Dos presos políticos cubanos en estado grave

Ariel Sigler Amaya y Ricardo González Alfonso son dos ciudadanos cubanos que han sido encarcelados por el régimen y que padecen ahora en prisión graves problemas de salud. Contar su historia es lo más instructivo para saber de los procedimientos del castrismo.

El primero de ellos, nacido en 1964 fue el presidente de la organización pro derechos humanos Movimiento Independiente Opción Alternativa hasta que en 2003, durante la Primavera Negra de Cuba, fue arrestado en su pueblo natal Pedro Betancourt.

Amante del deporte y de la lectura, fue campeón provincial de boxeo en su categoría en Matanzas. Se graduó de licenciado en Educación Física. Trabajó en las escuelas en el campo y fue allí donde comenzó a denunciar el adoctrinamiento político de la educación castrista, así como la separación de los hijos de sus padres impuesta por esa misma educación. Se enfrentó al Partido Comunista y a la Administración y fue expulsado, por lo que tuvo que ganarse la vida en trabajos ajenos a su especialidad. Continuó con sus actividades opositoras y fue detenido en múltiples ocasiones.

En 1996 fundó, junto al preso de conciencia Ángel Moya Acosta, el Movimiento Independiente Opción Alternativa. La represión se acentuó sobre él. Detenido e interrogado en más de 40 oportunidades, fue golpeado y abandonado en zonas alejadas de su domicilio. Sufrió agresiones físicas en la vía pública y mítines de repudio por las Brigadas de Respuesta Rápida. En 2000 fue encarcelado durante ocho meses, sin que mediara juicio, ni causa, en la prisión de 100 y Aldabó, luego en el Combinado del Sur, en Matanzas. Amnistía lo declaró entonces Prisionero de Conciencia.

El 18 de marzo del 2003 numerosas personas presenciaron su detención a cargo de las fuerzas represivas; antes de esposarlo lo golpearon salvajemente durante más de diez minutos, se lo llevaron y lo interrogaron en el Cuartel de la Seguridad del Estado durante 17 días. En este tiempo perdió mucho peso, y recibió en cada interrogatorio palizas monumentales. El 4 de abril, la Seguridad del Estado lo acusa de contrarrevolucionario y es condenado a 20 años de privación de libertad en un juicio sumarísimo.

Sus hermanos y su anciana madre han denunciado que está muy enfermo, sumamente delgado y sigue un tratamiento médico que, por razones extrañas, cada vez lo hunde más en la enfermedad. Sigler Amaya era un hombre alto y fornido; ahora no es ni su sombra, un saco de huesos que se pierde entre las sábanas de una enfermería donde apenas recibe la atención médica que necesita. Padece de gastritis crónica, enfisema pulmonar, desnutrición, faringitis, osteoporosis y hemorroides grado 3. Por su débil estado de salud, no puede ser intervenido quirúrgicamente.

Ricardo González Alfonso (1950) es un periodista, escritor y poeta de reconocido prestigio, que acaba de enviar una Carta Abierta al mundo entero tras iniciar una huelga de hambre, pese a su grave estado de salud.

En 1995 se incorporó a la prensa independiente libre del control gubernamental. Trabajó como subdirector de Cuba Press. Desde 1998 fue corresponsal de Reporteros Sin Fronteras (RSF). Ese año organizó y dirigió la biblioteca especializada en periodismo Jorge Mañach, del Proyecto de Bibliotecas Independientes. En 2001 fundó y presidió la Sociedad de Periodistas Manuel Márquez Sterling (V Premio Internacional de Derechos Humanos de la Fundación Hispano Cubana, entre otros).

En 2002 fundó y dirigió la revista De Cuba (miembro de la red internacional de RSF). Cuentos, poemas o trabajos periodísticos suyos han sido publicados en Cuba, España, EE UU, Bélgica, Francia, Italia y Puerto Rico. En 2003, la Escuela de Ciencias de la Comunicación de la Universidad de Mayab, en México, lo invitó a un foro para impartir conferencias. Por estas actividades, desde marzo de ese año cumple una sanción de 20 años de cárcel. Amnistía Internacional lo declaró Prisionero de Conciencia. Todas sus actividades eran periodísticas. No estaba afiliado a ningún partido político. Actualmente se encuentra recluido en la prisión Combinado del Este, en la capital cubana.

Su historial clínico incluye hipertensión arterial; artritis cervical; alergia a la humedad; migra-ñas; filtraciones en el hígado; quiste en la garganta; bronquitis crónica; artrosis generalizada; tendencia al glaucoma; espolones calcáneos; trastornos circulatorios y digestivos. Entre el 2005 y el 2007 lo han intervenido cuatro veces en prisión.

En su Carta Abierta anuncia: "Es hora de que lo dispuesto por Amnistía Internacional se cumpla; y que aquellos sectores de la opinión pública (...) sepan que estos prisioneros de conciencia han sido condenados a penas de hasta 28 años de privación de libertad por ejercer pacíficamente lo establecido en la Declaración Universal de los Derechos Humanos. El grupo de Trabajo sobre Detenciones Arbitrarias de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), declaró que la detención de los 75 era arbitraria (y por tanto tenían que ser liberados) desde junio de 2003.

Para divulgar estas verdades con una acción que convoque a la solidaridad, he decidido mantener una abstinencia de alimentos sólidos desde el 15 de noviembre, Día del Escritor Encarcelado, hasta el 10 de diciembre, aniversario de la Declaración Universal de los Derechos Humanos".

Zoé Valdés, escritora cubana. Vive exiliada en París.