El gobierno totalitario de la actual Venezuela, sumida por cierto en la miseria de sus ciudadanos, no ceja en su empeño de perseguir a los disidentes. Para los dictadores de las repúblicas bolivarianas, que se extienden como una plaga por toda Iberoamérica, lejos de ser un derecho humano es un delito.
Un ejemplo de antología es el permanente hostigamiento al que es sometido Antonio Ledezma, un demócrata de primera talla, excelente persona, cuya amistad tenemos el honor de compartir los que formamos parte del Foro Libertad y Alternativa, testigos de excepción de su capacidad de liderazgo, hombría de bien, prudencia, coraje, fortaleza y buen hacer.
Esta pasada semana, el 21 de agosto de 2023, el gobierno de Nicolás Maduro por medio de su Fiscal General exigía a España la captura y extradición del alcalde Ledezma. Sin perder tiempo, el martes 22 de agosto, cumpliendo órdenes del dictador la vivienda del alcalde Ledezma, en la ciudad de Caracas, fue allanada, destrozando todos sus enseres y recuerdos familiares y finalmente clausurada. No corrió mejor suerte el domicilio próximo al lugar de nacimiento de Ledezma, en Cagua (Estado de Aragua) donde vivían sus familiares más cercanos, sorprendidos con nocturnidad y abandonados a su suerte: entre ellos dos niños de 8 años y 10 meses de edad y un anciano. Para más ensañamiento el miércoles 23 fue allanada también la oficina particular del exalcalde Metropolitano de Caracas.
Ledezma, ciudadano ejemplar y exiliado político con residencia en España, desata la ira del chavismo al uso por unos cuantos «delitos inolvidables». En primer lugar, haberse enfrentado en 1992 en su condición de Gobernador de la ciudad de Caracas a la estrategia golpista encabezada por Hugo Chávez. En segundo lugar, haber derrotado al «chavismo» en 2008 ganando las elecciones a la Alcaldía Metropolitana de Caracas, «delito» que fue respondido con una retahíla insólita de abuso de poder (asalto a la sede del Gobierno por casi medio centenar de hombres armados, así como, otros trece edificios de la Alcaldía; reducción del 95 por ciento del presupuesto a la Institución y acusaciones que se materializaron en juicios contra más de un centenar de trabajadores). Corrían los tiempos de Hugo Chávez, cuando la vicepresidenta en funciones del actual Gobierno de España, Yolanda Díaz, era adiestrada en Venezuela en el comunismo populista y arengaba a las huestes chavistas refiriéndose al dictador como «el camarada Hugo Rafael Chávez Frías, el más digno libertador». Ledezma no cejó en su denuncia a los planes hegemónicos del admirado líder de Yolanda Díaz.
Los mencionados «delitos» de nuestro entrañable amigo Antonio Ledezma también se produjeron con el sucesor chavista Nicolás Maduro, a quien tuvo que enfrentarse por sus fraudes electorales, violaciones a los derechos humanos y otros atropellos. Por esto, Maduro lo encarceló, junto con su abogado, durante más de mil días hasta que pudo fugarse.
Finalmente, esta despiadada e injusta persecución obedece a la infatigable actividad del alcalde Ledezma desde el exilio, denunciando las insólitas tropelías de la dictadura venezolana, que ya cuenta con siete millones de ciudadanos exiliados. Particular relevancia alcanza el recurso a la Corte Penal Internacional para impulsar la investigación sobre los responsables de perpetrar «crimines de lesa humanidad». Además, en esta máxima instancia internacional se podrán aportar todas las pruebas que justifiquen las sanciones contra esos delincuentes que habiendo robaron más de 300 mil millones de dólares, se han aliado con los cárteles de la droga convirtiendo el Estado de Derecho venezolano en un narco-estado.
La Fundación Foro Libertad y Alternativa exigió inmediatamente en comunicado de prensa a las instituciones españolas una explícita condena y oposición a las reglas arbitrarias de la dictadura venezolana, aunque tope con la incoherencia de tener una vicepresidente miembro del «Grupo de Puebla». Así es, un supuesto gobierno democrático de la UE, tiene dos miembros de número del Grupo de Puebla: la vicepresidente Yolanda Díaz y la ministra Irene Montero. Quizá, muchos ciudadanos que engruesan las filas de esa lacra del «voto cautivo» a la llamada izquierda española desconocen esta espeluznante realidad: el Grupo de Puebla es el centro de operaciones del más abyecto proyecto político de sustituir la Hispanidad –España y las Españas– en repúblicas aliadas con el narco-comunismo más abominable.
Sirvan estas líneas para interpelar a la vicepresidente en funciones Yolanda Díaz, con nuestro sabio refranero español: «Dime con quien andas y… te diré quien eres».
Inma Castilla de Cortázar Larrea es catedrática de Fisiología Médica y Metabolismo y vicepresidente del Foro Libertad y Alternativa (L&A). Fue presidente del Foro Ermua .