El auge de los extremismos en la antigua Europa del Este

En los últimos meses estamos asistiendo a una serie de reajustes en el frágil equilibrio entre las zonas de influencia de la Unión Europea y las de la Federación Rusa en el llamado espacio postsoviético de la Europa Oriental. Los casos de Ucrania, pero también los de Transnistria, Moldavia y Bielorusia, han acompañado con diferentes intensidades a las volátiles situaciones en otros países de la Transcaucasia y Asia Central, como Georgia, Uzbekistán y Tayikistán, entre los más principales.

Tomando como referencias geográficas la antigua República Democrática Alemana de un lado y Rusia de otro, se dibujan dos ejes paralelos: el primero, que engloba a Polonia, Chequia, Eslovaquia, Hungría, Rumanía y Bulgaria; y el segundo que partiendo de los países bálticos, atraviesa Bielorusia, Ucrania y Moldavia. En cada uno de estos ejes, los distintos países que los integran han experimentado evoluciones políticas distintas debido a la desaparición del Pacto de Varsovia  y la URSS, el ingreso en la OTAN entre los años 1999 y 2004 y en la Unión Europea entre 2004 y 2007, de los comprendidos en la Europa Central.

La crisis financiera que golpeó a Europa en el año 2008 sirvió para que la débil Rusia resurgiera como un poder regional, aprovechando su potencial energético y los lazos que mantenía con los Estados de su periferia. No obstante, cada país referido anteriormente, condicionado por su geografía e historia, por la política particular de sus gobiernos y por el aumento generalizado del paro, ha seguido caminos diferentes en cuanto a la visión global de Europa y de su aproximación a uno u otro espacio.

A la par de todo ello, y recordando fenómenos políticos acaecidos en nuestro continente en el período de entreguerras, han ido surgido una serie de movimientos y grupos de orientación extremista, algunos de los cuales han causado impacto mediático en las últimas semanas.

En Ucrania, el partido Svoboda, así como UNA-USO Trizub y Patriot de Ucrania, unidos bajo la denominación de “sector derecho”, están aprovechando la tensa situación del país y la atención mediática para actuar y darse a conocer en todo el mundo.

Estos grupos serían “herederos” del Partido Nacionalista Ucraniano y del Ejército Insurgente Ucraniano, de los años cuarenta y cincuenta, cuando luchaban por la independencia del país frente a la Unión Soviética colaborando con la Wehrmacht alemana e integrando unidades de las Waffen SS.

En Hungría, el Partido de la Voluntad Nacional nacido en 1935 y reconstituido en 1939 como Partido de la Cruz Flechada-Movimiento Hungarista, bajo el liderazgo de Ferenc Szálasi, también colaborador de la Alemania Nacionalsocialista, ha inspirado  movimientos actuales como Jobbik-Movimiento por una Hungría mejor, fundado en el año 2003, y que cuenta con una organización paramilitar, la “Guardia Magiar”, con estética similar a la de los años treinta.

En Rumanía, en la región de Transilvania, se encuentra el llamado por la minoría húngara “país de Székely”, donde obtiene gran apoyo la Unión Magiar Demócrata de Rumanía, UMDR, que se la considera como un apéndice de la vecina Jobbik, y esta formación ha servido de partido bisagra para la formación de gobiernos. El Partido de la Gran Rumanía, de Corneliu Vadim Tudor, tuvo su protagonismo cuando participó en el gobierno del país junto a los socialdemócratas en el año 1993 y obtuvo un considerable apoyo en las elecciones del año 2000, que fue disminuyendo progresivamente en los siguientes comicios. Su discurso nacionalista se mezclaba junto al ataque a la minoría magiar.

También, aunque en una proporción numérica menor, y con una escasa representación, ya que no concurre a las elecciones, se encuentra la formación Noua Dreapta, integrada en el Frente Nacional Europeo, que igualmente se considera “heredera” del pensamiento de La legión de San Miguel Arcángel, fundada en 1927 por Corneliu Zelea Codreanu, y que posteriormente, a la muerte del anterior, se convirtió en la  Guardia de Hierro, bajo el liderazgo de Horia Sima.

En la vecina Bulgaria, la formación Unión Nacional de Ataque, ATAKA, fundada en el año 2005 y bajo el liderazgo de Volen Siderov reúne al Movimiento Nacional para la Salvación de la Madre Patria, el Partido Patriótico Nacional Búlgaro y la Unión de Fuerzas Patrióticas y Militares de la Reserva-Defensa, tiene representación parlamentaria desde el año 2009.

En Rusia, en los años cuarenta existió el Movimiento de Liberación Ruso, conforme se desarrollaba la ofensiva alemana en Rusia tras el comienzo de la Operación Barbarroja, y que agrupaba antibolcheviques y exmilitares del Ejército Blanco del asesinado Zar Nicolás II. Este movimiento llegó a conseguir crear un territorio totalmente libre de la URSS y recibió el nombre de la Rusia Autónoma de Lokot.

Desde el año 1930 existía la Unión de Solidaristas Rusos, tres años más tarde surgiría en Berlín el Partido Nacionalsocialista Ruso, y en el año 1934 ya se había fundado en Manchuria el Partido Fascista Ruso, que se fusionó con otro similar que existía en los EEUU constituyendo en 1934 el Partido Fascista Pan-Ruso.  De aquellos antecedentes y dando un salto en el tiempo, tras el desmembramiento de la URSS fueron apareciendo en escena otras organizaciones de similar tendencia como el Partido Liberal Democrático de Rusia en 1991, en cuyo frente estaba el polémico Vladimir Zhirinovsky, el Partido Nacional Socialista Ruso de 1993, el frente Nacional Patriótico,  en 1999 la Unión Eslava, y el Partido Nacional Republicano Movimiento Contra la Inmigración Ilegal activo desde el 2002.

En Polonia, se fundó en 2001 la Liga de las Familias Polacas, de Roman Giertych, con su rama denominada  la Juventud Polaca, que junto a otros grupos de similar ideología aprovechan los actos del día 11 de noviembre “La Marcha de la Independencia”, para organizar disturbios y conseguir publicidad de sus actos.

En otros países como Eslovaquia y Serbia el Partido Nacional Eslovaco de Jan Slota, fundado en 1989 teniendo como líder a Andrej Danko, ha conseguido importantes apoyos con un discurso ultranacionalista y en contra de la minoría magiar, lo que le llevó a obtener escaños en el parlamento desde el año 1990 hasta el 2010, donde perdió los principales apoyos. En el segundo país, Serbia, en al año 1991 surgió el Partido Radical Serbio, bajo la  batuta de Dragan Todorovic, agrupando al anterior Partido Popular Radical y el movimiento Chetnik, éste último ampliamente conocido durante la Segunda Guerra Mundial, cuando en difícil colaboración con aliados y fuerzas del Eje, buscaba la creación de la Gran Serbia. El Partido Radical Serbio fue uno de los más votados en las elecciones del año 2007.

Todo lo anteriormente escrito ha pretendido un sucinto repaso a las principales fuerzas y movimientos políticos extremos que están actuando y floreciendo en la antigua Europa del Este, a caballo de, por un lado el diferente impacto de la crisis económica y política en cada país,  así como de los reajustes estructurales de antiguas economías planificadas; y por otro del sempiterno discurso ultranacionalista e identitario, en la mayor parte de los casos excluyente, que identifica esta opción como vía redentora a los desdichados males que afectan a las sociedades en tiempos de cambio y dura transformación, donde ciertos símbolos ya no son ni sirven de cobijo a sus necesidades.

Jorge Garris Mozota, Comandante de Ingenieros. Doctor en Historia. Licenciado en Ciencias Políticas y Sociología.

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