Control político y participación en democracia: los presupuestos participativos

Existe una percepción extendida entre la mayoría de los ciudadanos de que sus representantes, una vez elegidos, explican muy pocas veces sus decisiones políticas. Los ciudadanos se quejan de que los políticos no rinden cuentas de sus acciones. Y si los políticos no rinden cuentas de sus acciones, difícilmente los ciudadanos podrán responsabilizarlos de una gestión que la mayoría desconoce.

Entre elección y elección, la democracia representativa que se ha impuesto como modelo de gobierno en el mundo carece de mecanismos concretos en los que los ciudadanos puedan participar directamente en el control de sus representantes y en la toma de decisiones políticas. Creemos que cuantas más ventanillas tenga el sistema para recibir las opiniones y las demandas de los ciudadanos, más posibilidades de ajuste entre las preferencias de los ciudadanos y las políticas; y cuantos más escaparates ofrezca el sistema para que los políticos sean escrutados por la ciudadanía, mayor capacitación ciudadana para discernir entre la mala gestión y la buena gestión de sus representantes y para castigarles o premiarles en consecuencia.

La apuesta por los presupuestos participativos puede ser vista como una apuesta por el aumento de poder de control de la ciudadanía sobre sus representantes, que serviría tanto de ventanilla para introducir demandas de los ciudadanos en el sistema, como de escaparate de la gestión municipal aumentando la transparencia de la administración local. En el momento en que los representantes locales se comprometen a dar cuentas de forma directa a sus ciudadanos de su acción política, están creando las condiciones para que la decisión electoral se forme con un mayor nivel de conocimiento de la gestión local. Del mismo modo, a través de la implementación de los presupuestos participativos, se está extendiendo la elaboración del programa de gobierno más allá del programa electoral, posibilitando la inclusión de nuevas demandas ciudadanas.

En este Estudio de Progreso analizamos el impacto de la introducción de los presupuestos participativos en la gestión de algunos ayuntamientos europeos y damos cuenta por primera vez del perfil, de las actitudes y del comportamiento político de los ciudadanos que asisten a las asambleas que configuran los presupuestos participativos en España. Defendemos que el presupuesto participativo sustituye la forma tradicional en que los representantes políticos distribuyen el erario público, una vez son elegidos en las urnas. Supone la introducción en la gestión de criterios de publicidad, transparencia y rendición de cuentas, además de la participación directa de la ciudadanía. Con el presupuesto participativo se apuesta por una forma pública y transparente de distribución de los recursos públicos, lo cual significa que el proceso participativo no es solo participación, pues afecta medularmente a la gestión pública.

Ernesto Ganuza Fernández, Doctor en Sociología, y Braulio Gómez Fortes, Doctor en Ciencias Políticas y Sociología por la Universidad Complutense y Maestro en Análisis de Datos e investigación social aplicada por el Centro de Investigaciones Sociológicas.

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