David Cameron y la derecha polaca

Un derechista polaco poco de fiar dirige hoy a los conservadores británicos en el Parlamento Europeo. ¿Qué demonios cree el líder tory que está haciendo?

La farsa de la legión letona de David Cameron se vuelve más ridícula cada día que pasa. El mes pasado, escribí un artículo en el que lamentaba el hecho de que Cameron haya sacado a los conservadores británicos presentes en el Parlamento Europeo del grupo del Partido Popular Europeo (PPE), importante e influyente, para incluirlos en una nueva facción mucho más pequeña, bautizada Conservadores y Reformistas Europeos (CRE).

El portavoz de los conservadores para asuntos europeos, Mark Francois, escribió una carta a The Guardian en la que pretendía enseñarme varias cosas sobre política centroeuropea. Dado que llevo estudiando la política centroeuropea desde hace 30 años, mientras que Francois se ha dedicado a la política británica y ha sido asesor de asuntos públicos, lo primero que me vino a la mente fue que no sé si es el más indicado para darme lecciones. Como era de esperar, sus afirmaciones eran engañosas o claramente erróneas.

Por ejemplo, Francois aseguraba que la mayor parte de los miembros del nuevo grupo "saldrá de los partidos más grandes de sus respectivos países". La realidad es ésta: el PPE representa a los partidos más grandes nada menos que en 13 de los 27 Estados miembros de la UE, según los votos obtenidos en las últimas elecciones europeas. El nuevo grupo en el que se han integrado los conservadores no contiene más que otro partido que pueda presumir de eso: el Partido Democrático Cívico de la República Checa. Su nuevo socio polaco, el partido Ley y Justicia, es el segundo de Polonia, muy por detrás de la Plataforma Cívica, que está en el PPE. Y el resto de los integrantes no son más que parlamentarios aislados de otros cinco países: Holanda, Bélgica, Finlandia, Hungría y Letonia.

Desde que Francois escribió esa carta ignorante y engañosa, la farsa cuenta con otro par de actos más. Cuando Edward McMillan-Scott, un conservador británico que es ya veterano en el Parlamento Europeo, se enteró de que el nuevo grupo debía apoyar la candidatura para la vicepresidencia de la cámara de Michal Kaminski, de la facción del partido Ley y Justicia, "llevó a cabo -como muestra su página web, www.emcmillanscott.com- ciertas investigaciones que demostraron que Kaminski tenía un pasado extremista como miembro del Renacimiento Nacional".

A pesar de una llamada telefónica de Cameron, McMillan-Scott presentó su candidatura contra la de Kaminski como independiente y le derrotó en una votación de todo el Parlamento. Los polacos se pusieron furiosos. Entonces, según dicen como consecuencia de una airada llamada de uno de los gemelos Kaczynski (Jaroslaw, líder de Ley y Justicia, o Lech, actual presidente de Polonia) a Cameron, el conservador británico Timothy Kirkhope se apartó de la dirección del grupo de CRE y eligieron a Kaminski, de 37 años, en su lugar.

El euroescéptico conservador británico Daniel Hannan, miembro del Parlamento Europeo, elogia a su amigo Kaminski en su blog ("Tenemos cada uno dos niñas de edades parecidas. Los dos somos conservadores: euroescépticos, partidarios del libre mercado y atlantistas") y dice que es "lo más parecido a un tory británico fuera del Carlton Club" (un famoso club conservador en la londinense calle de St. James). Por el contrario, en comentarios escritos desde la izquierda, se asocia a Kaminski con algunas opiniones de la extrema derecha. Como suele suceder cuando se habla de Polonia en Occidente, la acusación de antisemitismo nunca está demasiado lejos.

A veces -como, por ejemplo, en el caso del presidente Lech Kaczynski-, esas acusaciones son bastante injustas. El juicio debe ser siempre individual y cuidadoso. Nacido en 1972, Kaminski fue adolescente en los confusos años postreros de la Polonia comunista y, en esa época, fue miembro de lo que hoy es un partido extremista verdaderamente repugnante llamado Renacimiento Nacional de Polonia. No sé ustedes, pero yo no estoy dispuesto a descalificar a un político sólo por las estupideces que cometió cuando era adolescente.

Más grave es lo que ha dicho y hecho Kaminski ya de adulto. En los años noventa, era un joven activista dinámico y ambicioso en un partido de derechas, nacionalista y xenófobo, la Unión Nacional Cristiana. En 1999 visitó Reino Unido para regalar un gorjal con un bordado de la Virgen María al general Augusto Pinochet. "Ése fue el encuentro más importante de toda mi vida. El general Pinochet se mostró claramente conmovido y muy contento de nuestra visita", contó Kaminski al servicio en polaco de la BBC. En un breve vídeo de julio de 2000, aparece llamando a los homosexuales pedaly, un término coloquial que podría traducirse como maricones.

En 2001 intervino en una de las mayores controversias históricas de Polonia desde 1989, sobre el asesinato, en julio de 1941, de casi todos los habitantes judíos del pueblo polaco de Jedwabne; una matanza cometida por campesinos polacos. Era el representante parlamentario de la zona y, en calidad de tal, denunció al presidente postcomunista Aleksander Kwasniewski por estar dispuesto a pedir perdón en nombre de Polonia por este crimen.

En un semanario muy desagradable de extrema derecha llamado Nuestra Polonia apareció una entrevista con Kaminski en la que, aunque reconocía "la tragedia del Holocausto", decía que el asesinato lo cometió un puñado de proscritos ("ninguna persona decente se dedicaría a quemar judíos") y que pediría perdón si alguien "del bando judío" pedía perdón por lo que los "judíos" hicieron durante la ocupación soviética del este de Polonia entre 1939 y 1941. (Según la publicación londinense The Observer, Kaminski niega haber concedido la entrevista, pero el director de Nuestra Polonia asegura que sí lo hizo).

No digo que Kaminski sea personalmente antisemita. Pero creo que pocos historiadores dudarían en tachar de antisemitas otras partes de Nuestra Polonia, que acabo de estar leyendo en la extraordinaria biblioteca de la Hoover Institution de la Universidad de Stanford. Por ejemplo, hay una caricatura que muestra Polonia como una hoja devorada por algo que parecen langostas, una de ellas con la estrella de David en las alas.

Es decir, en el pasado no muy lejano de Kaminski hay cosas malas y un contexto muy inquietante. En los últimos años se ha vuelto más sibilino y cuidadoso con lo que dice, entre otras cosas porque se ha movido más por Europa. Fue decisivo a la hora de orquestar la astuta estrategia de medios que llevó a los hermanos Kaczynski al poder. Llegó al Parlamento Europeo con la primera oleada de representantes polacos en 2004 y, al parecer, le gustó lo que vio en Bruselas y Estrasburgo. Parece que regresó a Varsovia en 2007 a regañadientes, para ser el principal asesor de comunicación del presidente Kaczynski. Los analistas le consideran uno de los modernizadores más prometedores de su partido.

¿Ante quién nos encontramos? ¿Un derechista furibundo? ¿Un modernizador conservador? ¿Un buen candidato para el Carlton Club? Dios sabe en qué creía Kaminski antes y en qué cree ahora, salvo una cosa: no hay duda de que cree en Kaminski. Su viejo jefe en la Unión Nacional Cristiana ha dicho de él que era "de opiniones flexibles, muy sociable, con una actitud sibarita. Le gusta comer y beber bien". Démosle cinco años como jefe de un grupo en el Parlamento Europeo y acabará pareciéndose mucho a esos post-fascistas o post-postfascistas italianos, completamente modernos, que forman parte de la coalición Pueblo de la Libertad de Berlusconi, integrada (hay que tenerlo también en cuenta) en el PPE.

De ser así, a largo plazo, es posible que Cameron haya hecho, sin querer, una pequeña contribución a la modernización de la derecha polaca. Y es posible que un día él, como Pinochet, reciba un gorjal con una Virgen de manos de un Kaminski de lo más moderno. Pero en todo esto, ¿qué servicio ha prestado Cameron a su propio partido? ¿O al Reino Unido? ¿O al resto de Europa? ¿Qué tipo de Unión Europea pretende lograr con unas maniobras tan ridículas? Y si no puede conseguirlo, ¿dirá entonces a los británicos que el Reino Unido debe abandonar la UE? Éstas son las preguntas que debe responder.

Timothy Garton Ash, catedrático de Estudios Europeos en la Universidad de Oxford y profesor titular de la Hoover Institution en la Universidad de Stanford.