¿Como puede la UE tener cadenas de suministro libres de deforestación?

¿Como puede la UE tener cadenas de suministro libres de deforestación?
AHMAD ZAMRONI/AFP via Getty Images

La deforestación, responsable aproximadamente del 25% de las emisiones globales de gases de efecto invernadero, es generada principalmente por la producción de materias primas para los mercados globales. La UE recientemente sancionó legislación que apunta a frenar la deforestación mediante la prohibición de importar materias primas y productos asociados a ella. La medida representa un paso importante hacia adelante, pero las brechas en datos críticos van a minar su efectividad.

La nueva ley requiere que las empresas presenten un informe de diligencia debida en donde se detalle el “país de producción”, las “coordenadas geográficas… de todos los lotes de tierra donde se produjeron las materias primas y los productos relevantes”, el “rango de tiempo de producción” e “información verificable de que las materias primas y los productos relevantes están libres de deforestación”. En otras palabras, las empresas deben demostrar que sus cadenas de suministro son libres de deforestación.

Si bien la nueva regulación busca garantizar que las empresas recopilen datos precisos de trazabilidad sobre los orígenes geográficos de las materias primas que son fehacientemente parte de sus cadenas de suministro, carece de la especificidad necesaria para impedir que las empresas identifiquen simplemente un rango de orígenes posibles en lugar de fuentes reales. Esta ambigüedad pone en peligro el potencial de la legislación.

La UE busca regular el comercio de varias materias primas que, en su mayoría, son producidas por pequeños productores. Estas incluyen aproximadamente el 40% del fruto de palma del mundo, el 85% de su caucho y el 80% de la producción global de cacao y granos de café. Como estos productos suelen cambiar de manos a través de cadenas de suministro “informales” y no están ni gravados ni regulados antes de que lleguen a una fábrica formal, no existen registros digitales de las transacciones entre los pequeños productores y las fábricas. En consecuencia, las empresas enfrentan desafíos importantes a la hora de rastrear estas materias primas hasta sus orígenes.

Las empresas que intentan mejorar la trazabilidad muchas veces empiezan por identificar fábricas formales dentro de su cadena de suministro que se abastecen de pequeños productores, y luego trabajan con proveedores de servicios que “rastrean” pequeños productores a una cierta distancia de la fábrica, “mapeando” los lindes de sus terrenos en formato digital. Pero, como el mapeo suele interrumpirse una vez que el volumen estimado producido por las granjas mapeadas se alinea con la capacidad de la fábrica formal identificada, ignora la posibilidad de que otras granjas también estén contribuyendo a la oferta de esa fábrica.

El método prevaleciente de mapeo de las cadenas de suministro en las cadenas de suministro con pequeños productores, por ende, resulta en un conjunto de potenciales orígenes más que en fuentes reales. Las empresas incurren en un costo de cumplimiento que no ofrece un valor comercial y que tampoco adhiere al espíritu de la regulación de la UE.

Para empezar, las materias primas producidas en tierra recientemente deforestada pueden seguir ingresando en la cadena de suministro. Es menos probable que los encuestadores mapeen granjas asociadas con una deforestación reciente, ya que es improbable que los agricultores que ejercen prácticas ilegales estén de acuerdo en que se mapee su tierra. Esto desvía el conjunto de datos hacia las granjas libres de deforestación. Dado que las materias primas, normalmente, se producen en zonas contiguas donde pululan los compradores y los proveedores, y que se caracterizan por una falta de lealtad, las empresas en realidad no pueden saber si les están comprando a las granjas que han sido mapeadas.

De la misma manera, si algunas granjas mapeadas no están libres de deforestación, las empresas deben rechazar los suministros que provienen de ellas. Pero eso resulta una tarea imposible, ya que las empresas no pueden determinar de qué granja provienen las remesas entregadas.

Por último, el método prevaleciente de mapeo de las cadenas de suministro no genera información basada en datos que potencialmente pueda mejorar los procesos de abastecimiento de las empresas. Pero, a pesar de su valor comercial limitado y de la baja probabilidad de alcanzar los objetivos de la regulación de la UE, las empresas podrían adoptarlo simplemente para garantizar un cumplimiento con las normas en el nivel más básico y evitar los costos asociados con segregar sus cadenas de suministro en flujos que cumplen y no cumplen con la normativa de la UE.

Para reducir la contribución de la UE a la deforestación, la nueva regulación debe obligar a las empresas a recopilar datos a nivel de las transacciones que vinculen a las materias primas con sus orígenes geográficos. En otras palabras, la UE debería exigir un registro de las transacciones de una empresa con cada uno de sus proveedores. Estos proveedores, a su vez, deben llevar un registro de sus propias transacciones, y así sucesivamente hasta la fuente original.

En la actualidad, los pequeños productores y los intermediarios carecen de los incentivos y las herramientas digitales necesarias para alcanzar este nivel de trazabilidad. Por el contrario, a las fábricas formales y a los compradores se les exige que recopilen datos a nivel de las transacciones en formato digital debido a sus obligaciones fiscales. Muchas empresas también usan estos datos para generar valor comercial más allá de un simple cumplimiento con la ley. Por ejemplo, el análisis de datos a nivel de las transacciones brinda información basada en datos sobre qué proveedores son más confiables y permite optimizar la gestión del inventario y la previsión de la demanda.

Para obtener información a nivel de las transacciones sobre las cadenas de suministro informales, los pequeños productores y los intermediarios necesitan herramientas digitales que les permitan dinamizar la gestión de las cadenas de suministro y ser más rentables. Por esta razón, junto con mis socios fundamos PemPem, que desarrolla herramientas de gestión de las cadenas de suministro para pequeños productores y permite una trazabilidad en tiempo real de la granja a la fábrica. Comenzamos con la industria minifundista de aceite de palma en Indonesia, brindándoles a los agricultores una aplicación móvil que recopila datos de los precios de las materias primas de todos los compradores dentro de una región geográfica específica. Mediante el uso de algoritmos basados en datos, la plataforma puede determinar el mejor precio posible para una cierta materia prima; los pequeños productores luego pueden aceptar el precio ofrecido y facilitar una transacción.

Los algoritmos de PemPem emparejan “grupos” de pequeños productores con servicios de transporte que recogen y entregan los productos a los compradores designados. Como están organizados mediante una aplicación móvil, estos intercambios se registran de manera automática, generando registros a nivel de las transacciones de la granja a la fábrica. Los agricultores se benefician porque pueden garantizarse el mejor precio posible, los compradores pueden emparejar mejor la oferta con la demanda y los intermediarios pueden optimizar la capacidad vehicular y las rutas de entrega. Esta estrategia ha sido adoptada por startups tecnológicas como Aruna y Fishlog, ambas en la industria pesquera, y BanQu, que ayuda a los productores de mandioca a llevar registros a nivel de las transacciones y garantizar prácticas de abastecimiento sostenibles.

La aparición de esta nueva generación de soluciones digitales debería disipar los temores de que la obtención de registros a nivel de las transacciones podría tener un efecto negativo en los pequeños productores. Al adoptar una estrategia más comercial para cumplir con las metas de trazabilidad y adoptar tecnologías emergentes diseñadas según sus necesidades, los agricultores pueden adaptarse a las cadenas de suministro libres de deforestación y, al mismo tiempo, beneficiarse de una mayor eficiencia, ayudando así a que la regulación de la UE pueda lograr su objetivo.

Joann de Zegher, a professor at the MIT Sloan School of Management, is Co-Founder and CEO of PemPem, which creates management tools for smallholder commodity supply chains.

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