Todos sabemos que la economía europea y la española atraviesan momentos difíciles, pero existen elementos positivos. Ninguno lo es más que la economía digital. Es hora de que entendamos mejor este mundo y de que aprovechemos su potencial. Internet puede ser nuestra nueva base económica.
El potencial es real. La economía digital es mayor que el PIB de Bélgica. Está creciendo más rápidamente que China, a un ritmo del 12% anual, y crea más de dos puestos de trabajo por cada puesto perdido. Internet ayuda a las pequeñas empresas a duplicar su crecimiento y sus exportaciones, mientras que innumerables estudios indican que, allí donde hay internet rápida, la competitividad va a continuación. Los servicios radioeléctricos, como los dispositivos médicos, generan otros tres millones y medio de puestos de trabajo.
Sin embargo, aunque internet ha superado económica y socialmente las previsiones de los últimos años, se ha quedado atrás políticamente. Pero en el 2012 va a tener un papel protagonista que va más allá de la primavera árabe y de los esfuerzos de ciertas comunidades virtuales por mostrar cuánto valoran las libertades que ofrece la red. Ahora vemos la necesidad de medidas y conexiones digitales en todos los niveles de la Administración y de decisión política.
Por esta razón, la Comisión Europea ha pedido a los gobiernos europeos que tiendan puentes entre las esferas de la Administración, la tecnología y los ciudadanos mediante el nombramiento de campeones digitales. Se trata de poner cara al enorme poder de internet con el objetivo de velar para que se entienda la fuerza del mundo digital. ¿Quién será el campeón digital en España? Haga llegar usted sus ideas al Gobierno.
España ya ha emprendido muchas buenas acciones. Actualmente cuenta con un 99% de cobertura de banda ancha y un 93% de cobertura de banda ancha móvil 3G. También tiene excelentes emprendedores, como, por ejemplo, el equipo de Tuenti (¡qué gran idea y servicio!). Hoy mismo, el alcalde Xavier Trias firmará en Barcelona, la capital mundial del móvil, la Carta Verde Digital, que sentará las bases para que la energía, el transporte y la Administración de la ciudad sean más verdes y más eficientes gracias a la tecnología.
Tenemos que construir sobre esta base y con la actitud que adoptó Steve Jobs: seguir invirtiendo incluso cuando algunos están preocupados, incluso cuando el panorama económico es difícil. Por eso hoy Apple es lo que es. Así podemos convertir industrias como la telefonía móvil e internet en la columna vertebral de la economía europea.
El tráfico de internet se duplica cada dos años en el mundo, y el tráfico de banda ancha móvil, aún más. En el 2016, este será de tres billones de megabytes al mes. Son niveles de tráfico impulsados por los vídeos, la música y los juegos en línea que hacen que los desplazamientos matutinos de usted al trabajo sean más entretenidos. La idea es que, si dejamos de estar atentos, si dejamos de invertir, caminamos hacia el desastre.
Sin embargo, las medidas más sencillas son las que suelen ser más útiles. Hasta el 80% de los costes de la inversión en banda ancha están relacionados con los largos y agotadores trámites para conseguir los permisos. Actuaciones simples como reutilizar conductos o acelerar la autorización de proyectos pueden reducir los costes un 30%. Debemos aprovechar estas posibilidades, y la UE está trabajando intensamente para hacerlo posible.
Con todo, necesitamos algo más que cables y conductos, torres y satélites. Necesitamos capital humano. En los últimos años, la demanda de especialistas en las TIC (tecnologías de la información y la comunicación) ha superado el número de titulados. ¿Qué otro sector puede decir lo mismo en esta época de terrible desempleo juvenil? En el 2015 podría haber 700.000 vacantes no cubiertas en las TIC.
Sin embargo, aunque el 90% de todos los nuevos puestos de trabajo exigirán como mínimo una cualificación digital básica, el 25% de los adultos europeos no han utilizado nunca internet, lo que significa que personas cercanas a usted corren el riesgo de verse marginadas social y económicamente. Este riesgo no hará sino aumentar en los próximos años.
Las empresas también adolecen de negligencia digital. Los empresarios locales de internet que se esfuerzan por construir una nueva aplicación bomba no necesitan una maraña de 27 sistemas distintos de concesión de licencias y de pago que los mantienen atados al suelo cuando podrían volar. Los emprendedores españoles de internet también se beneficiarán de la reforma laboral recientemente anunciada por el Gobierno.
Si se eliminan esas trabas y se facilita a esos empresarios un mercado único y una normalización de las comunicaciones electrónicas, ellos serán las caras del aumento del PIB en un 1%. Por el bien de nuestra economía en general, es lo que hay que hacer. Es un estímulo potente para una economía cansada, una oportunidad real para Europa de cambiar su rumbo económico.
Por Neelie Kroes, vicepresidenta de la Comisión Europea, responsable de la Agenda Digital.