Debemos cerrar la brecha de apatía de la juventud

Cuando los países que son miembros de las Naciones Unidas adoptaron los Objetivos de Desarrollo Sostenible hace dos años, se comprometieron a reducir sustancialmente “la proporción de jóvenes que no estudian, ni trabajan, ni están en capacitación”. Ese compromiso será prácticamente imposible de cumplir a menos que la participación política de jóvenes aumente considerablemente.

Los jóvenes son fundamentales para el progreso. Como dijo el presidente estadounidense Barack Obama el año 2015 en un discurso en Nairobi, “ningún país puede alcanzar todo su potencial a menos que aproveche el talento de toda su población”. Y, la juventud, en la actualidad, engloba a una gran parte de la población – el 18% de la población mundial, para ser exactos. La proporción es aún mayor en gran parte del mundo en desarrollo. La mediana de la edad de la población de África es de sólo 19,5 años.

Teniendo en cuenta únicamente la cantidad, sin llegar a mencionar el aumento de las tasas de educación y alfabetización, se puede afirmar que los jóvenes pueden hacer que todo cambie muchísimo, debido a que ellos pueden dar forma al discurso político y a los resultados electorales. Sin embargo, eso requiere que ellos se comprometan y estén activos.

En el Reino Unido, la mayoría de los jóvenes desean que su país permanezca en la Unión Europea. Tal como mostró una encuesta de Lord Ashcroft, el 73% de las personas de 18 a 24 años y el 62% de las personas de 25 a 34 años emitieron su voto de manera acorde al deseo antedicho en el referéndum del año pasado. No obstante, la mayoría de los jóvenes británicos no se presentaron a emitir su voto, lo que permitió que los pobladores de base con mayor edad del Reino Unido, quienes predominantemente están a favor de Brexit, se alzarán como los ganadores el día del referéndum.

Presumiblemente, al haber aprendido la lección del referéndum Brexit, los jóvenes británicos contribuyeron a la inesperada victoria del Partido Laborista en las elecciones generales del mes de junio. En las elecciones presidenciales de Kenia, celebradas el mes pasado, el 51% de los votantes registrados tenía menos de 35 años. A pesar de que la Corte Suprema anuló los resultados y ordenó una nueva votación debido a ilegalidades e irregularidades electorales, es probable que un gran número de jóvenes vuelva a salir a votar en futuros comicios.

Desafortunadamente, Kenia es la excepción que demuestra la regla. La apatía política entre los jóvenes, como la que se observó durante el referéndum Brexit, permanece omnipresente en todo el mundo. En muchas regiones de África, por ejemplo, los jóvenes están desilusionados con la política, están convencidos de que las personas mayores y ricas siempre prevalecerán y promoverán sus propios intereses, a menudo a expensas de las generaciones más jóvenes.

Esa sensación de pérdida de poder amenaza con convertir a la alta proporción de población joven de los países en desarrollo en un maleficio para la juventud – con graves consecuencias potenciales. Los levantamientos de la primavera árabe, que provocaron violencia e inestabilidad en la mayoría de los países afectados, fueron alimentados en gran parte por personas jóvenes desesperadas que exigían derechos y oportunidades.

Para evitar tales resultados, los jóvenes deben formar parte de la vida política de sus países, deben ser capaces de promover su propia visión sobre el futuro. Tal como los jóvenes kenianos repetían durante la reciente campaña electoral, “si no estás sentado en la mesa, estás listado en el menú”.

Por lo tanto, ¿qué se puede hacer para aumentar la conciencia política y la participación entre los jóvenes? En Kenia, los esfuerzos del gobierno se han centrado en la creación de tres instituciones: el Ministerio de Servicios Públicos, Juventudes y Asuntos de Género, el Fondo de Desarrollo de la Empresa Juvenil, y el Consejo Nacional de la Juventud. Aunque algo disfuncionales, estas instituciones han ayudado a potenciar a los jóvenes de Kenia al impulsar la alta participación electoral de la juventud el mes pasado.

Pero, quizás el enfoque más eficaz para cerrar la brecha de apatía se centra en las iniciativas dirigidas por los propios jóvenes. En Nigeria, los jóvenes encabezaron la campaña Not Too Young To Run, la que llevó a una enmienda constitucional que redujo la edad mínima para los candidatos. Su éxito inspiró una campaña mundial para apoyar el derecho de los jóvenes a postularse a un cargo.

En Kenia, el movimiento social liderado por jóvenes y denominado Jiactivate – nombre que combina vocablos es swahili e inglés y significa “actívate por tu propia cuenta” – está en la búsqueda de impulsar la participación de la juventud en la política al poner de relieve los principales problemas que afectan a los jóvenes. Jiactivate, el movimiento del que soy presidente nacional, tiene como objetivo servir como una plataforma que amplifica las voces de los jóvenes kenianos, ofreciéndoles formas más fáciles de llevar a cabo acciones.

Para inspirar más iniciativas de este tipo, debe haber un esfuerzo deliberado para comprometerse con los jóvenes de una manera que se brinde apoyo al compromiso político real, no al tokenismo y a la retórica vacía. Para ello, la Organización de la Juventud Africana, de la que soy coordinador, no sólo ha trabajado con redes comunitarias y grupos juveniles locales, sino que también ha aprendido lecciones de los resultados de una encuesta realizada por GeoPoll, misma que encuestó a 2.000 jóvenes de zonas urbanas y rurales de Kenia.

Dicha encuesta mostró que si bien el 27% de los encuestados nunca había tenido una participación política activa, el 26% sí había asistido a algún evento político y el 34% había realizado publicaciones de carácter político en las redes sociales. Además, el 68% de los encuestados dijo que participaría en acciones políticas únicamente en caso de tener acceso a una plataforma segura y confiable que les brinde protección frente a la victimización, la intimidación, o las reprimendas.

Una lección que se puede extraer de estos datos es el valor potencial de las redes sociales, mismas que, a pesar de estar restringidas en muchos países durante las elecciones, continúan siendo una poderosa herramienta para facilitar el compromiso político de los jóvenes. Por ejemplo, al usar creativamente las redes sociales para recolectar, ordenar, y amplificar las prioridades de los jóvenes en las elecciones de Kenia, Jiactivate ayudó a estimular su interés en la política.

No obstante, muchos kenianos que tenían popularidad en las redes sociales no influyeron mucho en el resultado de las elecciones. Traducir la energía de las redes sociales en acciones eficaces en el mundo real continúa siendo un desafío abrumador.

Incrementar la participación de los jóvenes en la política requerirá de un compromiso sostenido y de trabajo arduo. Pero, lejos de ser un elemento disuasivo, esto debería servir como un poderoso incentivo para ponerse manos a la obra. Nadie está más afectado por las políticas del pasado, las del presente y aquellas futuras que los jóvenes. Ellos tienen la obligación de tomar su asiento en la mesa, y no deben esperar hasta que se les ofrezca un lugar.

Michael A. Asudi is Country Coordinator and Secretary of International Affairs at the Organisation of Africa Youth. Traducción del inglés al español: Rocío L. Barrientos.

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