El Bien contra el Mal en el país de Zaratustra

A nadie se les escapa que Irán es un país marcado por las enseñanzas de Zaratustra y sobre todo por la eterna lucha entre el Bien y el Mal. En buena medida, la obsesión de Jomeini por satanizar a sus enemigos no es más que una herencia del zoroastrismo. Las elecciones presidenciales no son más que una repetición de este fenómeno, de este enfrentamiento eterno entre el Bien y el Mal, entre el reformista Musavi y el ultraconservador Ahmadineyad. Los comicios han sido una verdadera sorpresa, no sólo por la rapidez con la que se ha producido el recuento si no también por la aplastante victoria del que había sido el presidente con menor apoyo en la Historia de Irán. Si a esto le añadimos los espectaculares niveles participación, superiores inclusos a los obtenidos en 1997 por Jatamí, cabe preguntarse qué ha ocurrido. En el Azerbaiyán iraní, de donde es oriundo Musaví, incluso se acabaron las papeletas electorales y en otros puntos del país hubo que ampliar el horario de votación. Musaví ha sabido aglutinar el apoyo de esos reformistas que en 2005 decidieron boicotear las elecciones permitiendo la victoria de Ahmadineyab. El candidato y ex primer ministro Musavi, el Bien, centró su campaña electoral en los derechos de las minorías y de la mujer, colectivos especialmente castigados por presidencia de Ahmadineyad.

La semana pasada Musavi fue recibido en Tabriz, capital del Azerbaiyán iraní, al grito de «Azerbaiyán está despierto y apoya a su hijo». Junto a los azeríes, otros colectivos como kurdos, baluches, lures o árabes apostaron por el reformista Musavi aunque los resultados parecen decir lo contrario. A nivel internacional, tanto el mensaje de felicitación del Novruz como el Discurso del Cairo de Barack Obama bien parecían ser la otra parte del puzzle (persa) que encajaba con la opción de Musavi para lograr la reforma en Irán. Sin embargo, después de las elecciones las piezas del puzzle parece que acabarán perdidas en algún lugar del sur de Teherán. El actual presidente de Irán, el Mal, también tiene sus apoyos, especialmente entre pensionistas, funcionarios y campesinos. Gracias a la política basada en los subsidios que emprendió nada más llegar al Gobierno, Ahmadineyad se ha ganado el favor de las clases menos favorecidas. Sin embargo, con una economía al borde del colapso, un nivel de enfrentamiento interno desconocido y una presión internacional que asfixia al régimen, cabe preguntarse: ¿Por qué ha ganado Mahmoud Ahmadineyab en primera ronda frente a un candidato reformista avalado por Jatamí? La respuesta quizá esté en las dificultades que han tenido los periodistas extranjeros para obtener los visados y en la represión en la que se ha sumido Irán tras las elecciones.

Según las últimas informaciones se están produciendo detenciones de activistas de la marea verde, periodistas y políticos reformistas. Las fuerzas policiales han intentado acabar con los integrantes del Tsunami Verde deteniendo a los activistas que bajo el grito «este no es mi voto» pedían la anulación de los comicios. Ahmadineyab ha tratado no sólo de descabezar a la plataforma reformista Frente de Participación, sino de acabar con cualquier semilla de oposición que pudiera ocultarse en el árido suelo iraní. Nombres tan importantes como el que fuera viceministro de exteriores Abdullah Ramezamzadeh o el antiguo viceministro del Interior Mostapha Tadjadeh estarían entre los reformistas detenidos por las fuerzas revolucionarias.

Quizá el hecho más grave se produjo en el norte de Teherán, donde se encuentran las oficinas del ex presidente Jatamí. Después de los primeros enfrentamientos en las calles, los temidos Basij asaltaron los locales deteniendo a seguidores y colaboradores del candidato Musavi incluyendo al propio hermano del presidente Jatamí. Por otro lado, si los medios extranjeros han tenido problemas para cubrir las elecciones, los medios iraníes han sido presa fácil de las fuerzas revolucionarias. Periodistas como Tayezadeh y Dehzad Nabavi se encuentran ya bajo custodia policial. Después de unas elecciones irregulares y de una jornada de disturbios y detenciones, Irán se encuentra al borde del colapso político. Así, en la República Islámica de Irán, el Bien y el Mal seguirán en la eterna lucha que nos enseñó Zaratustra, aunque de momento el Mal va ganando.

Adolfo Priego, investigador invitado del Deparment of Near and Middle East SOAS Univeristy of London.