Cómo gestionar la incertidumbre política

Durante estas últimas semanas se está escribiendo y opinando mucho sobre la incertidumbre política y sus efectos sobre la economía española. Incluso se está tratando de medir el coste de dicha incertidumbre. Difícil empeño, aunque loable. No obstante, lo más relevante y lo más útil, desde mi punto de vista, es dar respuesta a las siguientes preguntas: ¿Quién ha provocado dicha incertidumbre? ¿Cuáles han sido las causas? ¿Cómo se puede gestionar de manera más eficaz? ¿Qué cuestiones y qué reformas debe abordar un nuevo gobierno para generar certidumbre y confianza?.

Si por incertidumbre política se entiende los días que llevamos sin formar un nuevo gobierno, esto tiene mucho que ver con las actitudes, las decisiones y las políticas de Rajoy. Durante más de un mes estuvo fumándose un puro, sin asumir su responsabilidad, y finalmente terminó por salir corriendo cuando dijo “no” al jefe del Estado para intentar ganarse el apoyo mayoritario de nuestro parlamento. Rajoy no se atrevió a ir al parlamento, porque pensó que la prepotencia desplegada por el PP y Rajoy durante estos últimos cuatro años hacia la mayoría de la sociedad española iba a recibir un sonoro rechazo.

Si la mencionada incertidumbre se entiende por las dudas que tienen los inversores y nuestros socios comunitarios sobre el cumplimiento de nuestros compromisos sobre los objetivos de déficit y deuda pública, se debe recordar que la Comisión Europea ha vuelto a afirmar que el déficit del año 2015 se habría situado muy cerca del 5%, el guarismo más altos de la Unión Europea, incumpliendo nuevamente los compromisos de España también durante 2016. Desviación que tiene mucho que ver con el irresponsable regalo fiscal que hizo Rajoy con su reforma fiscal, básicamente, al 10% más rico del país. Los prestamistas, nuestros socios, lo que quieren es un plan presupuestario a medio plazo realista y creíble. Y sobre un plan presupuestario realista se ancla el programa reformista, de corto y medio plazo, que ha presentado Pedro Sánchez.

Algunos entienden por incertidumbre política los resultados sobre la acción del gobierno que puede tener la decisión de los españoles de que tengamos un parlamento más plural y fragmentado. En este caso, las preguntas más oportunas son cómo y quiénes pueden gestionar más eficazmente esta complejidad política y territorial. Una pluralidad que ha venido para quedarse. La cuestión no es cuantificar el coste de la incertidumbre, sino avanzar mecanismos de gestión de esa incertidumbre, de este nuevo marco político. Y el PSOE ha demostrado en su historia que es capaz de gestionar mejor que nadie la complejidad política que vive nuestro país. Porque es capaz de entenderse con la mayoría de las fuerzas políticas y por el capital humano acumulado en sus años de gestión al frente de las instituciones y, consiguientemente, experiencia de sus cuadros.

La siguiente pregunta es qué aspectos y qué reformas económicas debe llevar a cabo el nuevo gobierno para abordar las metas de la sociedad española. A modo de recordatorio, el gobierno saliente no ha acometido una sola reforma desde el rescate financiero. Es más, las mayorías absolutas han impedido abordar las reformas de fondo que exige la economía española, e incluso en algunos casos se ha retrocedido, porque el partido que cuenta con la mayoría absoluta, en este caso el PP, no ha querido erosionar el inmenso poder que ha tenido (ejemplos, como en RTVE, ya sea en los órganos regulatorios y supervisores, en la CNMV, o en la Agencia Tributaria (AEAT)). Sin embargo, la pluralidad puede abordar esos cambios de fondo de las instituciones españoles que las mayorías absolutas impedirían por el egoísmo de los partidos que las disfruten.

El programa para un gobierno progresista y reformista propuesto por Pedro Sánchez al resto de fuerzas del cambio es una gran noticia para la economía española, porque dibuja un programa económico de medio plazo para España, anclado en la sostenibilidad de las finanzas públicas, con un reforzamiento del marco institucional de las cuentas públicas liderado por la Autoridad Fiscal Independiente(AIReF).

El aludido programa se asienta sobre pilares como la modernización de la economía, la cohesión social y la regeneración de las instituciones o cómo acabar con el capitalismo clientelar, tres palancas que se retroalimentan y que conforman un proyecto económico de futuro para nuestro país, con la metas de converger con los países más desarrollados en productividad y cohesión social.

Pedro Saura García es portavoz de Economía del grupo parlamentario socialista

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