En los últimos años, se han multiplicado las voces que proponen un cambio en el huso horario en España (y también los contraargumentos). Hace pocos días, físicos españoles declararon que este cambio sería un desastre y que, en todo caso, España se encuentra en el huso horario correcto.
España continental está en la misma longitud que Inglaterra y el meridiano de Greenwich pasa por el este del país (entre Cataluña y Aragón, aproximadamente). Sin embargo, el horario de España continental coincide con el de Alemania, Francia, Italia y no con el de Inglaterra. Así, podemos afirmar que nuestro país no se encuentra en el huso horario que le corresponde.
Si adelantamos el reloj una hora, ¿podría significar un problema o un beneficio para la salud? La posible relación de los horarios diarios y la salud se relaciona con lo que se denomina la “disrupción del ciclo circadiano”.
Todos los seres vivos de la Tierra, desde las bacterias hasta los humanos, nos hemos adaptado al ciclo de luz-oscuridad de 24 horas guiado por la rotación de nuestro planeta alrededor de su propio eje. Los relojes corporales internos marcan el ritmo de los procesos humanos sistémicos y celulares, incluyendo la temperatura corporal, la frecuencia cardíaca, la producción hormonal, el metabolismo, la función inmune y la expresión génica.
Estos ritmos diarios son producidos por un "reloj" central en el cerebro y por relojes periféricos, que se encuentran virtualmente en todos los otros tejidos. Estos relojes están sincronizados por factores externos, en particular por el ciclo ambiental de luz-oscuridad de 24 horas del día y también por la ingesta de alimentos. Sin embargo, para los seres humanos, la invención de la iluminación eléctrica moderna ha llevado al potencial desacoplamiento del ciclo de luz-oscuridad natural de los patrones de actividad, como el trabajo, el sueño y la alimentación. Además, en España esto es especialmente más pronunciado.
¿Cómo afecta esto a nuestra salud? Hay evidencia científica muy fuerte en estudios experimentales en animales que muestran que la luz en la noche y los efectos del jet lag (una disrupción del ciclo circadiano) están asociados con el cáncer, la obesidad y los resultados cardiometabólicos.
En humanos, a través de estudios en España y en otros países, hemos demostrado que trabajar durante muchos años por la noche puede estar asociado con un mayor riesgo de cáncer de mama y próstata, aunque no hay aún una evidencia concluyente. También hay muchas investigaciones en personas que demuestran que el trabajo nocturno a largo plazo se asocia con infarto de miocardio, diabetes, accidente cerebrovascular o obesidad.
Si durante el día damos de comer a las ratas -son animales nocturnos- estas se vuelven obesas porque no pueden metabolizar bien la comida que ingieren en el momento equivocado, mientras que el alimento suministrado por la noche no da lugar a problemas de obesidad. ¿Qué pasa en el caso de las personas en España que cenamos a las 9:30pm, una hora en la que hace 100 años estaríamos durmiendo? No lo sabemos, pero la evidencia experimental indicaría que esto no es un comportamiento saludable.
Si queremos seguir el horario natural diurno tenemos que cambiar el huso horario. Los gallos no entienden de horarios arbitrarios. Cuando sale el sol empiezan a cacarear sin tener en cuenta si nuestros relojes indican que son las 6, 7 o 8 de la mañana. Sin embargo, nuestras sociedades necesitan relojes -y despertadores- para funcionar. En España los relojes son erróneos y lo que estamos haciendo es adaptarnos. De media, simplemente empezamos el día mas tarde que nuestros vecinos de Europa central y también lo acabamos mas tarde.
Todo lo que conocemos sobre los efectos en la salud de la disrupción del ciclo circadiano indica que es óptimo seguir lo más cercano el ciclo natural. Un cambio en el huso horario sería beneficioso para la salud: es simple, despertarse más días sin la necesidad de un despertador es mejor. Los físicos indican correctamente que un cambio en el huso horario significaría cambios muy amplios en la sociedad y seguramente tienen razón que el cambio del huso horario no es solamente un tema de salud y que significaría repercusiones importantes en el funcionamiento de la sociedad. ¿Qué hacer? Pues no está claro, aunque, razonando sobre la adaptación humana y los efectos sobre la salud, prefiero seguir el comportamiento de los gallos.
Manolis Kogevinas es jefe del programa de cáncer del Instituto de Salud Global de Barcelona (ISGlobal).