Efectos del COVID-19 frente al incremento de los delitos en el caribe mexicano

Fotografía aérea de Cancún. Foto: Dronepicr (Wikimedia Commons / CC BY 3.0)
Fotografía aérea de Cancún. Foto: Dronepicr (Wikimedia Commons / CC BY 3.0)

Tema

En el caribe mexicano se encuentran importantes centros turísticos internacionales y diferentes grupos del crimen organizado se están disputando las plazas, generando una violencia sin precedentes. La pandemia del COVID-19 y sus efectos se presentan como un nuevo factor a considerar en la ecuación de la inseguridad local.

Resumen

La seguridad en el estado mexicano de Quintana Roo se ha ido deteriorando en los últimos años. Las autoridades del estado caribeño han tratado de maquillar la información relacionada con el número de homicidios, para que ello no afecte la imagen de los diversos destinos turísticos y repercuta tanto en las inversiones como en el flujo del turismo internacional. Diferentes grupos del crimen organizado se disputan el control de las plazas turísticas y la ruta de tránsito de las drogas y mercancías que atraviesan Quintana Roo hacia el resto de México. El gobierno estatal no ha invertido de forma adecuada en una policía profesional, como tampoco ha tenido una estrategia consistente; por ello no ha podido responder al reto que le plantean los diferentes grupos del crimen organizado. La pandemia del coronavirus SARS-CoV-2 generará desempleo, aumentará la inseguridad y no detendrá al crimen organizado, que va a seguir operando en un campo abonado ante la situación de crisis generada por la pandemia.

Análisis

En el estado de Quintana Roo, que es el único estado mexicano que colinda con el mar Caribe, y en el que se encuentran los destinos turísticos de Cancún, Isla Mujeres, Playa del Carmen, Tulum, Cozumel, Holbox, Mahahual y Bacalar, se ha experimentado en los últimos años un fuerte incremento en el número de homicidios, así como de otro tipo de actividades delictivas relacionadas en buena medida con el crimen organizado. En el año 2016 murieron 278 personas de forma violenta, en 2017 497, en 2018 872 y en 2019 1.504.1

¿Va a tener la pandemia del COVID-19 algún efecto en esta dinámica? Hasta el momento, las cifras del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP), que miden desde el 1 de enero al 31 de marzo de 2020, indican una continuidad ligeramente al alza respecto al año 2019. El año pasado en estos tres primeros meses se contabilizaron 381 homicidios y en 2020 397.2 Esta dinámica es consecuente con la nacional. En 2019 entre los meses de enero y marzo se contabilizaron en México 11.064 homicidios, y en 2020 10.962.3 Con base en el recuento diario del gobierno federal, el día más violento del año hasta el momento ha sido el domingo 19 de abril, a pesar de que México se encuentra en pleno proceso de combate a la pandemia. Según analistas como Alejandro Hope y Pablo Hiriart, el crimen organizado va a intensificar sus operaciones durante el período que dure la epidemia y la evolución de los homicidios probablemente continúe al alza.

La manipulación y el maquillaje de información es algo muy frecuente en diversos giros de la administración pública mexicana. En el caso de los homicidios se puede observar una deficiencia clara en la información presentada por nueve entidades federativas: en un grado más severo, Quintana Roo, Veracruz, Tamaulipas, Hidalgo, Chiapas, Oaxaca y Guanajuato; y, en uno más discreto, Michoacán y Guerrero. Esta circunstancia, derivada bien de la manipulación política, bien de la falta de capacitación de las fiscalías, hace que para establecer una comparación acertada del número real de homicidios en el país se tenga que recurrir a una cifra aproximada al número total de homicidios por cada entidad y no a la que habitualmente se toma en cuenta, que es la de homicidios dolosos.4

El caribe mexicano se ha convertido en uno de los territorios más violentos de México. Si se consideran los homicidios en general como un elemento de comparación entre las entidades federativas mexicanas, midiendo en tasas por 100.000 habitantes, en 2019 Colima fue el estado más violento del país, seguido muy de cerca por Quintana Roo y después por Baja California, Guanajuato, Chihuahua, Morelos y Guerrero.

En el caso de las ciudades mejor conocidas de México, las tasas más elevadas de homicidios se sitúan en este orden: Tulum y Playa del Carmen (Quintana Roo), Salamanca y Silao (Guanajuato), Ciudad Obregón (Sonora), Tijuana (Baja California), Cancún (Quintana Roo), Irapuato (Guanajuato), Ciudad Juárez (Chihuahua), Acapulco (Guerrero), Celaya (Guanajuato), Culiacán (Sinaloa), Reynosa y Ciudad Victoria (Tamaulipas), y León (Guanajuato).

Figura 1. Homicidios en entidades federativas y municipios con altas tasas por 100.000 habitantes, 2019
Figura 1. Homicidios en entidades federativas y municipios con altas tasas por 100.000 habitantes, 2019. Mapa elaborado por Claudia Elena Arias Aguilar. En el mapa se identifican las delimitaciones territoriales estatales y los municipios mexicanos que se seleccionan por sus altas tasas de violencia. El número indica el orden de mayor a menor de los municipios en relación a la tasa por 100.000 habitantes. Los colores de las entidades federativas reflejan el grado de violencia de los mismos: “bajo/moderado”, “alto” o “muy alto”. Se destaca el estado de Quintana Roo y la localización del mar Caribe por ser el objeto de este trabajo. Fuente: elaboración propia a partir de datos de incidencia delictiva del SESNSP.

La estrategia de seguridad en el caribe mexicano

México ha iniciado una nueva espiral de violencia que tiene que ver con la guerra de los diferentes grupos del crimen organizado por las plazas y por las rutas de tránsito de las drogas. Quintana Roo es una zona importante de consumo, especialmente por los polos turísticos, pero también forma parte de la ruta tradicional del tránsito de las drogas hacia EEUU. Con la irrupción en el estado de nuevos grupos del crimen organizado a partir de 2016 se abrió una lucha entre ellos, con el consiguiente aumento en el número de homicidios.

Para los destinos turísticos, la imagen y la seguridad son elementos básicos tanto para atraer inversión como para asegurar la llegada de visitantes extranjeros y nacionales. La reacción ante el incremento de la violencia de la administración del gobernador de Quintana Roo, Carlos Joaquín González (2016-2022), ha sido la de restar importancia mediática al fenómeno e implantar diferentes estrategias de gestión de la seguridad.

Se ha intentado de todo, y nada ha dado resultado: que la dirección de la policía estatal estuviera encargada a policías de carrera, a militares o a un político con experiencia en seguridad pública, como es el actual secretario Jesús Alberto Capella Ibarra; se pidió auxilio a la policía militar primero y a la guardia nacional, después; se implantó la estrategia de unificar las policías municipales bajo un mando único; y se aumentó la capacidad tecnológica a través de una costosa inversión en cámaras de videovigilancia.

Tanto la policía del estado como las corporaciones municipales presentan serias deficiencias de profesionalidad e infraestructura, a pesar de haberse invertido una gran cantidad de recursos en las mismas. Ello, sumado a la inexistencia de una estrategia clara, que se refleja en la implantación en muy poco tiempo de las diferentes líneas de gestión señaladas, ha llevado a una falta de respuesta eficiente.

El mando único policial impulsado en 2019 ha fracasado por diferentes razones, estando entre las más importantes: el grado de penetración del crimen organizado; el lamentable estado de profesionalidad y de condiciones para trabajar de las policías; y el estilo de liderazgo del secretario de seguridad pública.5

Quintana Roo tiene 11 municipios. En lo que se considera el norte del estado se encuentra el principal corredor turístico, integrado por Benito Juárez (Cancún), Isla Mujeres, Puerto Morelos, Solidaridad (Playa del Carmen), Cozumel y Tulum. En el centro se localiza el área rural de origen maya que se conforma por los municipios de Lázaro Cárdenas –en donde está la isla de Holbox–, Carrillo Puerto y José María Morelos. En el sur se ubican Bacalar y Othón P. Blanco (OPB), con su cabecera municipal, que es también la capital política del estado, la ciudad de Chetumal. En OPB está el puerto de cruceros y la playa de Mahahual. El sur tiene frontera con Belice y Guatemala y es una importante ruta de acceso del crimen organizado hacia México tanto por vía terrestre como aérea y marítima.

Como se aprecia en la Figura 2, el 86,5% de los homicidios en 2019 y el 87.6% en 2018 tuvieron lugar en municipios del norte del estado, especialmente en Benito Juárez, Solidaridad y Tulum, que es en dónde se concentra, por otra parte, el mayor número de población, tanto permanente como flotante.

Figura 2. Total de homicidios en Quintana Roo por municipios, 2016-2019

Lo mismo sucede con otro tipo de delitos que también se cometen, especialmente en el norte del estado, y que al igual que los homicidios se han incrementado en los últimos años. Destacan el número de carpetas de investigación abiertas por la Fiscalía Estatal de Justicia para investigar lesiones dolosas, denuncias por delitos de violencia familiar o sexual y delitos que atentan en contra del patrimonio, que en muchas ocasiones también se relacionan con el crimen organizado.

Se puede notar en detalle en la Figura 3 la evolución de los delitos de diferentes tipos de robo en el municipio de Benito Juárez-Cancún. La estadística de lesionados dolosos, de violencia familiar o sexual y de robos no es tan determinante en la afectación de la imagen de un destino turístico. Sin embargo, en un país en el que se denuncia poco, porque no se confía en las autoridades, su aumento muestra una fotografía complementaria de la evolución del delito. No se aprecia en este caso ni la intención de maquillar la información, ni la falta de pericia de los agentes de la fiscalía, en identificar el tipo de delitos que se están integrando tras la denuncia ciudadana, lo que ayuda a corroborar que las cifras de homicidios dolosos y culposos que presentan las autoridades se encuentran alteradas a propósito.

Figura 3. Delitos relacionados con el patrimonio en Benito Juárez-Cancún, 2015-2019
Tabla y gráfico elaborados por Claudia Elena Arias Aguilar. Fuente: elaboración propia a partir de datos de incidencia delictiva del SESNSP.

El COVID-19 y la inseguridad en Quintana Roo

Quintana Roo es una de las entidades federativas que en la etapa inicial de la pandemia tiene una de las afectaciones per cápita más grande de México, tanto en contagiados como en fallecidos. Con una economía eminentemente turística, la casi totalidad de los hoteles y de los negocios relacionados con el sector de restauración han tenido que cerrar y sus trabajadores han sido despedidos. Esto ha generado desempleo y un proceso de retorno a las comunidades de origen de muchos de ellos, así como miedo en el interior de los lugares de origen por el desconocimiento sobre si estos trabajadores retornados están o no infectados por el virus.

Es también uno de los estados en los que se han tomado medidas más severas y autoritarias en relación con la población. Se han establecido filtros de entrada y salida en las ciudades para permitir o impedir que sólo accedan los que demuestren su residencia en las localidades. Se ha decretado toque de queda y prohibido que circulen automóviles matriculados en otros estados. En algunos casos se ha limitado la venta de alcohol, se han cerrado calles y negocios para impedir la actividad comercial y no se ha informado de forma adecuada sobre las condiciones de un sistema hospitalario muy débil.

El líder del senado, Ricardo Monreal, y la secretaria de Gobernación, Olga Sánchez Cordero, han alertado y desaconsejado sobre la tentación de muchos gobernadores y presidentes municipales, de aplicar medidas que restrinjan arbitrariamente las libertades individuales de una forma caprichosa, autoritaria e innecesaria. Sin embargo, así están actuando muchos gobernadores que no pertenecen al partido del presidente del gobierno federal, como es el caso de Quintana Roo.

La falta de trabajo y de ingresos para la alimentación básica en México dificulta el que la gente se quede en su casa y el aislamiento social. En condiciones de mucho calor y humedad esto se torna aún más complicado. Sin embargo, la presión que está impulsando el gobierno, el miedo y el colapso del sistema hospitalario van a lograr que un gran porcentaje de la población se quede en su casa durante un tiempo indeterminado. La tensión social en este contexto es probable que agudice los problemas que ya existen de violencia familiar y sexual, así como los robos y la violencia en las diferentes comunidades de Quintana Roo.

Pablo Hiriart, columnista de El Financiero, señaló el 22 de abril que, ante una situación de desempleo, quiebra de la economía y falta de estrategia gubernamental, sería muy atractivo a muchas personas enrolarse en las filas del crimen organizado. Además, en muchas zonas del país los líderes de las organizaciones criminales han tenido más reflejos que el Estado y han repartido despensas y desarrollado activismo social. Coincide Alejandro Hope, columnista de El Universal, en el mismo día, al afirmar que los homicidios y el crimen organizado no se van a detener en México por la pandemia. Por una parte, señala, las medidas de confinamiento son poco estrictas y múltiples sectores no esenciales siguen funcionando; por otra, en México el homicidio se ensaña en personas jóvenes, pobres y con bajo nivel de instrucción formal y éstos no pueden teletrabajar y tienen que salir a la calle a ganarse el sustento. En su opinión esta situación, unida a la impunidad, provocará que la inseguridad se incremente en un contexto de una terrible crisis económica.

El presidente Donald Trump afirmó a finales de marzo que tenía informes de inteligencia que señalaban que la actividad del crimen organizado no sólo no se iba a detener, sino que se iba a incrementar en los próximos meses. Por esa razón redobló los esfuerzos militares en el Caribe, y amenazó a Nicolás Maduro con la detención por tener relaciones con grupos de narcotráfico.

Los diferentes grupos del crimen organizado no van a cesar en sus actividades. Se van a encontrar con un Estado desbordado y débil, tratando de sobrellevar la situación con medidas autoritarias, y a muchos ciudadanos desempleados, con necesidad de proveer recursos y alimentos para llevar a sus hogares. La corrupción y mal gobierno que se han cebado en los últimos años, especialmente en los sectores de seguridad y salud en México en general, y en Quintana Roo en particular, van a allanar el terreno a la informalidad y la inseguridad, generando el caldo de cultivo ideal para el fortalecimiento del crimen organizado.

Conclusiones

La pandemia del COVID-19 va a debilitar al Estado y va a facilitar que el crimen organizado opere con mayor libertad de acción. El caribe mexicano es un polo turístico muy importante y por ello es un gran mercado de distribución para los grupos del narcotráfico que se disputan las diferentes plazas. En ese sentido, la profunda crisis en la que va a entrar el sector turístico en los próximos meses va a afectar también el negocio de los narcotraficantes. Sin embargo, Quintana Roo también es una ruta muy importante de tránsito de drogas y otras mercancías hacia EEUU. Esta actividad va a seguir haciendo atractivo para el crimen organizado el control de sus territorios. La debilidad del Estado dejará un vacío de poder y presencia que será asumida por estos actores criminales.

La falta de trabajo y de recursos económicos va a generar inestabilidad en los próximos meses. El vandalismo que se presentó en Cancún, tras el huracán Wilma en 2005, cuando se asaltaron un buen número de centros comerciales, no invita a ser optimista sobre cuál será la reacción de la población más vulnerable en esta crisis.

Carlos Barrachina Lisón, Universidad Anáhuac-México


1 En México en la estadística de los homicidios se incluyen los que perdieron la vida en accidentes de tráfico: 95 en 2016, 134 en 2017, 139 en 2018 y 177 en 2019, 177. Es importante mencionar este número para tener una visión más precisa de la violencia homicida en el país.

2 En 2019, 56 fallecieron en accidentes de tráfico y 49 en el actual

3 En 2019, 2.809 fallecieron en accidentes de tráfico y en 2020, 2.848.

4 Sobre la manipulación de los datos de homicidios en Quintana Roo, el autor ha publicado diferentes artículos en el periódico regional Por Esto!: “¿A qué le tiene miedo Capella?, 22/II/2019; “¿Por qué hay simulación política en la seguridad pública?”, 13/III/2019; “El mando policial y los pactos políticos en Quintana Roo?, 8/V/2019; y “La manipulación de los datos de homicidios en Quintana Roo”, 17/II/2020. Fusión Q Revista publicó “La violencia homicida” el 9/III/2019.

5 Éste de forma sistemática ha amenazado y ha faltado al respeto a los integrantes de las corporaciones, y ha abusado de los focos mediáticos.

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