Conectando las 'zonas verdes' de Europa: una propuesta para salvar el turismo

¿Cómo salir del confinamiento de manera segura, a la vez que se minimiza el daño económico y social? Tal pregunta no es una cuestión nacional, sino global.

Sin embargo, las medidas a menudo se han limitado al nivel nacional, como si la escasez de viajes internacionales observada desde la llegada del Covid-19 justificara esta respuesta. Entre los países más afectados, Francia y España anunciaron sus respectivas estrategias el 28 de abril. Ambas son parecidas, y comparten los tres principios que propusimos en Zonificación como estrategia de salida: una propuesta, a principios de abril:

1) Dividir el país en unidades territoriales, o zonas, de un tamaño eficiente, respetando al máximo los lazos económicos y sociales.

2) Marcar en verde todas las áreas donde el virus está bajo control (los hospitales están operativos, la tasa de crecimiento de nuevas infecciones es baja y las pruebas están ampliamente disponibles), y en rojo el resto.

3) Prohibir el desplazamiento entre las diferentes zonas (excepto en caso de imperativo médico, profesional o familiar) en la fase inicial, para ir luego relajando gradualmente esta prohibición en las zonas verdes.

Acompañadas de las precauciones de salud necesarias, así como de una información sistemática sobre las demarcaciones vigentes y sus implicaciones, estas estrategias de "zona verde" podrían permitir un desconfinamiento nacional eficaz y seguro. ¿Pero no podrían también representar la base de un plan de acción coordinado dentro de la Unión Europea (UE)?

Salvar la temporada turística

Hoy, las fronteras entre los países europeos están, en su mayor parte, cerradas. Es alarmante, tanto económica como políticamente. En Alsacia y Sarre, por ejemplo, parlamentarios franceses instaron al canciller alemán a reabrir la frontera.

Imagine que mañana dos regiones europeas, como las de Baviera y Mallorca, recibieran una "etiqueta verde UE", otorgada objetivamente por la misma autoridad sanitaria europea. ¿No deberíamos permitir que las personas se muevan libremente entre ellas?

En nuestro artículo Reconectar 'zonas verdes' europeas: una propuesta para salvar el turismo, planteado esta semana a varios gobiernos europeos, proponemos elevar el tercer principio mencionado anteriormente a nivel europeo: crear una red europea de zonas verdes. Para ello, bastaría con definir, asignar y supervisar centralmente una etiqueta verde certificada por la UE que garantice de manera segura y confiable que el riesgo de contagio es mínimo en las zonas que la posean. Esta red -en la que podrían participar los departamentos franceses, así como las provincias españolas o los lander alemanes- representaría un marco de movilidad segura en Europa durante la pandemia.

Una red europea de zonas verdes

Estas zonas verdes certificadas por la UE podrían ser la clave para salvar la temporada turística de verano en los países del sur de Europa, pues la restricción del turismo nacional causaría daños económicos colosales. La isla de Mallorca, por ejemplo, recibe 14 millones de turistas internacionales cada año, la mayoría en verano. Esto representa el 45% de su PIB según los datos de Eurostat. Obtener una 'etiqueta verde UE' antes del verano sería, por lo tanto, crucial para garantizar la llegada de un número mínimo de visitantes y, por lo tanto, no empeorar su situación.

Obviamente, las Islas Baleares no son la única área afectada: el turismo representa el 11% de los empleos en España, el 13% en Italia, el 20% en Croacia y el 26% en Grecia. El turismo paneuropeo durante los meses de verano es, por lo tanto, un factor determinante para la supervivencia económica de varios países. Rescatar a este sector de manera eficiente y segura tendrá un gran impacto en el futuro de la UE y de sus habitantes.

Un momento decisivo para Europa

La apertura de una red europea de zonas verdes en la que se permitiera el movimiento, por considerase seguro, no solo ayudaría al turismo, sino que también estimularía el sentimiento de unidad e identidad europea.

El papel de la UE durante la pandemia de Covid-19 ha sido ampliamente cuestionado. Se ha criticado su poca capacidad de respuesta y su pobre coordinación, particularmente al comienzo de la epidemia. Por lo tanto, las "zonas verdes" representan una oportunidad única para la UE: finalmente podrá demostrar un liderazgo claro, con medidas tangibles para salir de la crisis.

La credibilidad del proyecto europeo está en juego: ¿Cómo será la Europa del día después? ¿Podrá proteger su economía? ¿Se seguirá escuchando su voz? Crear una red de zonas verdes permitirá a la UE mostrar su fortaleza: tendrá un impacto en la vida de millones de ciudadanos y los países miembros saldrán beneficiados y fortalecidos.

Miquel Oliu-Barton es profesor de matemáticas en la Universidad Paris-Dauphine, PSL, y Bary Pradelski es investigador en economía del CNRS y miembro asociado del Instituto Oxford-Man.

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