Donato Ndongo, memoria negra de España

Casa África ha lanzado la candidatura de Donato Ndongo al premio Princesa de Asturias de las Letras 2022. Nacido en Niefang (Guinea Ecuatorial) en 1950, Ndongo lleva cinco décadas exiliado en España. Sus tres novelas abordan temas como el legado del colonialismo en África, las dictaduras y la migración. La obra de Ndongo se estudia internacionalmente (sobre todo en Estados Unidos), pero aquí es casi desconocida. Su estatus ilustra la precaria presencia guineana en el imaginario español. Nos hartamos de discutir sobre la memoria histórica, pero ignoramos la memoria negra de España.

En su larga trayectoria, marcada por el exilio, Ndongo ha combinado tres vocaciones: periodismo, historia y literatura. Escribió Las tinieblas de tu memoria negra en 1980, pero tardó siete años en poder publicarla. El libro tuvo impacto en el mundo académico. Buena parte de la novela está escrita en segunda persona: una voz – acaso la memoria ancestral de la tribu – guía a un joven sin nombre por la Guinea tardocolonial. Las tinieblas de tu memoria negra puede leerse como una Bildungsroman o novela de formación. Con el matiz importante de que el colonialismo obliga a aprender lo ajeno y olvidar lo propio. Según su tío Abeso, el protagonista, procedente de la etnia fang pero formado como seminarista, “tiene la sabiduría de la tribu y la sabiduría de los blancos, aunque compadezco el esfuerzo que le está costando”. La alienación cultural es un tema central del libro, que muchos consideran la mejor novela africana en español.

Pero no lo es. Su continuación, Los poderes de la tempestad (1997), la supera. Aquí Ndongo depende menos de modelos previos (Chinua Achebe, Juan Goytisolo) y da más rienda suelta a su talento. La novela narra el retorno del protagonista (que no llegó a ordenarse sacerdote) con su mujer e hija españolas a la Guinea del dictador Francisco Macías Nguema, un país que lo rechaza como “blanco” por haber vivido en España. La aversión es recíproca, pues él mismo queda horrorizado por lo que encuentra. Ndongo capta muy bien el terror de vivir bajo una dictadura que puede encarcelar o asesinar impunemente. Por su tema, enfoque y calidad, Los poderes de la tempestad es comparable a La fiesta del Chivo (2000), la novela de Mario Vargas Llosa sobre Rafael Leónidas Trujillo. Ambas pertenecen a un mismo género, tristemente hispánico: la novela de dictador. Ambas diseccionan los mecanismos opresivos de tiranos que gobiernan países como si fueran sus cortijos. Ambas exploran la relación entre el poder, la violencia, el racismo y el sexo, prestando especial atención a la tortura.

Ndongo pensaba terminar esta historia con una tercera parte. Sin embargo, España cambió por la llegada de inmigrantes africanos a partir del año 2000. Por eso decidió aparcar la trilogía temporalmente y escribir El metro (2007). Este libro tiene una estructura inteligente. El primer capítulo presenta al protagonista, el camerunés Lambert Obama Ondo, que malvive como mantero en Madrid. El segundo capítulo muestra sus orígenes en Camerún. A partir de ahí, la novela cuenta toda su historia para que entendamos cómo acabó de mantero tras llegar a Canarias de forma clandestina.

Las pateras aparecen en los medios, pero no solemos pensar en lo que hay detrás. Tampoco en que cada tripulante tiene nombre, apellidos, familia, valores y cultura. El metro da cuenta pormenorizada de Lambert Obama Ondo, que lo arriesga todo en busca de oportunidades. Al leer comprendemos por qué no puede desarrollar un proyecto vital en su país de origen, así como la desesperación que le lleva a cruzar África y el Mediterráneo. Toda la parte africana de la novela (dos tercios del libro) abre los ojos a un mundo que en España conocemos poco y mal: Camerún, Senegal, Marruecos, Sáhara occidental...

La odisea de Lambert Obama Ondo tiene elementos heroicos, pero es una épica de la derrota. Como señala el profesor Fra Molinero, su estructura recuerda las autobiografías decimonónicas de esclavos en Estados Unidos. Ambas narrativas describen cuerpos negros desplazados por mar para ser mano de obra en el lugar de destino. Los capítulos de El metro que transcurren en España son, tal vez, los más desoladores. Lo mínimo tras semejante periplo sería tratar al forastero con deferencia. Pero no es así como miramos a los manteros. Al menos hasta leer esta novela, que permite verlos con otros ojos, así como a España y a nosotros mismos.

Cuando escribía el libro, Ndongo concedió una entrevista a su traductor Michael Ugarte. En ella afirmó lo siguiente: “Siempre hemos creído que el arte debe tener una finalidad. En mi sociedad nunca ha existido el arte por el arte”. Esta idea tiene especial trascendencia en Guinea, un país sin librerías que, como tantas naciones africanas, pasó directamente del colonialismo a la dictadura. En casos así, el escritor exiliado se convierte en la voz de una comunidad silenciada.

Por eso Ndongo presta un gran servicio a Guinea. También a España y a la literatura universal. La propuesta de Casa África nos descubre a un escritor injustamente ignorado cuya obra merece más divulgación. Resulta desalentador que las novelas de Ndongo aún no puedan encontrarse fácilmente, pese a la reciente reedición de Sequitur. Las tinieblas de tu memoria negra sería una lectura idónea para el bachillerato; Los poderes de la tempestad, para cualquier lector adulto de novelas. Y El metro merece un lugar central en nuestro canon literario del siglo XXI, pues también es memoria negra de España.

Luis Castellví Laukamp es profesor de literatura española en la Universidad de Manchester

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