Custodios de la libertad

Hoy celebramos los Patronos del Cuerpo Nacional de Policía, los Santos Ángeles Custodios. En todas las ciudades de España se organizan actos que ponen de manifiesto el apoyo y el afecto que la sociedad siente por su Policía y el reconocimiento a un servicio público que resulta esencial para nuestra libertad y nuestra convivencia. Muchos policías serán además reconocidos con una condecoración por su especial dedicación y entrega, en la mayoría de los casos más allá del deber. En realidad deberían ser todos los policías nacionales los que recibieran ese reconocimiento por su buen hacer. Honraremos de forma especial a aquellos que entregaron su vida en acto de servicio. Y por un día, las familias de los policías, quienes más sufren y alientan su vocación policial, serán también protagonistas.

Este no ha sido un año fácil. La crisis económica ha golpeado con gran dureza a la sociedad española y a todas sus instituciones. Los policías han tenido que realizar importantes sacrificios, y el conjunto del Cuerpo un gran esfuerzo de austeridad para sacar la máxima eficiencia de unos recursos escasos. Pero el enorme sentido de la responsabilidad, una inquebrantable vocación de servicio y la profesionalidad de los policías nacionales han hecho que la crisis económica no solo no haya incrementado la inseguridad de los ciudadanos, sino que España sea hoy un país más seguro.

Podemos sentirnos orgullosos de los resultados obtenidos. El número de delitos se está reduciendo año a año, mientras que la eficacia policial en la resolución de los que se cometen aumenta. La tranquilidad es la seña de identidad en nuestras calles a pesar de algunos grupúsculos violentos que intentan dañar nuestra convivencia democrática. La acción firme y equilibrada de la Policía Nacional ha resultado esencial para mantener en todo momento la paz social.

La Policía sigue manteniendo la lucha contra el terrorismo como su máxima prioridad. La presión policial sobre ETA ha sido sin ninguna duda el factor esencial que la ha conducido a su derrota; y seguiremos manteniendo esa misma presión hasta lograr la total desaparición de esta organización terrorista que tanto dolor ha causado a la sociedad española. A su vez, estamos haciendo frente con la misma determinación al terrorismo yihadista que constituye una amenaza global para el conjunto de la Unión Europea y el mundo occidental al que pertenecemos. Y permanecemos vigilantes y activos para que ningún grupo radical o extremista pueda utilizar el terrorismo como un arma para lograr sus objetivos totalitarios.

En la lucha contra la droga y el crimen organizado estamos alcanzando éxitos importantes. España es un país líder en incautaciones de droga, hasta el punto de que las organizaciones de narcotráfico están buscando rutas alternativas de tránsito para evitar la acción de nuestras Fuerzas de Seguridad. El número de grupos de crimen organizado detectados en España ha descendido por primera vez en décadas, mientras que el número de detenidos sigue aumentando. Hemos diseñado una estrategia para perseguir los activos financieros de estos grupos y el blanqueo de capitales que estoy seguro logrará que España sea un país cada vez más hostil para esta criminalidad trasnacional.

Hemos contenido el flujo de inmigración ilegal que tradicionalmente llegaba a nuestras costas y a nuestras fronteras. La cooperación reforzada con nuestros vecinos, especialmente Marruecos, la colaboración con los países de origen y el compromiso de toda la Unión Europea a través de Frontex han logrado que el número de inmigrantes irregulares se reduzca cada vez más. Pronto aprobaremos una reforma de los actuales CIEs para poder transformarlos en unos Centros de Estancia Controlada de Extranjeros más modernos y con mayor implicación de las organizaciones sociales.

La lucha contra la trata de seres humanos, especialmente aquella cuyos fines son de explotación sexual, se ha convertido en una de nuestras prioridades. Hemos lanzado un ambicioso plan, con implicación de muchas organizaciones no gubernamentales y la colaboración ciudadana, que estoy convencido va a permitir luchar con mayor eficacia contra esta nueva forma de esclavitud que vivimos en nuestro siglo.

El Proyecto Policía 3.0 que hemos puesto en marcha supone la transformación del Cuerpo para situar a la Policía Nacional en la vanguardia de la sociedad de la información y el conocimiento. La policía «inteligente» pretende hacer frente al gran desafío de la seguridad en el nuevo mundo virtual, generar mayor eficiencia en la utilización de los recursos y consolidar nuestro liderazgo en redes sociales como un instrumento privilegiado de colaboración ciudadana.

Pero, sobre todo, la celebración de nuestros Patronos debe servirnos para renovar los valores y principios que se han ido forjando a lo largo de casi dos siglos de historia de nuestra Policía y que hoy constituyen un verdadero referente para el conjunto de la sociedad. Unos valores que hemos sintetizado en nuestro Código Ético recientemente publicado y que inspira a la Policía Nacional en el liderazgo para la regeneración moral que España necesita.

Son muchos los retos y desafíos que tenemos por delante. El principal de ellos, mantener a España como uno de los países más seguros del mundo y a la Policía Nacional como una de las instituciones mejor valoradas por los ciudadanos. Para una Policía democrática, nada más importante que contar con el reconocimiento, el apoyo y el afecto de los ciudadanos a los que sirve. En este día tan especial de nuestros Patronos renovamos el compromiso firme de todos los policías nacionales de seguir siendo custodios de la libertad, de los derechos de todos los ciudadanos y de la seguridad de todos los españoles.

Ignacio Cosidó, director general de la Policía.

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