De la Catedral de Escobar a la Lledoners de Junqueras: algunas semejanzas

Pablo Emilio Escobar Gaviria tuvo su cárcel y su palacio. Oriol Junqueras tiene su Lledoners y su despacho. En La Catedral, la prisión que Pablo Escobar se construyó para cumplir sus condenas, se organizaban orgías, entraban y salían las bellezas colombianas, y él y sus sicarios gobernaban Colombia por la dejación del Estado de Derecho y por la fuerza de la violencia y el poder de la cocaína.

Por el centro penitenciario de Lledoners, en el ala de Psiquiatría que le han habilitado al líder de ERC, pasan las fuerzas vivas del independentismo, la patronal y los sindicatos. Y hasta pasa ese vicepresidente tácito que es Pablo Iglesias para cuadrarle los presupuestos al Gobierno. También se ve a Lluis Llach, al que, como revela este periódico, no se le puede "mezclar con los gitanos del vis a vis". Más allá de las evidentes diferencias entre Junqueras y Pablo Escobar, es cierto que en ambos casos el paso por el trullo viene confortable de serie gracias a un Estado tan generoso como genuflexo.

Escobar pactó su reclusión con César Gaviria para evitar su extradición a USA y entró a su cárcel un 19 de julio de 1991. Y Junqueras fue acercado a Cataluña un 4 de julio gracias a la indulgencia y a los gestos de Pedro Sánchez con el independentismo.

Gente variopinta

La famosa cárcel que se construyó Pablo Escobar, la célebre Catedral, es aún hoy día un símbolo de peregrinación de los incondicionales del narcotraficante. Son muchos los que acuden a las ruinas de este presidio a las afueras boscosas de Medellín, en el Valle de la Miel de la localidad de Envigado. La cárcel de Lledoners, sin embargo, ya estaba edificada antes del golpe del 1-O. Tanto los coros y danzas de los lazos amarillos como los admiradores del narco tienen sus santuarios. Claro que las semejanzas no acaban ahí: si Pablo Escobar recibía a amantes y esposa en el presidio, Junqueras ve a su mujer entre tres y cuatro veces al mes.

Junqueras despacha con la gente más variopinta en ese esfuerzo de fer país, como cuenta EL ESPAÑOL. Obviamente, como hombre temeroso de Dios que es Oriol, el preso "de las sonrisas" se entrevista con Sor Lucía Caram o con el obispo de Solsona, que no son en sí mismo unos poderes temporales sino, más bien, de corte espiritual.

En la Catedral hacían barbacoas con carne humana y de res, mientras que todo el sicariato que arrodilló a Colombia entera daba cuenta de litros y litros de cerveza "Póker". En Lledoners hay presos del procés que se escapan a misa o a la piscina para no recibir visitas, agotados quizá de ese esfuerzo de representación de la Generalitat golpista dentro de un presidio. En la puerta de la Catedral hay pintadas unas flechas amarillas que indican la entrada y la salida de lo que es hoy un centro de retiro benedictino. En Lledoners, el camino está plagado de lazos amarillos en el asfalto.

President in péctore

Las semejanzas y las diferencias entre Lledoners y la Catedral son evidentes, seamos honrados. Ya no es sólo que la cárcel barcelonesa sea el símbolo del poder para media Cataluña; es que las broncas entre las dos almas del separatismo, ERC vs PDeCAT, se dirimen allí mismo. Hay políticos presos que ni se dirigen la palabra en el patio y en las horas de esparcimiento. De hecho, como tmabién cuenta este periódico, hay quien entra en la cárcel catalana sin ni siquiera ser cacheado.

Escobar en esto de la seguridad sí que era un poco más expeditivo: gozaba de unos vigilantes de su entera confianza y de una verja electrificada que el propio narco accionaba desde su celda. Si Escobar llamaba a los mejores futbolistas de Colombia para organizar pachangas en una cancha que era además helipuerto, Junqueras ha principiado una bonita amistad con un brujo que le ha propuesto la curación de la mirada.

Pablo Escobar acabó fugándose de su presidio dorado por un sendero que tenían ya previsto en el bosque. El líder de ERC, a fecha de hoy, sigue ejerciendo como president in péctore de la Generalitat a la que le cayó el 155. En un despachito confortable.

Sus señas -las de Junqueras- son éstas: Ala de Psiquiatría, prisión de Lledoners, C-55, Km. 37, 08250 Sant Joan de Vilatorrada, Barcelona, España. Para ir pidiendo cita.

Jesús Nieto Jurado

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