Derechos humanos y FFAA

Recientemente, la Fundación Víctimas del Terrorismo ha concedido el premio «Defensa de los Derechos Humanos» a nuestras Fuerzas Armadas. Según recoge la Prensa, los miembros del Jurado han tenido en consideración que, en la actualidad, las Fuerzas Armadas españolas están presentes en numerosas misiones en el exterior, con más de 3.000 militares desplegados en cuatro continentes. Recuerda la Fundación que dichas misiones son «Una contribución a la paz que hace a nuestra sociedad deudora con unas Fuerzas Armadas que siempre han velado por nuestra seguridad, a riesgo de haber entregado la vida de no pocos de los suyos».

En mi opinión, lo que hace especialmente relevante este premio es la naturaleza del mismo: «La Defensa de los Derechos Humanos». Históricamente, este tipo de premios se venia concediendo a señaladas personalidades que se habían destacado en su lucha por los derechos civiles y políticos, habitualmente de minorías étnicas o religiosas perseguidas o ignoradas, o por el restablecimiento de las libertades públicas en regímenes autoritarios. Nada de esto debería ser objeto de reivindicación en un Estado social y democrático de Derecho, como lo es España, donde los Derechos Humanos y el Imperio de la Ley son la norma, y sus vulneraciones debidamente sancionadas.

Así ha sido en España en los 40 años de vigencia de la Constitución de 1978, con dos significativas excepciones: el terrorismo de ETA y el «proceso catalán». En este último, las Fuerzas Armadas tan solo se han visto incomodadas por los desplantes y provocaciones independentistas, quedando limitada la cuestión, por ahora, al ámbito político y judicial.

Sin embargo, las Fuerzas Armadas fueron un claro objetivo de la organización terrorista ETA, que llegó a asesinar a 103 militares, que sumados a los 230 del Cuerpo de la Guardia Civil, hacen que el número total de militares muertos por la acción terrorista de ETA alcanzara los 333, es decir, un militar asesinadocada 45 días durante el periodo de actividad de la banda terrorista. No me cabe la menor duda de que la abnegación y sacrificio de los miembros de las Fuerzas Armadas y de Seguridad del Estado, porque no nos podemos olvidar de los 213 policías asesinados por ETA, ha sido clave para la victoria del Estado de Derecho, y con ello, coadyuvaron de manera inequívoca a que el primer Derecho Humano, el derecho a la vida, cobrara plena vigencia en España una vez derrotada ETA.

Algo parecido puede predicarse respecto de las misiones en el extranjero que las Fuerzas Armadas españolas, junto con la Guardia Civil, están llevando a cabo en los puntos más calientes del escenario internacional. Hoy día la seguridad de España y de los españoles no solo se garantiza mediante acciones llevadas a cabo dentro del territorio nacional: las organizaciones terroristas internacionales, el islamismo radical el crimen organizado y otras amenazas para la Paz y Seguridad españolas, sin las cuales los Derechos Humanos son papel mojado, deben llevarse a cabo allende nuestras fronteras.

El presidente del Gobierno, en su reciente visita a Mali, ha subrayado la importancia estratégica de esta misión porque «ayuda no solo a la estabilidad de la región sino a fortalecer la seguridad de España y de la Unión Europea, al estar haciendo frente a amenazas globales como el terrorismo, el tráfico ilegal de seres humanos y la delincuencia organizada».

Actualmente España está fuertemente comprometida con la Paz y Seguridad internacionales, estando presente en 16 misiones en el exterior, con un gran esfuerzo personal, presupuestario y dotacional, habiendo obtenido un gran prestigio nacional e internacional. Ese prestigio se alcanzó bien pronto, y ya en el informe final del Grupo de Observadores de las Naciones Unidas para Centroamérica (ONUCA), que favoreció la paz en una región azotada por la violencia, el Secretario General de la ONU en aquellos momentos, Javier Pérez de Cuellar, lo dejó escrito para la posterioridad: «… el éxito total de la operación, conseguido en condiciones muy difíciles, requirió ingenio e improvisación además de un gran esfuerzo y profesionalidad en condiciones muy difíciles. La contribución de las FAS españolas a la total restauración de la paz en América Central constituye un gran mérito para España y un reconocimiento internacional a sus Fuerzas Armadas…». Estas misiones internacionales han costado la vida a 168 militares, 36 de ellos en acciones hostiles y el resto por accidentes o enfermedades. Por todo ello resultan ciertamente verosímiles los estudios del CIS sobre las Fuerzas Armadas y la Sociedad, en los que se confirma que su actuación en el exterior contribuye de forma manifiesta al prestigio internacional de España y al impulso de la «Marca España», resultando así una inmejorable carta de presentación para este premio que tan gentilmente ha otorgado la Fundación Víctimas del Terrorismo, a la que a su vez, tanto le debemos todos los españoles.

Tomás Torres Peral, Comandante de Caballería, abogado y economista.

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