‘Copyright’, geometría variable

La construcción del Mercado Único Digital Europeo de obras y contenidos no puede esperar, como la Penélope del maestro Serrat, a que llegue el próximo tren. Debe construirse con vías rápidas, de banda ancha y de alta portabilidad transfronteriza; debe romper con el atraso histórico digital europeo, modernizar los itinerarios y las sinergias entre las redes de la cultura, la educación, la ciencia, la economía, la comunicación, la tecnología y la investigación.

Un primer paso será abordar una reforma profunda del copyright y de los sistemas de gestión de derechos, mediante la armonización legislativa comunitaria y creando un copyright digital europeo; este multicopyright deberá conllevar para las nuevas modalidades de explotación en línea el establecimiento de licencias multiterritoriales bajo el principio de aplicación de neutralidad tecnológica y la creación de una agenda digital común de la propiedad intelectual e industrial.

Este mercado deberá configurarse como un eje estratégico comunitario, poniendo especial atención a los servicios basados en el almacenamiento digital, la comunicación en línea y la distribución interactiva; iniciativas éstas que redundarán en un impulso de la libre circulación de contenidos, y por ende en un impulso del comercio electrónico transfronterizo de obras. Hace 60 años, una Europa sin barreras y con reglas de juego basadas en la equidad fue el sueño de sus fundadores. Con este espíritu debemos construir los nuevos territorios del copyright y de la comunicación en la Red, velando por la protección transfronteriza de los derechos y de sus titulares. Europa debe aspirar a una edad de oro de la creación, la producción y distribución digital de obras propias, encaminadas a la construcción de un nuevo foco económico y cultural-digital que fusione y fomente creatividad y tecnología, crecimiento y conocimiento.

El ciudadano y la comunidad, como usuarios y consumidores de derechos, son centro y foco del nuevo copyright. Así, el acceso a obras y contenidos digitales, su participación, su elección, su atención, sus preferencias, sus necesidades, todo ello está elaborado para que elijan dónde, cómo y cuándo. Las aplicaciones, las explotaciones de obras multimedia, los servicios de streaming, la radiodifusión online, la comunicación audiovisual bajo demanda, las plataformas de distribución de contenidos, etcétera, estarán basados en una filosofía práctica de la portabilidad, la convergencia, la conectividad y la interactividad. Deviene una nueva geometría y una nueva construcción del derecho de autor; asistimos al nacimiento del copyright digital y transversal; con diversas tipologías que conviven, se comunican, se necesitan en un plano de igualdad y se enriquecen, como la idea originaria y fundacional de la UE. Convivirán el copyright creativo, el tecnológico, el de investigación, el científico, el educativo, el de comunicación y el participativo social, todos inspirados por la convergencia de humanismo y tecnología. Esta será la nueva arquitectura, un copyright de geometría variable y digital resultado de la suma del alma de la creación con la comunicación y la educación, junto con las nuevas herramientas de las telecomunicaciones. Esta ecuación deberá dar como resultado el algoritmo de una nueva geografía: la Nube Europea de Obras y Contenidos.

Europa debe defender el tren de este mercado único digital, basado tanto en la riqueza de su diversidad cultural como con la conexión de las diferentes disciplinas humanísticas y artísticas; apostar por el acceso en línea y la distribución del conocimiento, de los diferentes saberes, pensamientos y del talento en magnitudes nunca conocidas. Este universo común puede ser la base de una nueva Enciclopedia, de un nuevo Siglo de las Luces, la curiosidad por un nuevo sapere aude de las nuevas generaciones ya nativas digitales. Se habla, como nuevo valor, de la economía de la atención, pero hemos de fusionar la atención con la creación y la emoción. No hay nada que cause mayor atención que la belleza de un sonido, una imagen o un texto erizándonos la piel. Para ese sentimiento, dará igual su forma, su soporte, lo importante será la distribución y transmisión de la creación de la que nace la emoción.

En el nuevo contexto, no debemos olvidar que España tiene una oportunidad única: poder ser parte del Mercado Único Digital Europeo y convertirse en nexo de unión entre diferentes continentes, mediante el impulso y la creación de un mercado único digital de la creación original de obras y de contenidos del idioma español.

José Manuel Gómez Bravo es abogado y experto en derechos de propiedad intelectual.

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