Cuarenta años para un homenaje necesario

A la memoria de Ángel del Moral, soldado de la Agrupación de Tropas Nómadas que con tan solo 21 años fue asesinado por sus propios compañeros de armas, y en homenaje al resto de los integrantes de las patrullas «Pedro» y «Domingo» que sufrieron, además de un prolongado cautiverio, maltrato físico y psicológico por parte de sus captores.

Dentro de poco se cumplirán 40 años desde que en mayo de 1975 se produjeron los dos últimos actos de sedición habidos dentro del Ejército español, en el seno de la Agrupación de Tropas Nómadas, en la que fue la 53º provincia española: el Sahara Occidental. El deseo de independencia por parte de la población autóctona hizo que surgiera un movimiento revolucionario independentista que inició una serie de ataques contra el Ejército y la Administración españoles en el territorio.

Entre estas acciones de hostigamiento las más graves y significativas fueron las deserciones de las llamadas patrullas «Pedro» y «Domingo». Brahim Galli negó a esta autora que estuvieran programadas por el Frente Polisario, sino que fueron obra de los propios militares españoles-saharauis que a los pocos días se unieron al partido; sin embargo, en varias declaraciones de los que fueron secuestrados y liberados posteriormente se hace mención explícita de la participación del Polisario desde un primer momento.

El 5 de mayo de 1975 salió de Smara, en dirección a Amgala, la patrulla «Pedro», para realizar misiones de seguridad y vigilancia de la zona. Vivaquearon sobre el terreno hasta el día 9, cuando emprendieron la marcha hacia Tifariti, parando a comer sobre las 13:30. Varios soldados indígenas despistaron a los mandos alegando estar enfermos y el resto, exceptuando algunos, aprovechó este momento para sublevarse y, por la fuerza, apresar a los militares españoles no saharauis, a pesar de la fuerte resistencia que ofrecieron: los tenientes Lorenzo y Sánchez-Gey, así como el sargento Sobrino y el soldado Lara, perdieron el conocimiento por los culatazos de arma que recibieron. El cabo Escalante y los soldados Olano, Arroyo y Heredia fueron reducidos a punta de fusil, siendo este último, ya en el suelo y maniatado, apaleado.

Las patrullas debían enlazar con el mando dos veces al día, por la mañana y por la tarde, y la esperanza de los cautivos era que al no haberse producido el enlace de las 16:30 se procedería a una rápida operación de rastrilleo y persecución. Sin embargo, hasta el día 10 la autoridad militar no dio a conocer los hechos, ordenando el estado de máxima alerta; demasiado tarde ya: los prisioneros se encontraban en territorio argelino. A este hecho se unió la falta de precaución al no alterar las expediciones programadas para el resto de las patrullas, las lógicas y coherentes alegaciones para que se anularan estas salidas no fueron atendidas, y el día 11 de mayo emprendió la marcha la patrulla «Domingo» con base en Mahbes, compuesta por 27 saharauis y ocho militares españoles no saharauis, en dirección al pozo de Aaran. Vivaquearon por la zona y con la caída de la tarde los soldados saharauis se rebelaron a punta de fusil y con disparos, matando al soldado Ángel del Moral e hiriendo de gravedad, con un tiro en el pecho, al soldado Bauza y, como consecuencia del rebote de un disparo, al sargento Fuentes. El resto de los militares españoles no saharauis, los tenientes Fandiño y Álvarez, el cabo Moras y los soldados Mateos y Collado, recibieron, sin motivo alguno, diferentes palizas. El maltrato físico y psicológico fue una constante durante los primeros días de cautiverio.

A finales de mayo, ambas patrullas coincidieron en una antigua base francesa en territorio argelino y, a partir de este momento, la misión de vigilancia recayó no sólo sobre los saharauis del Frente Polisario, sino también sobre los militares argelinos, haciéndose evidente la implicación de Argelia. Conforme pasaron los días, las condiciones de vida de los cautivos mejoraron ligeramente, tanto en el trato recibido como en la alimentación y en la higiene. El 12 de julio fueron liberados los soldados Bauza (herido) y Blanco (por ataques de epilepsia).

Finalmente la actuación del Gobierno español por mediación del ministro de Asuntos Exteriores, Cortina Mauri, y sus negociaciones con los dirigentes del Frente Polisario hicieron posible que el 9 de septiembre estos militares españoles llegaran, procedentes de Argel, al aeropuerto de Madrid-Barajas. El cuerpo del soldado Ángel del Moral, que estuvo enterrado en Argelia durante casi siete meses, fue entregado a las autoridades españolas el 21 de octubre de 1975. Y ahora, en el aniversario de su muerte, el recuerdo le hace justicia.

Gemma Esteban Dorronzoro, profesora de Historia y especialista en el Sahara español.

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