Dos en la carretera

De cómo Luis María Ansón echa un jarro de agua helada sobre la victoria del PP y a Cayetana Álvarez de Toledo ni le salpica.

Este intercambio epistolar comienza hoy con la mirada de Él puesta en el resultado de las elecciones municipales del pasado domingo, y aconseja «menos optimismo, menos entusiasmo» y «menos echar las campanas al vuelo». Ella, sin embargo, no se deja influir por el pesimismo de Él y derrocha optimismo. Defiende que, además de ganar elecciones, hay que hacer apología de la victoria divulgando las cifras. Él abandona al final el tema político para hacer una incursión en el mundo de la cultura y los espectáculos y Ella lamenta no disponer de espacio para hablar sobre política exterior.

MODIFICAR LA ESTRATEGIA POLITICA

Querida Cayetana...

Menos optimismo. Menos entusiasmo. Menos echar las campanas al vuelo. Si lo que ha pasado en Madrid hubiera ocurrido en el 80% de España, entonces sí, entonces bienvenida la euforia. Pero no ha sido así. Con los resultados del domingo pasado en las elecciones generales, con la victoria raspada del PP sobre el PSOE, Zapatero seguiría desgobernando a nuestra nación. El triunfo de Rajoy por tres o cuatro escaños -la extrapolación de datos realizada por EL MUNDO le otorga sólo uno- no es suficiente. Zapatero, por el momento, cuenta con el apoyo del Partido Comunista, amén de la alianza con los partidos nacionalistas.

Todavía, Cayetana, se está a tiempo. Rajoy necesita imperiosamente entenderse al menos con los canarios de Coalición Canaria, con los catalanes de Convergència, y tal vez, en ciertas condiciones, con los vascos del PNV, si quiere formar Gobierno tras las elecciones generales. Cabe el milagro de la mayoría absoluta. Pero lo probable, salvo que nuevos errores de Zapatero u otras circunstancias modifiquen el panorama actual, es que se reproduzca lo que ocurrió el domingo pasado en las municipales.

No quiero echar un jarro de agua fría sobre el optimismo de Génova. Quiero echar un jarro de agua helada. Si Rajoy no modifica su estrategia política, se me escapa cómo puede conseguir una mayoría parlamentaria que le dé el Gobierno. Después de tres años de errores descomunales de Zapatero, en buena parte de España los medios adictos y los tertulianos domesticados han conseguido borrar las huellas fugitivas de los despropósitos zapatéticos, aparte el funcionamiento subterráneo de las subvenciones, el Per, el enchufismo y otras prebendas que tan eficaces se han demostrado en Andalucía, Extremadura y Castilla-La Mancha.

Siento, en fin, no compartir vuestra fiesta, lamento no escuchar cómo repican vuestras campanas, pero las cifras son muy tozudas. Y ahí están concretas y alarmantes. No se trata sólo de ganar al PSOE. Hay que ganar y poder gobernar.

Querido Luis María...

Por un momento, me preocupé. Pensé que las meigas cibernéticas nos habían jugado una mala pasada y que, en lugar de tu carta, me había llegado la que diariamente le escribe Blanco a su amo Rubalcaba. Eran sus justificaciones: la apelación a la excepción madrileña. Eran sus argumentos: la incapacidad de un PP automarginado para forjar una mayoría de gobierno. Eran sus datos: una extrapolación sin base científica y por lo tanto inútil. ¿Cómo extrapolas los 1,6 millones de votos que han ido a parar a candidaturas independientes o locales que no se presentan a las generales? ¿A quién se los adjudicas?

Luego, sin embargo, recordé que eres un pesimista empedernido y me quedé tranquila. Con tu escepticismo, nunca has creído que fuésemos a ganar estas elecciones municipales, ni siquiera por un voto. Han sido 156.000. Imagino los diálogos de sobremesa y las tertulias después del teatro: la cantidad de veces que habrás oído decir, o incluso dicho tú mismo, que el Partido Popular estaba condenado, como mínimo, a otras dos legislaturas en la oposición.

En estos tres años, se ha dicho de todo. De Rajoy, que era el Almunia del centroderecha, un líder transitivo y transitorio. De Génova, que era la versión política de la casa de Los Otros. Del PP, que entraría en crisis tras dividirse entre pragmáticos y puristas, o renunciar a sus principios. Como ves, estamos bastante acostumbrados a los profetas de la catástrofe y a los jarros de agua helada. Una cierta derecha es autocrítica por naturaleza y se desmoraliza con facilidad. Sobre todo cuando los amigos se entretienen en minimizar sus méritos y magnificar sus defectos. Por eso, además de ganar elecciones, tenemos que hacer pedagogía de la victoria. Esto es, divulgar las cifras, que, como dices, son alarmantes, pero para el PSOE. Ahí van algunas.

El PP ha obtenido el mejor resultado de toda su historia en unas elecciones municipales, tanto en número de votos como en términos relativos. Además, ha conseguido dar un vuelco de 300.000 votos al resultado de 2003. El PP es hoy el primer partido de España, con más votos, más comunidades autónomas y más capitales de provincia que el PSOE. Ha mejorado sus resultados en 13 comunidades autónomas; ha ganado en 11; siete de ellas por mayoría absoluta. Ha arrollado no sólo en el Madrid desinhibido y liberal que el sagaz 'Pepiño' pretende «dejar aparte», sino también en Valencia, Murcia, La Rioja, y Castilla y León. Ha crecido en Baleares y Navarra. Ha sacado más votos que el PSOE en Asturias. Ha subido seis enormes puntos en Castilla-La Mancha. Ha ganado 2.879 Alcaldías por mayoría absoluta, 551 más que el PSOE. Y se ha impuesto en 34 capitales de provincia, incluida Sevilla.

Es un resultado magnífico, que refuerza al PP como primer partido nacional y única alternativa de Gobierno; que obliga a nacionalistas vascos y catalanes a repensar su alianza masoquista con Zapatero; y que ha sumido al PSOE en una crisis de confianza y liderazgo. Sin partido en Madrid, sin proyecto para España y con el discurso de la Guerra de Irak y la derecha extrema sepultado bajo 7.914.084 papeletas, los socialistas saben que Zapatero se ha convertido en un lastre. Y saben también que Mariano Rajoy está en condiciones de ganar las próximas elecciones generales. De ganar, querido Luis María, y de gobernar.

PACTO CON FUERZAS POLITICAS AFINES

Querida Cayetana...

En tu natural entusiasmo partidista olvidas que, desde el realismo en el que siempre me muevo, anticipé la victoria popular en las elecciones municipales, nunca hablé de esa historia de un voto y dediqué sendas canelas finas a Esperanza Aguirre y a Alberto Ruiz Gallardón que significaban algo más que mi apoyo personal.

Lo que ocurre es que las cifras son tozudas. Y aunque las extrapolaciones no resulten científicamente aceptables, con los datos de las municipales, y según un trabajo serio realizado por este periódico, en elecciones generales Rajoy hubiera derrotado a Zapatero por un escaño. No es suficiente. En mi opinión tu jefe vencerá a Zapatero dentro de unos meses con un margen más holgado. Por el momento no veo probable la mayoría absoluta, aunque las cosas pueden cambiar dada la invencible tendencia del presidente por accidente, que es un ludópata político, a cometer errores sebastianos. Sin mayoría absoluta, Rajoy tendrá que pactar con fuerzas políticas afines. Así es que en lugar de poner en marcha la caravana del triunfalismo, ya viene oro y hierro el cortejo de los paladines, lo que Rajoy debe hacer es trabajar a fondo en los posibles pactos postelectorales.

No se trata sólo de ganar. Hay que ganar y gobernar. ¿Quieres que recordemos lo que pasó en Galicia y Cantabria, en su día también en Baleares y en tantas y en tantas ciudades de España?

El pesimismo es un ejercicio poco inteligente, pero el optimismo excesivo se convierte muchas veces en una torpeza. En política hay que ser realistas. El PP hace bien en celebrar su victoria en las municipales. Haría mal si no pusiera los pies en la realidad, si no se dedicara en los próximos meses a restablecer con canarios y catalanes alianzas que pueden resultar imprescindibles.

Querido Luis María...

Está bien: si quieres, guarda la ropa. Pero no dejes de nadar, porque de aquí a marzo, o más probablemente finales de octubre, la marea de entusiasmo partidista será imparable. Me exiges que pongamos los pies en la realidad. Quiero que sepas que voy a trabajar exactamente para lo contrario: para que entre todos consigamos saltar por encima de las limitaciones propias, las trampas ajenas y las divisiones que ha generado en España tu presidente por accidente. Nuestro optimismo tiene que ser excesivo, desbordante. Como lo ha sido el de los millones de españoles que en estos tres años no se han dejado amedrentar ni engañar ni amordazar y que, contra todos los obstáculos, han hecho posible el vuelco electoral del 27-M. No cayeron en el lujo del escepticismo y pasaron a la acción. Inundaron las calles de España para defender con fervor partidista principios que no lo eran ni deben serlo: los consensos básicos, las reglas del juego democrático y la libertad. Estos españoles no son realistas; han transformado la realidad. Su capacidad de desafío, su pulso a la resignación, es lo que ha colocado al Partido Popular a las puertas de una victoria en las próximas elecciones generales.

Le pides a Rajoy que dedique los próximos meses a seducir a las minorías que puedan resultar imprescindibles. Es un consejo razonable y absolutamente tópico. Yo que tú le pediría que mantenga sus principios y su estrategia. Que no flaquee ni se pierda en cálculos de laboratorio. El PP ha caminado solo pero en la dirección correcta. No ha adulterado su ideario, ha aguantado las presiones y ha construido un proyecto político alternativo, que han apoyado ya una mayoría de españoles. Y al que ahora se sumarán quienes, en muy poco tiempo, han pasado de la fascinación al desencanto: intelectuales de izquierdas, militantes socialistas y nacionalistas pragmáticos. Y espero que también ilustres realistas como tú.

JUGAR CON LA UNIDAD Y EL DESTINO DE ESPAÑA

Querida Cayetana...

Nadie se alegrará tanto como yo de que Rajoy rectifique su política de alianzas, se entienda con catalanes y canarios y desaloje del palacio de la Moncloa al ludópata político allí instalado, que juega con el destino de España y con su unidad de cinco siglos. Así podré disfrutar, además, viendo a Cayetana Alvarez de Toledo convertida -por méritos propios, no por cuotas- en ministra de Cultura. Si lo fueras ya, te habría encantado asistir el miércoles, en el Nuevo Teatro Alcalá, una estupenda sala alternativa, a la representación de En negro, la obra de Gustavo Montes que ha despertado incluso la admiración de Pedro Víllora.

PhotoEspaña ha encendido Madrid de fotografías erizantes. Es lo que diferencia al auténtico arte del trabajo aficionado. Sylvia Plachy, en el Círculo de Bellas Artes; Salgado, en Azca del BBVA; Zhang Huan, en Telefónica, o Davidson, en la Fundación Astroc, demuestran, entre otros muchos, que la fotografía se ha instalado en el Arte con mayúsculas.

Seguro que tu furia electoral te ha impedido trasladarte a Soria a ver Imperium, el montaje con el que la Fura dels Baus ha triunfado hasta en Pekín. Si Acebes te deja, deberías ir también a Barcelona para inundarte de rock y pop alternativos en un festival especialmente atractivo: el de Primavera Sound en el Parc del Fórum. Yo voy a dar un salto en el puente aéreo, atendiendo así a una amable invitación.

Ah, y no te pierdas Conversaciones con Pepín Bello, de Castillo y Sardá. Es un salto a la cultura grande del siglo XX español. Pepín tiene 103 años, la memoria clara y la ecuanimidad serena. Estuve con él en casa de Antonio Garrigues y me habló de Lorca de forma justa y precisa, tal y como le escuché en los 60 a Pablo Neruda, que trató al autor de Sonetos del amor oscuro poco tiempo pero a fondo. Escribí el prólogo, por cierto, del gran libro que la Fundación Neruda dedicó a la relación entre los dos poetas. Ah, como todos los años, fui a Segovia como miembro del jurado del premio Gil de Biedma de poesía, que organiza con altura y eficacia Gonzalo Santonja. Defendí el libro de José Manuel González, un intelectual serio al que conozco desde la agencia Efe. Consiguió el galardón por abrumadora mayoría. Te lo regalaré el libro cuando salga, suponiendo que el entusiasmo electoral te deje tiempo para otra cosa que elogiar a Rajoy.

Y para terminar: Rupert Murdoch está a punto de comprar el Wall Street Journal, uno de los grandes diarios del mundo, justo el que tuvo el gran acierto, ampliado en España por las columnas ansonianas, de llamar a Zapatero 'el presidente por accidente'. Murdoch, por cierto, planea ya sobre España. Y apunta muy alto.

Querido Luis María...

Tu gula cultural me deja sin espacio para digerir las divertidas peripecias de nuestra política exterior esta semana. En sus visitas a Rajoy, Sarkozy y Condoleezza Rice se vieron obligados a pasar por Moncloa para saludar al amigo de Ségolène y Kerry. El francés, para exigirle que trague con un minitratado que perjudica a España. Y la americana, para decirle a la cara que Cuba merece ser libre. Para torpezas diplomáticas, mejor las de Zerolo, que al menos defienden una causa noble.