Dos en la carretera

De cómo Luis María Ansón prevé un varapalo de Zapatero en Madrid y Cayetana Álvarez de Toledo especula con un adelanto de las generales.

La jornada electoral y sus resultados centran su correspondencia en la que Él vaticina la gran derrota del PSOE en la capital madrileña a sólo pocos meses de las elecciones generales mientras que Ella está convencida de que mañana empieza la campaña de las legislativas y le invita a Él a ponerse en la piel de Zapatero para convencerle de que a la vuelta de un posible veraneo en Doñana el presidente anunciara la disolución de las Cortes. Ella le hace a Él el guión de lo que va a ocurrir tras estas municipales y autonómicas y Él termina llevándola a su terreno, el de la literatura y el arte.

LA FORTUNA AYUDA A LOS AUDACES

Querida Cayetana...

Hoy es el día. El ludópata político José Luis Rodríguez Zapatero se presenta en Madrid a las elecciones municipales, a través de la marioneta Sebastián. Pensaba el presidente sonrisas que la fortuna ayuda a los audaces y que su jugada monclovita deslumbraría a la ciudadanía, que es como él llama al pueblo madrileño. Pero el faro zapatético, el que ilumina la alianza de las civilizaciones, no ha impresionado a los madrileños, gente torpe, incapaz de comprender la grandeza histórica del hombre que preside el proceso de rendición ante Eta. Me dicen mis espías en Moncloa que Zapatero está ahora acollonado. Se teme la gran derrota en la capital de España y la rebelión posterior de la federación madrileña de su partido.

En Navarra las cosas no van tan bien para el Partido Popular. Zapatero ha jugado un órdago que puede ganar. La alianza, posterior a las elecciones, de nacionalistas de vario pelaje, socialistas y comunistas puede encaramar al Gobierno navarro la posibilidad de que el presidente por accidente cumpla el principal compromiso que tiene contraído con Eta y que consiste en propiciar que la región navarra se integre en el País Vasco.

Estamos a diez meses de elecciones generales, tal vez a seis. Hoy sabremos algo concreto sobre la situación real. Los medios adictos y los tertulianos domesticados están especialmente nerviosos y agresivos. Y eso es un síntoma.

Querido Luis María...

Te escribo desde un Bilbao tornasolado, donde hemos celebrado el cierre de campaña, entre amigos y héroes. Han sido unas semanas agotadoras e imposibles de olvidar. Hemos recorrido miles de kilómetros: de Tenerife a Teruel, de Béjar a Barcelona, de Mérida a Salamanca. En cada sitio, una imagen o una anécdota. El Puerto del Pico, con su calzada romana y sus curvas barrocas; las nueve monjitas de clausura de Candeleda, que entre rejas rezan por un país que apenas las recuerda; las casetas polvorientas de Los Santos de Maimona; el mitin junto a las torres mudéjares de Calatayud; los mil jamones de Guijuelo; las calles húmedas y desiertas de Ermua; la bandera constitucional en Barcelona; el paseo electoral por la avenida de la Libertad de San Sebastián; y el almuerzo furtivo en El Granero de Medinaceli, bajo una lluvia torrencial.

He conocido España y he conocido al Partido Popular, una impresionante suma de voluntades y valores que no se cuentan con votos. El coraje de María José Usandizaga; la fuerza de Carlos Floriano; la determinación de María Dolores Cospedal; la ilusión de Ovidio Sánchez; la sensatez de Nacho Diego; el entusiasmo de Domingo Buesa; la dulzura de Pilar Vargas; la entrega de Alberto Fernández; la brillantez de Juan Carlos Aparicio; la cercanía de Beatriz Escudero; la gracia de Juan Ignacio Zoido; la tenacidad de José Manuel Soria; la energía de Cristina Tavío; la irónica inteligencia de Antonio Basagoiti; y el optimismo contagioso y desacomplejado de Esperanza Aguirre.

Pocas veces en democracia, Luis María, puede uno estar tan seguro de tener razón. Frente a la impresionante movilización de un PP tranquilo con su conciencia, la del PSOE ha sido una campaña de silencios vergonzantes. Zapatero no ha podido hablar de nada: ni de inmigración, ni de seguridad, ni de vivienda, ni de política exterior, ni de infraestructuras, ni de educación. Ni desde luego de la lucha contra el terrorismo.

En estos tres años, Zapatero ha hecho perder al Partido Socialista sus principales señas de identidad. El PSOE ya no es un partido nacional y solidario, sino un partido supeditado a los nacionalistas. Con Zapatero, el PSOE ya no busca derrotar a ETA, sino pactar con ella. Con Zapatero, el PSOE ha roto los grandes consensos de la Transición y ha dividido a los españoles.

Ponte por un momento en la piel de un votante socialista. Hoy te levantarías de mal humor. Si fueras madrileño, en el mejor de los casos, no recordarías el nombre de tu candidato. En Barcelona, se te ocurriría que en 30 años de democracia, los electores no han cambiado al alcalde ni una sola vez. En Sevilla, lamentarías que el clientelismo y la corrupción del régimen chavista se haya extendido al municipio. En Valencia... en fin, en Valencia votarías a Rita Barberá. En Zaragoza, hubieras agradecido la opción de votar a un vecino de la ciudad. En el País Vasco y en Navarra, la sensación de traición, el sabor amargo de la humillación te roería la conciencia. Por eso, te debatirías entre votar en blanco, quedarte en casa o votar al PP.

Tienes razón, Luis María: el Gobierno de Navarra se puede perder si el PSOE pacta con los nacionalistas. Y lo hará. Para una persona que anteponga la libertad y la verdad a cualquier filiación política, criterio estético o apego emocional, Zapatero ha hecho profundamente doloroso y difícil votar al Partido Socialista. Por eso, antes de salir de casa camino a las urnas, el último recurso del simpatizante socialista será buscar una foto de Rajoy en El País, al que sigue suscrito y ya no lee. E intentar convencerse de que, como dice Zapatero, Rajoy es el estridente líder de una derecha extrema y reaccionaria. No le resultará fácil. Por eso, si no quiere llegar de mal humor a la comida familiar, lo más probable es que pase de largo por el colegio electoral.

PERDER EL CONTACTO CON LA REALIDAD

Querida Cayetana...

Me gusta tu literatura recental de viajes y entusiasmos. Has ganado las alas de la política y has perdido, sólo en parte claro, el vuelo de la cultura. Hemos vivido jornadas de intoxicación y sectarismos como en todas las campañas electorales. EL MUNDO ha descubierto una nueva entrevista pedigüeña del Gobierno con Eta. Zapatero ha implorado a la banda que, al menos hasta que pase la jornada de hoy, Eta no haga más revelaciones sobre el proceso de rendición y los compromisos contraídos con los terroristas por el presidente por accidente. «Que un Gobierno se humille a pedir un favor a una banda terrorista es muy grave. Como lo es la sucesión de contactos que mantuvo el PSOE con Batasuna mientras apoyaba públicamente la política antiterrorista de Aznar». Indignidad y cinismo elevados al cubo.

Ahora sabemos también que el PSE, con Patxi López a la cabeza, negoció con Eta-Batasuna el futuro de Navarra sin contar siquiera con los socialistas navarros. Hasta ese extremo ha llegado Zapatero, atrapado ya en la espesa red de sus embustes y concesiones. En la presentación del excelente libro de Isabel San Sebastián, que cada vez escribe mejor, cada vez tiene las ideas más claras, Pedro J. Ramírez afirmó que los «apaciguadores» están completamente equivocados. Por el camino que sigue Zapatero es impensable derrotar a Eta. O se entrega Navarra al País Vasco y ambos al movimiento terrorista o Eta reanudará los atentados, con una fuerza y una organización de la que carecía antes de que Zapatero le diera alas. El gran Zuloaga, por su parte, ha desenmascarado el fondo de las reuniones del 29 de mayo de 2006. Fue un ultimátum a López y Zapatero, cuya denuncia ahora por parte de Gara hace temer a los expertos la reanudación de los atentados.

Y en esa situación estamos, mientras los españoles, intoxicados hasta la náusea por los medios adictos y los tertulianos domesticados, desfilan hoy junto a las urnas para depositar su sufragio municipal o autonómico, en unas elecciones libres en toda la nación salvo en el País Vasco que vota coaccionado por la dictadura del miedo.

Querido Luis María...

Basta ver las imágenes y leer las crónicas del mitin de cierre de campaña del PSOE en Fuenlabrada -no se atrevieron con Vistalegre- para comprobar que tienes razón. Zapatero está atrapado en su red de mentiras y cesiones. Tiene miedo y rabia. Ha perdido el talante y ha perdido Madrid. Ha quemado todos sus cartuchos y ha quemado etapas. Dice que se le acabó la paciencia, pero lo que se le está acabando es el tiempo.

Mañana empieza la campaña para las elecciones generales. Si te pones ahora en la piel de Zapatero, tendrías la tentación de adelantarlas a octubre. Has salido tocado de las elecciones municipales y autonómicas. Por tu culpa, el partido que diriges ha hecho el ridículo en la capital de España. Esta misma semana, los ciudadanos verán a De Juana Chaos salir del hospital camino a su casa, porque tú no has tenido el coraje para impedirlo. Como has permitido a Batasuna volver a los ayuntamientos, el proceso de negociación con ETA continúa, pero ahora tienes dos problemas añadidos: te exigen que convoques de manera inmediata la mesa de partidos para reconocer el derecho de autodeterminación, y esperan que des los primeros pasos para la anexión de Navarra. Tenías la ingenua esperanza de que tus interlocutores te dieran un respiro, al menos hasta marzo. Pero la presión es enorme y va en aumento. Por si has olvidado el bombazo de Barajas, ahí están las filtraciones de tus conversaciones y compromisos, y las amenazas de nuevos atentados para recordártelo. Cuanto más tiempo transcurra hasta las elecciones, más evidentes serán tus cesiones políticas a ETA y más difícil lo tendrás para manejar una opinión pública cada vez más escéptica.

En noviembre te espera ese potro de tortura que es la negociación de los Presupuestos Generales del Estado. Solbes, que está harto de ti y de Sebastián, ya te ha advertido de que la factura nacionalista será imposible de pagar. Tampoco podrás recurrir a «todos contra el PP», cuando CiU y el PNV hacen ya guiños estratégicos a Rajoy. La mera posibilidad de quedarte solo en el Parlamento y con las cuentas sin aprobar te llena de pánico. A todo ello se añade el enésimo incremento de las hipotecas. Otra subida en enero y las familias españolas, al oírte hablar de la inmejorable situación económica, de las fabulosas tasas de crecimiento y de los extraordinarios índices de empleo, empezarán a pensar que les tomas el pelo o has perdido el contacto con la realidad. Por eso, Luis María, si fueses Zapatero, te marcharías este verano unos días a Doñana con Sonsoles y el primer día de septiembre reunirías a tu ilustre gabinete para anunciarles que la legislatura está acabada, que vas a disolver las Cortes y anticipar las elecciones.

HABLAR DE CINE, DE ARTE Y DE HUMOR

Querida Cayetana...

Y ahora una larga cambiada pero no de rodillas que esa es la posición habitual de Zapatero ante Eta. Mientras los españoles votan, no estaría de más que fueras a visitar la exposición de uno de los pintores españoles más sólidos de las últimas décadas: Florencio Aguilera. Le sigo desde que empezó, cuando vivía el inolvidado, el gran Manolo Summers y nos reuníamos en mi despacho del ABC verdadero para hablar de cine, de arte y de humor. En el Museo de la Ciudad, Aguilera expone una antológica que se abre manantial en 1966 y se cierra apenas en 2006, ¡Qué gran pintor! Un oficio trabajado a fondo respalda la delicadeza del color, el lirismo de las formas, el entendimiento sosegado y profundo de los paisajes de la tierra y del alma.

He leído de un tirón Fungairiño, el enemigo de Eta. Isabel San Sebastián escribe con un bisturí penetrante, golpea con un látigo a veces de hierro, a veces de seda. No se desmenuza en anécdotas. No se pierde entre la hojarasca. Toca con sus manos rubias el fondo erecto de la cuestión. Comparte la idea certera de Mayor Oreja sobre la estrategia de Eta y desenmascara los embustes de Zapatero. Es un libro excelente y crudo que producirá algunas irritaciones, infinidad de adhesiones.

Cien años de soledad es novela clave del siglo XX y se puede ver ahora a través de los certeros dibujos de Pablo Torrecilla, enmarcados en audaces comentarios. Hermoso libro editado por Valnera. Acebes debería tener el detalle de regalártelo como agradecimiento a tus desvelos por el PP, a veces maternales, en ocasiones de adolescente enamorada.

Y no puedo terminar esta carta sin recomendarte el último libro de uno de los sabios grandes del idioma: Gregorio Salvador. El primer lexicógrafo de España ha recogido en Noticias del reino de Cervantes trabajos profundos y dispersos en torno a los usos y abusos del español actual. Una lección sobre cómo se escribe y se habla, sobre cómo se debe escribir y hablar.