Compromiso con Grecia

El Gobierno va a pedir hoy a las Cortes que aprueben el tercer paquete de ayuda a Grecia. Quiere hacer partícipe al Legislativo de esta decisión por la magnitud de la contribución española a los rescates griegos que llega casi a 34.000 millones de euros, cerca del 12% del total de la aportación europea. La crisis griega ha tenido además repercusiones para la Unión Monetaria que conviene explicar. El tercer programa griego prevé el desembolso de 86.000 millones de euros, casi un tercio de los cuales se dedicarán a sanear la banca. Paralelamente, el programa prescribe que Grecia cumpla una serie de reformas para sanear las finanzas públicas y mejorar la competitividad de la economía a fin de que crezca y cree empleo.

Volver a crecer es fundamental para un país que ha perdido durante la crisis aproximadamente un 25% de su Producto Interior Bruto. Sólo así podrá Grecia regresar a los mercados. Sólo así se podrá recuperar el dinero prestado que es dinero de los contribuyentes. El cierre de este tercer programa aleja dos graves peligros: la salida de Grecia del euro, que hubiese tenido consecuencias desastrosas para ese país y hubiera acabado con la irreversibilidad del euro; y el incumplimiento de las normas, que habría sido aún más dañino para la credibilidad de la unión monetaria.

España ha defendido siempre que Grecia debía permanecer en el euro, pero también que es necesario respetar las normas que nos hemos dado entre todos. Nuestro país ha ayudado a Grecia por pura solidaridad ya que nuestra exposición a la economía griega era reducida. Es más, hemos ayudado a Grecia en momentos en los que España también atravesaba graves dificultades.

Nosotros fuimos de los primeros en reconocer que Grecia iba a necesitar un tercer rescate aunque en Atenas se rechazaba aún esa posibilidad. Pero éste ha de ser el último rescate porque los países del euro deben acabar financiándose por sus propios medios. Para eso es necesario recobrar la competitividad; el Estado debe recaudar impuestos y las finanzas públicas dar confianza a los inversores.

Este tercer programa está diseñado para ello. Es un plan con condiciones estrictas para enderezar las cuentas públicas. Se hará mediante la racionalización y la contención del gasto, con diversas reformas impositivas y con medidas para luchar contra la evasión y el fraude.

La mejora del funcionamiento del mercado laboral, la liberalización de bienes y servicios y la puesta en marcha de instituciones independientes son otros de los elementos fundamentales para que la economía griega vuelva a ser competitiva sin abandonar la moneda única. Muchas de las medidas que incluye el tercer rescate son políticas que el actual Gobierno griego revirtió cuando llegó al poder.

Se ha perdido mucho tiempo. Las acciones del Gobierno heleno han tenido consecuencias dolorosas para los griegos, sobre todo, los más vulnerables. Ellos son los que sufrieron los efectos del corralito que tuvo que imponer el Ejecutivo. En 2014, Grecia había vuelto a crecer y había hecho algunas emisiones de deuda. Ahora se parte de una situación más difícil y los esfuerzos serán más duros.

El deterioro que ha sufrido la economía griega en pocos meses demuestra lo rápido que unas políticas irracionales pueden destruir lo conseguido con esfuerzos de muchos años. Para salir de una situación como la de Grecia no hay atajos. Cuando se quiere estar en la eurozona, donde lo que hace un miembro afecta a todos, no se pueden adoptar planteamientos singulares. El Gobierno griego, ahora, así lo ha entendido. No obstante, sigue habiendo riesgos: políticos, pues la situación en Grecia es inestable, y también financieros, por lo elevado de la deuda griega. Hay que lograr que esa deuda sea sostenible sin quitas, sobre eso hay consenso. También es fundamental que el Fondo Monetario Internacional siga implicado.

Por otra parte, la crisis ha revelado las carencias de la Unión Monetaria. Europa ha respondido con la creación de fondos de rescate, la Unión Bancaria y la mejora de los mecanismos de cooperación y supervisión económica. Pero queda camino por recorrer para completar la Unión Económica y Monetaria. Debemos seguir profundizando en la integración fiscal y monetaria y avanzar hacia un gobierno económico de la zona euro.

Con el tercer rescate, los socios han demostrado una vez más su voluntad de ayudar a Grecia y Atenas debe cumplir su parte. Si esto se logra ganaremos todos.

Luis de Guindos Jurado es ministro de Economía y Competitividad del Gobierno de España.

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