COVAX: nuestra mejor oportunidad para vencer al COVID

COVAX: nuestra mejor oportunidad para vencer al COVID
Tony Karumba/AFP via Getty Images

Los primeros suministros de vacunas por parte del mecanismo de Acceso Mundial a las Vacunas COVID-19 (COVAX) a Ghana, Nigeria y Costa de Marfil trajeron una luz de esperanza a los países africanos que se encuentran ansiosos por empezar a inmunizar a sus poblaciones contra la enfermedad. Pero, si bien COVAX está aumentando los suministros, su misión de proporcionar acceso rápido, justo y equitativo a las vacunas COVID-19 a las personas de todo el mundo se ve amenazada por los países ricos que ordenan más vacunas de las que necesitan. Este preocupante desequilibrio mundial en la distribución de vacunas podría frenar la recuperación de África, así como también podría prolongar la pandemia en todo el mundo.

COVAX es la mejor oportunidad que tiene a disposición el mundo para evitar ese escenario. Nunca antes toda la población del mundo había necesitado, simultáneamente, una vacuna contra la misma enfermedad, y COVAX está permitiendo una colaboración transcendental para afrontar el desafío, reuniendo a los gobiernos, las organizaciones mundiales dedicadas a la salud, al sector privado, a los científicos, como también a muchos otros asociados para desarrollar, fabricar y administrar vacunas.

En última instancia, mediremos el éxito de este cometido sin precedentes a lo largo de varios años, incluso a lo largo de varias décadas. Pero, el mecanismo COVAX ya está encaminado hacia suministrar dos mil millones de dosis de vacunas COVID-19 a países de todos los niveles de ingresos en el año 2021; además, este mecanismo cuenta con la cartera más diversa y activamente gestionada de investigación y desarrollo para vacunas en el mundo. El objetivo es garantizar que las poblaciones más vulnerables reciban vacunas COVID-19 hasta fines de este año.

Y, sin embargo, los países en desarrollo deben competir con los países ricos, algunos de los cuales han ordenado suministros de vacunas suficientes para vacunar a sus poblaciones muchas más veces de las necesarias. La Unión Africana (UA), por el contrario, ha ordenado vacunas para sólo el 38% de la población del continente, e incluso si los países quisieran obtener más vacunas, los suministros no están disponibles de inmediato. Algunos países inclusive temen que los fabricantes de vacunas se centren en cumplir los acuerdos bilaterales con países ricos, en lugar de entregar dosis a COVAX.

Los temores vinculados a las demoras en el suministro de vacunas pueden estar contribuyendo a los esfuerzos que realizan las autoridades africanas para obtener vacunas en otros lugares. La UA ha establecido el Equipo Africano de Adquisición de Vacunas (AVATT), una plataforma para que los países africanos realicen pedidos anticipados y compren vacunas. Rusia ha ofrecido 300 millones de dosis de su vacuna Sputnik V para su compra a través de AVATT, pero no está claro cuándo se podrían entregar dichas dosis, o a qué precio. Entretanto, algunos gobiernos están aplicando acuerdos bilaterales. Sudáfrica ha pagado 5,25 dólares estadounidenses por dosis de la vacuna Oxford-AstraZeneca, más del doble del precio que pagan los países europeos. Zimbabue está utilizando la vacuna Sinopharm china, y las autoridades sanitarias de Nigeria han anunciado que están en conversaciones con Rusia e India para adquirir vacunas.

Si bien los costos de muchos de estos acuerdos bilaterales no están claros, se están llevando a cabo fuera del ámbito del mecanismo COVAX, mismo que está comprometido a negociar el precio más asequible para las vacunas que adquiere.

COVAX puede tener éxito como un mecanismo central para garantizar un acceso equitativo a las vacunas, pero no alcanzará dicho éxito si los países van tras la consecución de sus propios intereses o se ven obligados a obtener dosis de otras maneras. Además, algunos países parecen estar utilizando sus vacunas para lograr fines políticos. Si bien la Unión Africana ha demostrado su liderazgo al establecer el AVATT, se debe continuar con la coordinación con el COVAX para evitar duplicar o socavar los esfuerzos colectivos.

Al mismo tiempo, el propio COVAX debería centrarse en el suministro de volúmenes más elevados a los países de ingresos bajos y medianos, incluidos los países africanos. Actualmente, el plan tiene por objeto proporcionar dosis de vacunas a por lo menos el 20 por ciento de las poblaciones de esos países hasta finales del año 2021, que es un porcentaje inferior al deseado por muchos gobiernos africanos. Los Centros Africanos para el Control y la Prevención de Enfermedades han fijado la meta de vacunar al 35% de la población de África este año, y posteriormente al 60%, cifra que es consistente con los objetivos fijados por los países de mayores ingresos.

COVAX, en último término, se propone suministrar a los países de ingresos bajos y medianos hasta 1,8 mil millones de dosis en el año 2021, dependiendo esto de la financiación y los suministros. Por lo tanto, los gobiernos africanos deberían alinear sus esfuerzos con COVAX para garantizar el cumplimiento de estos objetivos. Ello ofrecería las mayores posibilidades respecto a poner fin a la pandemia lo antes posible, garantizando al mismo tiempo la transparencia y el rigor en materia de la seguridad de las vacunas.

Finalmente, el propósito de COVAX es permitir un acceso equitativo a las vacunas COVID-19. Hacer esperar a África es injusto e imprudente. Si bien la cantidad total de casos es mucho mayor en Europa y Estados Unidos, la necesidad que tiene África en cuanto a proteger a los trabajadores de primera línea y a otros grupos vulnerables no es menos urgente. Cuanto más tiempo se tarde en vacunar a la población de la región, mayor será el riesgo de que surjan nuevas variantes del coronavirus que puedan volver a amenazar al mundo.

Es comprensible que muchos países consideren la salud y el bienestar económico de sus propios ciudadanos como la máxima prioridad. No obstante, nadie estará a salvo del COVID-19 hasta que todos lo estemos. COVAX sigue siendo nuestra mejor herramienta para expandir la protección que brindan las vacunas, y los gobiernos de los países ricos y pobres, por igual, tienen la obligación de dar su apoyo a este mecanismo.

Oyeronke Oyebanji, a public-health professional and 2021 Aspen New Voices Fellow, is Strategy Coordinator at the Coalition for Epidemic Preparedness Innovations and a member of the COVAX Strategy Coordination Office. Traducción del inglés: Rocío L. Barrientos.

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