El camino del PIB al PIG

No hace mucho tiempo y «Paseando por el déficit», comentaba en este medio de comunicación la importancia de analizar, no sólo el tamaño, también la calidad del déficit público. Pero la reflexión hay que completarla con un análisis del Producto Interior Bruto, el PIB, algo que sirve precisamente para pagar deuda y déficit y cuya incorrecta estructuración nos instala en el camino para convertirnos en uno de los famosos y auténticos PIGs.

Hay varios métodos para calcular el PIB. El más habitual es el de sumar las demandas agregadas de los distintos agentes de la economía de un país. O sea, el resultado de adicionar al gasto e inversiones de familias y empresas, el consumo final del sector público y el saldo neto de las exportaciones menos las importaciones.

Ya en este inicial estadio nos encontramos con la primera aclaración que debemos, como ciudadanos, pedir al Gobierno. Si el cálculo se ha realizado con los precios de los bienes y servicios del año considerado, tendremos el PIB nominal. Es una información incompleta ya que no tiene en cuenta la inflación. Para eso debemos realizar el mismo cálculo pero con los precios del año anterior y obtendremos el PIB real.

Para conocer las cifras absolutas el Gobierno debiera publicar ambos sistemas de cálculo, posibilitando que los ciudadanos puedan juzgar y valorar la situación económica con mayor información que ahora. Comparando el cálculo nominal y el real sabremos el crecimiento verdadero, así como la pérdida de valor de nuestro dinero. En la simple publicación de ambas fórmulas de cálculo dejando ver los importes de las tres partidas que lo componen, hay un montón de información de alto valor para la población. No vamos a tratar ahora ni las cifras, ni los métodos de cálculo. Dejemos que Eurostat vele por la calidad de los datos. Pero sí que creo que es importante resaltar que si nuestro país se viese en la necesidad de generar un organismo de supervisión, para evitar que el Gobierno metiese sus sucias manos en el INE, se reflejaría una grave enfermedad de nuestra democracia. Aunque yo aspire a un nivel de transparencia en el que se crease una rúbrica contable llamada «Chorradas del Gobierno» con la que poder analizar el impacto de los informes sobre el machismo de los terremotos, el de los Audis del Congreso, el viaje a Nueva York de la ministra Montero y coleguis para ir de compras, el tour anual por los palacios del delincuente floreado que nos gobierna, o las televisiones, etc., creo que, de momento, ya nos serían útiles algunas prácticas informativas más sencillas.

No tengo ninguna esperanza en la actuación de este Gobierno. Pero sí creo que los partidos de la oposición debieran ser muy contundentes con todo esto. Ellos deben pedir y exigir la publicación de los dos cálculos de PIB, Nominal y Real, con indicación de las cantidades que componen las diferentes partidas que lo integran. Explicar la evolución del consumo e inversión de particulares y empresas, la evolución del gasto final del sector público y el comportamiento de las exportaciones e importaciones. Todo a precios corrientes y también descontada la inflación. Se puede trabajar algo con esas simples partidas y explicar a la ciudadanía como están las cosas con claridad, sencillez y humildad.

Por ejemplo, haciendo una comparativa podemos ver si el consumo real se ha parado o si crece con dinamismo. Es decir, tal vez resulte que los españoles hemos podido comprar menos cosas pero hemos pagado más dinero por ellas al tener un menor valor nuestro dinero. O si las inversiones reales se están ralentizando y, por lo tanto, podemos esperar una menor competitividad de nuestras empresas en un futuro próximo.

Lo que se agrega como consumo final del sector público no son ni los sueldos, ni las pensiones, ya que esto se computa como consumo privado. Se refiere a gastos puros y duros. Por lo que sería fácilmente explicable descontar de esa partida los gastos de sanidad, educación, defensa etc. y ver qué cantidades adicionales se han detraído del sector privado vía impuestos y ver en que se han aplicado.

Otra de las conclusiones que se pueden deducir en el caso de disponer de la información mencionada, es como la factura de las importaciones de energía ha mermado la riqueza nacional. Sería reflejo de una muy grave situación el constatar que hemos consumido menos energía debido a que la actividad privada se ha reducido, pero ver que hemos pagado más euros por ella.

También es importante poner en relación los datos del PIB real y nominal con el déficit y con la deuda pública, ya que es con aquel con lo que se paga toda esa fiesta. Si a un déficit estructural, le sumamos una deuda enorme y con destino equivocado y no gestionamos bien la economía nacional reflejada en el PIB, estaremos muy cerca de que nos conviertan en uno de los llamados PIG por las economías del norte de Europa. Si vamos a acabar así, al menos que nos lo cuenten.

En fin, con la publicación de unos sencillos datos, los partidos de la oposición pueden realizar un perfecto control al ejecutivo y contarlo a la ciudadanía de forma entendible y asequible. Deben utilizar algo de pedagogía para dotar a los españoles de cierta conciencia de ciudadanía al tratarles como personas adultas, sensatas y explicar la verdad de las cosas. Lo que bien se explica, claramente se comprende.

José Antonio García-Albi Gil de Biedma es empresario.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *