Dos mujeres para el nuevo Chile

Cuarenta años después de aquel cruento golpe de estado que depuso al régimen socialista de Salvador Allende, trece millones de chilenos acuden hoy a las urnas para elegir entre dos mujeres –criadas como hermanas– cuyos padres ingresaron juntos en la aviación militar, compartieron rango y jerarquía, y un albur de la política los colocó en las antípodas ideológicas: uno socialista, fallecido en la cárcel, el otro derechista, comandante militar.

Sus dos hijas, Michelle Bachelet, 62 años, médico, y Evelyn Matthei, 61 años, economista, trasladan aquella rivalidad cuatro décadas después al escenario electoral.

Por primera vez en la historia política latinoamericana dos mujeres polarizan las simpatías electorales, aunque una de ellas, Bachelet, sale favorita en todas las encuestas con posibilidad de pasar en la primera vuelta con más del 50 por ciento de la votación, requisito constitucional para ganar el poder. Matthei ocupa un distante segundo lugar con apenas el 16 por ciento de intención del voto.

Bachelet es la abanderada de una poderosa alianza de centro izquierda que ya antes la catapultó al poder para la legislatura 2006-2010, y Matthei representa a la derecha tradicional actualmente en el gobierno del presidente Sebastián Piñera. Otros cinco aspirantes presidenciales se distribuyen equitativamente el 20 por ciento de la población electoral, sin posibilidad de pasar al balotaje que eventualmente se celebraría el 15 de diciembre entre los dos candidatos más votados.

Bachelet y Matthei vivieron de niñas en el mismo sector militar santiaguino y en su adolescencia y juventud fueron amigas y condiscípulas del mismo colegio católico.

El golpe de estado del 11 de septiembre de 1973 contra el gobierno de la Unidad Nacional que encabezó Allende, separó para siempre a los padres de ambas que hicieron carrera militar en la Fuerza Aérea Chilena desde la academia hasta la oficialidad mayor.

El general Alberto Bachelet perteneció a la cúpula militar del gobierno de Allende y fue arrestado dos días después del golpe por orden del general Fernando Matthei. Murió poco tiempo después de un infarto al miocardio mientras se hallaba en una prisión militar de la capital chilena. La menor de sus dos hijos, Michelle, se fue al exilio en compañía de su madre, Ángela Jeria. Vivió seis años en la República Federal Alemana.

Allí recibió la noticia de que su único hermano, dos años mayor, murió de un infarto, como su padre, en Estados Unidos, donde vivía también exiliado.

El padre de Evelyn Matthei sirvió en las cercanías del general Augusto Pinochet como ministro de Salud del régimen militar, miembro de la Junta de Gobierno y por 13 años fue comandante en jefe del Estado Mayor de la Fuerza Aérea.

Bachelet regresó a Chile en el año 1979 y militó clandestinamente en el Partido Socialista mientras ejercía la medicina privada. En el gobierno concertacionista de Ricardo Lagos entre 2000 y 2006, dirigió el sector salud y fue ministra de Defensa, desde donde saltó a la candidatura presidencial que la llevó al poder al ganar en segunda vuelta los comicios de diciembre de 2005 precisamente frente al hoy presidente Piñera.

Bachelet concitó la atención del populismo político chileno en 2003 cuando desfiló en la fiesta patria del 18 de septiembre sobre un tanque de guerra por la principal avenida de Santiago, siendo ministra de Defensa, opacando totalmente la presencia del presidente Lagos. La imagen de su padre fue pieza clave en su fulgurante carrera política.

Al salir del poder en 2010 con elevados niveles de aceptación popular, se aisló del medio político y se mudó a Nueva York tras aceptar el cargo de coordinadora de la Oficina de las Naciones Unidas para la Mujer. Regresó a Chile en el primer tercio de este año para asumir la candidatura de la alianza centroizquierdista.

La derecha perdió espacio electoral por una serie de contratiempos en cadena que se iniciaron con una baja votación en las primarias nacionales para escoger candidaturas. Luego el abanderado de la Alianza Renovación Nacional y la Unidad Democrática (UDI), Pablo Longueira, se retiró de la candidatura diagnosticado con «grave depresión».

Para las elecciones de hoy no existen muchas expectativas. La sorpresa sería que Evelyn Matthei remonte la extraordinaria diferencia que la separa de Bachelet, en cuyo caso no sería más que prolongar su agonía hasta el 15 de diciembre cuando se produciría la segunda vuelta electoral.

De paso, la política chilena descubre en este proceso la orfandad de liderazgo en la partidocracia tradicional, un mal común a todos los países de la región.

Chile, llamado «el príncipe del Cono Sur» por su ostensible avance de las últimas tres décadas en comparación con el resto de Latinoamérica, vuelve a virar la tortilla para recibir un poco más de lo mismo: «…De la izquierda a la derecha, de la derecha a la izquierda, sobre un eje que la conduce a ningún sitio».

César Medina Abreu, embajador de la República Dominicana en España. Entre 2005 y 2009 fue embajador en Chile.

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