada hace 12 años con la expulsión de las tropas de Sadam Husein del emirato.

2.- Irak no constituye un peligro inmediato y grave para nadie.No ha desplegado -ni siquiera exhibido- su supuesto armamento de destrucción masiva. Ninguno de sus vecinos -Irán, Turquía, Kuwait- ha denunciado amenazas recientes ni pedido protección.

3.- No ha quedado demostrado que Sadam conserve armas prohibidas de tipo químico y bacteriológico, aunque es muy probable que así sea. Es lógico que -dados sus antecedentes- a efectos de verificar el desarme, la ONU no se dé por satisfecha hasta que no obtenga pruebas de su destrucción. Pero para contribuir a legitimar un ataque lo justo es invertir la carga de la prueba.

4.- Está prácticamente descartado que disponga de armas nucleares.En su último informe ante el Consejo de Seguridad, el representante de la AIEA El Baradei consideró muy improbable que ni siquiera exista un programa nuclear en marcha. Corea del Norte tiene, en cambio, la bomba e Irán lleva camino de tenerla.

5.- No existe la menor prueba de que mantenga lazo alguno con Al Qaeda. Todos los intentos de los servicios secretos por establecer esa conexión han fracasado. La CIA lo descartó expresamente.La propia Casa Blanca ya sólo habla de relaciones con «organizaciones similares a Al Qaeda».

6.- En cientos de visitas, realizadas sin trabas desde su regreso, los inspectores no han encontrado nada. Una cosa es que eso no sea suficiente y otra que no tenga al menos valor indiciario.Si el único papel de los inspectores fuera recibir las pruebas del desarme, se habrían limitado a abrir una oficina en Bagdad.

7.- Irak ha accedido a la mayor parte de las demandas concretas de Blix. Gracias desde luego a la presión de la escalada militar, se han conseguido que vuelen los U-2, que los científicos estén siendo entrevistados a solas o la destrucción de los Al Samud que, como el propio jefe de inspectores dijo, «no son palillos de dientes».

8.- En el caso de los misiles Al Samud, los propios iraquíes aportaron la documentación que ha servido de base para diagnosticar que el alcance era algo mayor de lo permitido y ordenar su destrucción.No es un dato definitivo, pero debería ser tenido en cuenta.

9.- Esa cooperación no sólo no está agotada, sino que está siendo creciente. Por eso Blix ha pedido cuatro meses más para concluir su tarea. Cuando la ONU ha esperado 12 años el desarme total de Irak, bien podría aguardar otro cuatrimestre.

10.- No hay ningún problema para seguir, entre tanto, manteniendo a raya a Irak. Bastaría un contingente militar mucho menor que el acumulado ahora en el Golfo para que la combinación entre sanciones, inspecciones y zonas de exclusión continuara teniendo al régimen de Sadam de rodillas.

11.- Aun en el caso de que al cabo de esos cuatro meses el desarme de Irak no fuera completo, las «serias consecuencias» de las que habla la resolución 1.441 no tendrían por qué implicar la invasión. Las sanciones podrían endurecerse de forma proporcional al nivel de incumplimiento.

12.- La entrega a los inspectores de la ONU de documentos falsos sobre la compra de uranio a Níger indica que hay servicios secretos dedicados a inventar pretextos para que se ataque a Irak, en previsión de que no surjan verdaderos motivos.

13.- Sadam es un tirano sangriento -que se consolidó en el poder gracias a EEUU y otros países occidentales- pero en el mundo existen muchos otros de similar calaña: Robert Mugabe, Kim Jong Il, Fidel Castro, Obiang Nguema, Mohatir Mohamad, Niyazov, los militares birmanos... y a ninguno de ellos se le pretende derrocar con innegociable urgencia. ¿Será porque no tienen tanto petróleo?

14.- La represión de Sadam contra sus propias minorías -kurdos y chiíes- tuvo lugar tras la Guerra del Golfo con el beneplácito de Bush padre que apostó por la continuidad del régimen baasista para estabilizar la zona.

15.- La invasión sin que medie ataque o provocación previa vulneraría no sólo la carta de la ONU sino el legado de cuatro siglos de relaciones internacionales construidos, desde la Paz de Westfalia, en torno al principio de no ingerencia.

16.- Para que se pudiera aplicar, como ocurrió en Kosovo, el emergente y aún no perfilado, derecho de ingerencia humanitaria tendría que existir un patente estado de necesidad -o sea una agresión en marcha-, cosa que ahora no sucede.

17.- La introducción de la figura del ataque preventivo crearía un peligroso precedente en las relaciones internacionales. A partir de ahora se consideraría legítimo atacar por si acaso.Eso contradice flagrantemente la concepción escolástica de la guerra como el «último recurso».

18.- La perenne amenaza de ese ataque preventivo contra cualquier país que no se pliegue a los deseos de EEUU, o cualquier régimen que no sea de su gusto, estimulará la proliferación nuclear.No es casual que Corea del Norte haya reemprendido su programa atómico tras ser incluida en el «eje del mal».

19.- La doctrina del ataque preventivo podría justificar agresiones unilaterales basadas en ambiciones territoriales largo tiempo contenidas. Por ejemplo, un ataque de China a Taiwán, alegando que el rearme en la isla supone una amenaza para su seguridad.O una ofensiva definitiva a sangre y fuego de los rusos sobre Chechenia.

20.- En un supuesto aún más peligroso, podría ser invocada también por la India o Pakistán para intentar zanjar la cuestión de Cachemira, con armas nucleares de por medio.

21.- La sustitución de la doctrina de la disuasión y la contención que ha garantizado la paz en el mundo durante más de medio siglo por la del ataque preventivo podría generar un efecto dominó que desembocara en lo que varios analistas han bautizado ya como «estado de guerra permanente».

22.- En ese contexto todos los estados se verían obligados a incrementar sus gastos militares, con la subsiguiente disminución de los presupuestos sociales y de la renta disponible para las familias.

23.- El ataque a Irak causaría numerosas víctimas mortales, muchas de ellas civiles. Baste pensar que el Pentágono se ha jactado ya de que la invasión iría precedida de tres jornadas de bombardeos a razón de tres mil proyectiles diarios para sembrar «el shock y el pavor» entre los iraquíes.

24.- Se emplearían -qué ironía- verdaderas armas de destrucción masiva como las bombas de racimo, las cortadoras de margaritas o incluso la última megabomba o madre de todas las bombas, potencialmente mucho más letales que las armas químicas que tuvo o tiene Sadam.

25.- El Pentágono contempla incluso la posibilidad de probar -Irak sería su cobaya- armas nucleares de alcance limitado con el pretexto de destruir búnkeres subterráneos, dando así un tremendo salto cualitativo en los usos de la guerra.

26.- La guerra provocaría una grave crisis humanitaria con centenares de miles de desplazados que ni los países vecinos ni la ONU, ni las ONG podrían afrontar adecuadamente.

27.- Machacaría aún más las infraestructuras de un país al que hace 12 años ya se hizo retroceder hacia la Edad de Piedra. Baste pensar que la destrucción de los puentes sobre el Eufrates es una de las prioridades del ataque.

28.- Existe el riesgo de convertir a un tirano miserable como Sadam en un mártir del nacionalismo árabe, émulo del último califa abasida Al-Mustasim que en 1258 murió defendiendo Bagdad del ataque de los mongoles del terrible Hulagu Khan.

29.- Cabe la posibilidad de que, viéndose ya perdido, Sadam desate alguno de los horrores que se pretende querer evitar, liberando las armas químicas o bacteriológicas que le queden, cosa que en ningún otro caso haría.

30.- Si las unidades de élite de Sadam resisten el primer embate, su régimen no se descompone de inmediato y parte de la población permanece a su lado, la guerra podría durar al menos unas cuantas semanas y hacerse especialmente cruenta en Bagdad.

31.- Aunque los norteamericanos se apoderen rápidamente del país y Sadam Hussein muera o pierda el poder, la resistencia frente al invasor puede tomar la forma de guerra de guerrillas, tal y como sucede ahora en Afganistán.

32.- La implantación de una administración interina encabezada por el general Franks o cualquier otro militar norteamericano retrotraería el reloj de la Historia al siglo del colonialismo.¿Los ingleses de nuevo en Bagdad? ¿Con o sin Lawrence de Arabia?

33.- El mero hecho de la existencia de esa administración, similar a la de MacArthur en Japón, supondría tal humillación para el nacionalismo árabe que incrementaría fuertemente el antiamericanismo en toda la región, provocando así el efecto contrario al pretendido.

34.- En ese escenario de frustración y desesperación se intensificarán las incorporaciones de jóvenes árabes -más de la mitad de los iraquíes tiene menos de 18 años- a todo tipo de organizaciones terroristas.

35.-Según estimaciones de los generales Nash y Shinecki tanto el número de hombres necesarios -hasta 200.000- como el tiempo que debería durar la ocupación, como su coste económico -hasta 2 billones de dólares- excede con creces la disposición del contribuyente americano. ¿Tendría entonces que pagar la UE? ¿O el trabajo se dejaría a medio hacer una vez obtenidos los objetivos fulgurantes inmediatos?

36.- Nada en la historia de Irak sugiere que existan condiciones para que el país se mantenga unido por medios democráticos. Desde su creación artificial nunca se ha producido un relevo pacífico en el poder. A lo mejor se descubre que Sadam no es el verdadero problema de Irak sino tan sólo su síntoma.

37.- Eliminada la dictadura del Baaz, la tendencia natural de Irak será a la fragmentación con los kurdos buscando su propio Estado o ente autónomo en el Norte, los paupérrimos chiíes del sur acercándose a los ayatolás iraníes y los sunitas del centro del país convirtiéndose en presa fácil para el integrismo wahabí de Bin Laden y sus protectores saudíes.

38.- Los llamamientos a la jihad se multiplicarían por la región y los grandes perjudicados serían los sectores laicos que en países como Egipto, Líbano, la propia Arabia Saudí o Irán intentan que sus sociedades evolucionen hacia parámetros democráticos.

39.- La implantación de una administración norteamericana en Bagdad daría alas a los sectores más duros de Israel para enterrar los últimos legados de la Conferencia de Madrid y los acuerdos de Oslo y tratar de resolver represivamente la cuestión palestina.Como decía ayer The New York Times el inconcreto anuncio de Bush de impulsar el plan de paz parece más una concesión coyuntural a Blair y Aznar.

40.- La Administración de Bush hijo está controlada por los sectores más extremistas del Partido Republicano. Ni en la etapa de Nixon, ni en la de Reagan, ni en la de Bush padre se había producido un desplazamiento tan radical hacia la derecha.

41.- Bush hijo ganó las elecciones gracias al recuento de Florida -con su hermano de gobernador- y a una polémica decisión del Tribunal Supremo, controlado por los republicanos. No deja de ser irónico que quien llegó al poder tras perder en el voto popular, alegue ahora que lo importante en el Consejo de Seguridad de la ONU no es la mayoría cualificada o los vetos, sino la mayoría simple.

42.- La falta de un mandato popular claro, emanado de las urnas, para aplicar una agenda radicalmente neo-conservadora quedó compensado por el efecto del 11-S que está siendo aprovechado como constante coartada y excusa.

43.- La obsesión por atacar Irak procede de la división interna en la Administración de Bush padre sobre la forma en que acabó la Guerra del Golfo. El libro de Woodward explica cómo Wolfowitz ya lo planteó en la primera reunión tras el 11-S como una especie de terapia de respuesta.

44.- Como ha escrito Maureen Dowd «no se termina de entender que vayamos a bombardear a uno que no nos atacó el 11-S (como Osama), que no está interceptando nuestros aviones (como Corea del Norte), que no financia a Al Qaeda (como Arabia Saudí), que no le sirve de refugio (como Pakistán) o que no es un santuario para terroristas (como Irán, Siria y Líbano)».

45.- Existen conexiones entre los halcones de Bush y el complejo militar-industrial contra el que ya previno Eisenhower en su discurso de despedida. He ahí el caso de Richard Perle, reuniéndose con Kashoggi y un millonario saudí, para buscar inversores para su empresa del sector de la defensa.

46.- La estrecha conexión del propio Perle, de Rumsfeld y de Wolfowitz con el lobby judío -llegaron a trabajar como asesores de Netanyahu- hace dudar de su ecuanimidad en cuanto se refiere a Oriente Medio.

47.- Este sector formado por neoconservadores, nuevos imperialistas y activistas pro-Sharon le ha ganado la partida a Colin Powell y ha explotado con gran habilidad el resentimiento del presidente contra Sadam por el plan para asesinar a su padre.

48.- También ha jugado decisivamente a su favor el extremismo religioso de Bush. El presidente cree que desde que «volvió a nacer» en la fe tiene una misión que cumplir y una llamada divina que atender. Véase el devocionario que lee cada mañana.

49.- La invasión de Irak supondría la aplicación de una nueva Estrategia Nacional de Seguridad aprobada el año pasado por la Administración Bush cuyo objetivo es que EEUU pueda actuar en cualquier lugar del mundo y nunca pueda surgir otra superpotencia.

50.- Esta doctrina supone volver, corregidos y aumentados, a los errores que desembocaron en la guerra de Vietnam, romper con la tradición posibilista en política exterior que va de George Kennan a Kissinger y desdeñar a quienes como Nye propugnan que EEUU ejerza el poder blando de la cooperación y persuasión.

51.- La invasión está planificada no sólo en función del calendario meteorológico, sino también del electoral. Conquistar Afganistán a finales de 2001 sirvió para ganar las elecciones intermedias de 2002, conquistar Irak en 2003 debe proporcionar la reelección en 2004.

52.- Ayudará a enmascarar la pobre gestión de la economía. Según los últimos sondeos, la confianza de los consumidores ha caído a su nivel más bajo de los últimos siete años.

53.-Cuenta con la oposición de entre un 35% y un 45% del electorado norteamericano, según las encuestas. Y en la opinión de la mayoría entra en juego una falsedad: el 45% cree que Sadam «intervino personalmente» en la preparación del 11-S.

54.- Para alentar el respaldo a una acción bélica la Administración Bush está estimulando el miedo de la población con constantes alertas, recomendaciones frente a ataques biológicos y despliegue de blindados, olvidando la recomendación de Roosevelt: «Sólo debéis temer al miedo mismo».

55.- En ese clima se está produciendo un recorte de los derechos civiles -consustanciales a la esencia misma de EEUU- cuya expresión más extrema es la situación inhumana de los detenidos en Guantánamo.

56.- Aunque Bill y Hillary Clinton permanecen agazapados a la espera de lo que suceda, la invasión tiene en contra a las principales figuras históricas del Partido Demócrata: Jimmy Carter, Edward Kennedy, Al Gore, Robert Byrd o Gary Hart.

57.- También tiene en contra a la mayoría de las figuras de peso del mundo de la literatura, el cine y la universidad.

58.- Y al mejor periódico del mundo. En su editorial del pasado domingo The New York Times se pronunciaba categóricamente contra un ataque que no tenga el respaldo expreso del Consejo de Seguridad de la ONU.

59.- Si se salen con la suya y Bush es reelegido, el peso de halcones como Wolfowitz o Feith en un segundo mandato todavía será mayor, a costa por supuesto de Colin Powell y otros moderados.

60.- La ONU está siendo sometida a un enorme desgaste. Las amenazas sobre su «irrelevancia» si no se pliega a los designios de Bush han obligado a Kofi Annan a salir al paso.

61.- El planteamiento de que hay que atacar porque Sadam no cumple las resoluciones es un sofisma. Israel ha incumplido más de 60 y nunca se ha formado una coalición mundial para invadir su territorio.

62.- Se está desacreditando al cuerpo de inspectores, columna vertebral de la organización, al dar por hecho que los iraquíes les engañan sistemáticamente e incluso que logran saber con antelación cuáles van a ser sus pasos.

63.- Todo cuanto viene ocurriendo estimula la resurrección del antiamericanismo en Europa, debilitando así el vínculo atlántico que tanto ha ayudado al progreso y la democracia en el mundo.

64.- Y estimula también el antieuropeísmo en Estados Unidos, con tonterías como el libro de Kagan sobre Marte y Venus o el cambio de nombre a las french fries. ¿Se acuerdan de cómo durante el franquismo la ensaladilla rusa era «ensaladilla nacional»?

65.- La distinción entre «vieja Europa» y «nueva Europa», fruto de la carta promovida por Aznar y Blair, está desestabilizando el proceso de construcción europea y erosionando la cohesión de la UE.

66.- Se están reabriendo cicatrices históricas como el sentimiento antifrancés de los británicos -estimulado por el amarillismo de los tabloides- o el resentimiento de la Europa del Este hacia Alemania.

67.- La oportunidad de incorporar a Rusia al club de los grandes países democráticos, basado en el respeto a la ley y los derechos humanos, va a sufrir un importante frenazo al reaparecer el recelo entre Washington y Moscú.

68.- También la OTAN está siendo puesta ante el dilema de la sumisión o la pérdida de credibilidad y sentido, cuando los riesgos para Turquía sólo existen si son inducidos por una agresión.

69.- Se presiona insistentemente al Gobierno turco para que actúe en contra de la inmensa mayoría de la población y fuerce la mano a su Parlamento. La irrupción en escena del Ejército es lo más inquietante. ¿Terminará Bush desequilibrando la tangible democracia de Ankara por una utópica en Bagdad?

70.- Las nuevas alas que todo el episodio está dando a los kurdos de Irak fomentan la represión de los de Turquía y pueden empujar al Gobierno de Ankara a intervenir militarmente al otro lado de su frontera.

71.- La subasta sobre el uso del territorio turco y el baile de ofertas y contraofertas a los tres africanos indecisos están haciendo aflorar la parte más cínica y mercantilista de las relaciones internacionales. ¿Todo país tiene un precio?

72.- La presión para que Pakistán vote la segunda resolución está potenciando a los fundamentalistas. Y de rebote el apoyo de EEUU a Musharraf. Algo no funciona en la zona, si la única alternativa a Al Qaeda es una dictadura militar.

73.- Se coloca en una posición incomodísima a los gobiernos de Chile y sobre todo de México: o actúan de espaldas a sus pueblos o el Gran Hermano les someterá a desagradables castigos.

74.- La fuerte contestación que Blair está encontrando en su partido puede acabar con el atractivo nuevo laborismo y con el único gobierno británico dispuesto a que el Reino Unido entre en el euro.

75.- Con todo esto Estados Unidos está dilapidando el enorme caudal de solidaridad internacional que suscitó un 11-S tras el que los mensajes de apoyo llegaban hasta desde Teherán y La Habana.

76.- Y está poniendo en peligro la eficacia de la gran trama policial global que ha empezado a luchar con éxito contra el terrorismo integrista.

77.- Y también la disposición de la comunidad internacional a enfrentarse unida a grandes problemas mundiales como el cambio climático, las hambrunas o el sida y otras epidemias.

78.- En este contexto la ya balbuceante implantación del Tribunal Penal Internacional será todavía más difícil. No es probable que lo impulsen quienes un día pueden ser denunciados ante sus jueces.

79.- Si el conflicto se alarga o Sadam llega a destruir sus pozos de petróleo, el precio del crudo puede dispararse y colocar a la economía internacional en situación de recesión.

80.- En todo caso los no presupuestados gastos de la guerra agravarán el ya elevado déficit norteamericano y serán un nuevo lastre para la recuperación.

81.- Si a resultas de la invasión se producen nuevos atentados islámicos, los sectores del turismo y el transporte -sobre todo aéreo-, aún no recuperados del impacto del 11-S, sufrirán graves recaídas.

82.- La guerra supondrá desoír el llamamiento tanto del Papa como del resto de los líderes cristianos moderados y actuar en sintonía con fanáticos extremistas como los dirigentes de la Conferencia Baptista del Sur, en un fenómeno simétrico al del integrismo islámico.

83.- Desde el punto de vista español, lo que está ocurriendo significa asumir una responsabilidad enorme en un proceso cuyo desarrollo militar y político no tenemos ninguna posibilidad de controlar.

84.- Supone apartarse rotundamente de las coordenadas de nuestra política exterior durante un cuarto de siglo de democracia y perder el consenso entre el Gobierno y el primer partido de la oposición.

85.- Genera graves riesgos en nuestras relaciones bilaterales con Francia -mucho más decisivas en la lucha contra ETA que las norteamericanas- y con Alemania. El día que toque volver a negociar los fondos de cohesión lo tendremos crudo.

86.- Deteriora gravemente el tradicional papel de mediador que España podía asumir entre Israel y el mundo árabe.

87.- Nos presenta ante la comunidad iberoamericana como un mero escudero de Washington, dispuesto a presionar a Fox y Lagos a su favor, y no como el puente hacia Europa que hasta ahora habíamos querido ser.

88.- Abre la perspectiva, tal y como acaba de subrayar la Guardia Civil, de que España pueda ser objetivo y escenario del terrorismo islámico. ¡Como si no tuviéramos ya bastante con el propio!

89.- Quiebra la trayectoria centrista del Gobierno de Aznar en la primera legislatura y dispara la irregular deriva derechista de la segunda. Puede llegar a desfigurar por completo el balance -en conjunto muy positivo- de estos años de Gobierno del PP.

90.- Proyecta una descorazonadora imagen de empecinamiento, dureza y falta de sensibilidad ante las posiciones abrumadoramente mayoritarias de la opinión pública.

91.- Abre una brecha enorme entre el PP y el mundo de la cultura o la universidad. El daño está siendo enorme entre los jóvenes.

92.- Perjudica gravemente las posibilidades electorales de los candidatos municipales y autonómicos que han gestionado eficazmente sus competencias o trabajado con ilusión para conseguir el triunfo, dejándose la vida en ello.

93.- El inducido cierre de filas de los diputados y altos cargos del PP no sólo ha violentado la conciencia de muchos de ellos, sino que ha puesto en evidencia que no dependen de los ciudadanos sino de sus jefes. ¿Por qué tantos laboristas rebeldes y ni uno solo del PP? Pues porque allí los diputados son elegidos uninominalmente.

94.- Se ha creado un vacío de representación. Ninguna voz de ámbito nacional sirve de cauce hoy por hoy en el Parlamento a los anhelos e ilusiones de los pacifistas que no se identifican con la izquierda.

95.- La brecha que se ha abierto con CiU y Coalición Canaria hará muy difícil mantener en esta legislatura y revalidar en la próxima los muy útiles acuerdos de estos últimos seis años.

96.- Coloca en una situación muy incómoda a todas las instituciones y en especial a la Corona. No tanto porque el Rey sea el Jefe de las Fuerzas Armadas y el primer representante de nuestra acción exterior, como porque -precisiones constitucionales al margen- los ciudadanos se han acostumbrado a su papel moderador.

97.- Acrecienta el desaliento en nuestro servicio exterior, en la medida en que se percibe un alejamiento de los criterios profesionales de la diplomacia en favor de opciones políticas altamente ideologizadas.

98.- Potencia a un pequeño grupo muy extremista de halcones españoles con altas conexiones en el Ministerio de Defensa, el gabinete de Moncloa, el Instituto Elcano y la Fundación FAES.

99.- Contribuye a la manipulación de los medios de comunicación públicos, a la creciente autocensura en aquellos privados que están en la órbita gubernamental y a las presiones sobre los demás.

100.- Y al final del día desdeña, arrumba y olvida el sabio diagnóstico de Benjamin Franklin, alma mater de la más exitosa democracia de la Historia de la Humanidad: «Nunca ha existido ni una buena guerra, ni una mala paz». .

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