El Brexit y el cuento del vocero

El presidente de la Cámara de los Comunes, John Bercow, es la figura del momento en el Reino Unido; y mientras la crisis del Brexit sigue su accidentado avance, se ha convertido en una especie de estrella de YouTube en toda Europa.

El 18 de marzo, Bercow revivió una norma parlamentaria de 1604 para impedir al gobierno de la primera ministra Theresa May traer otra vez al Parlamento el mismo acuerdo de retirada de la Unión Europea que ya había sido rechazado en dos desiguales votaciones anteriores.

El puesto de presidente (speaker o “vocero”) de la Cámara es incluso muy anterior a 1604. Pero ahora que la intervención de Bercow cambió la trayectoria del Brexit, su función atrajo más atención que nunca. ¿De dónde salió el puesto de vocero, y a qué se debió su creación, durante el “Buen Parlamento” inglés de 1376?

En aquel tiempo el parlamento inglés ya era diferente de otros en Europa, porque incluía una cámara baja, la Cámara de los Comunes, con poder real (sobre todo en el importante tema de la tributación). En 1376, los Comunes se fortalecieron considerablemente mediante la designación de un vocero; eso les permitía hablar “con una sola voz” y evitar que los Lores, más poderosos, los dividieran o anularan de a uno por vez.

Por entonces el país era un caos. El rey Eduardo III estaba senil, y su hijo mayor (el Príncipe Negro) murió durante ese período parlamentario, dejando un heredero de sólo nueve años. En tanto, una camarilla corrupta hacía estragos en la corte. Para reafirmarse, los Comunes designaron un vocero, haciendo énfasis en que “lo que dice uno de nosotros, lo decimos y afirmamos todos”. A continuación inventaron el proceso de juicio político, o impeachment, para poder condenar a los corruptos asesores del rey y a su amante, Alice Perrers.

El vocero derivaba su autoridad de la del grupo, y estaba protegido contra ataques a su persona por una declaración de “protesta” que dejaba en claro que no hablaba por cuenta propia, sino como representante de otros, y que sus palabras estaban supeditadas a la “corrección” de sus pares.

Además, con el vocero se recalcaba el derecho de la gente común a intervenir en forma efectiva en el debate político. Los Lores intentaron una y otra vez dividir y dominar a los Comunes, y al principio se negaron a responder acusaciones que no les fueran planteadas “individualmente”. Pero los Comunes se mantuvieron firmes y afirmaron su derecho a hablar con una sola voz y “sostener acusaciones en común”.

La elección de un vocero ayudó a los Comunes a decir la verdad al poder, hallar fuerza en la unión y resistir la intimidación; la voz de los menos importantes ya no sería silenciada o dividida, y podría desafiar a la autoridad aristocrática establecida.

Fue una innovación política que también inspiró una nueva forma de poesía. Hasta entonces, colecciones de relatos como el Decamerón de Boccaccio sólo presentaban narradores de clase alta, pero la creación del vocero dio alas a la imaginación del poeta inglés Geoffrey Chaucer (él mismo fue parlamentario en la década de 1380). En particular, inspiró los Cuentos de Canterbury, una obra que refleja la apasionada convicción de Chaucer en la necesidad de que las voces de la gente común fueran escuchadas y preservadas. Al poner como protagonistas de su obra a figuras no aristocráticas, pero muy seguras de sí mismas (como el cocinero, el marino, la comadre, el magistrado y el párroco), Chaucer rompe radicalmente con la tradición.

Como narrador del poema, Chaucer toma prestada la idea de “protesta”. Nos dice varias veces que sólo está repitiendo lo que dijeron sus peregrinos, y pide indulgencia a sus lectores si encuentran en su obra palabras groseras, ofensivas o incluso revolucionarias. Uno de los peregrinos de Chaucer hasta remeda al vocero parlamentario al decir que va a hablar bajo “protesta” y sujeto a la “corrección” de otros.

Chaucer incluyó escenas parlamentarias en otros poemas, entre los que se destaca el Parlamento de las aves. Es evidente que la asamblea de este poema está influenciada por el parlamento inglés: hay en ella aves comunes y aristocráticas, y en particular, los grupos de aves eligen representantes que hablen en su nombre. Mientras las aves de clase alta hablan y hablan y nunca concretan nada, las vulgares y eficaces aves de clase baja toman decisiones y hacen avances.

Una interesante nota al pie de esta historia es que el hijo de Chaucer, Thomas, llegó a ser vocero de la Cámara en el siglo XV, durante el reinado de la Casa de Lancaster. Fue integrante del parlamento en quince períodos, y vocero en cinco ocasiones, años tumultuosos en los que tuvo que extremar su habilidad en el trato con el rey Enrique IV, que tenía notorias diferencias con su hijo mayor, el príncipe Hal. Pero Thomas consiguió una y otra vez mantener la integridad de los Comunes sin caer él mismo en desgracia.

La reciente intervención de Bercow en el debate por el Brexit destaca la importancia permanente de una institución británica con 643 años de historia. Pero ¿mantiene el ocupante actual del cargo la honorable tradición de decir la verdad al poder? La respuesta depende probablemente de lo que cada uno opine sobre el Brexit.

Marion Turner is a professor of English at Jesus College, University of Oxford. Her book Chaucer: A European Life will be published by Princeton University Press in April. Traducción: Esteban Flamini.

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