Como venía anticipándose a lo largo del año, el ejercicio 2017 va a terminar como el de mayor inversión realizada históricamente por las entidades de capital riesgo nacionales e internacionales en empresas españolas, llegando casi a 5.000 millones de euros, significativamente por encima del anterior máximo, alcanzado en 2007, año previo al estallido de la crisis, en el que se superaron ligeramente los 4.200 millones de euros. Así se desprende de los datos recientemente publicados por Ascri, la asociación que aglutina las principales bases estadísticas del sector de capital riesgo en España.
Este extraordinario comportamiento del sector viene explicado por numerosos factores. En primer lugar, por los altos niveles de fondos captados por las entidades de capital riesgo en los últimos años, en un entorno de bajísimos tipos de interés y de escasa rentabilidad de los activos líquidos, que ha atraído el ahorro de antiguos y nuevos inversores. Las entidades han intensificado en 2017 la colocación de los elevados fondos captados en pasados ejercicios, como en 2016, en el que se registró la máxima captación de recursos en los diez últimos años.
En segundo lugar, por el cierre de operaciones de gran tamaño o megadeals (transacciones por encima de los 100 millones de euros), en su mayor parte lideradas por inversores extranjeros, que de hecho han copado casi tres cuartas partes de la inversión total, lo que es una señal adicional de la vuelta de la confianza en la economía española. Estas inversiones se han localizado además en variados negocios (energía, agroalimentario, financiero, textil, salud u ocio, por ejemplo), lo que desde un punto de vista macroeconómico debería contribuir a un crecimiento más equilibrado entre los distintos sectores productivos.
Pero además de las grandes transacciones, también ha crecido la inversión en empresas de menor dimensión y en compañías en fase de desarrollo más temprana, que es el segmento conocido en el mercado como venture capital. Al crecimiento de este segmento continúa contribuyendo el papel que los agentes públicos siguen realizando, a través de vehículos nacionales o regionales.
La mejora del entorno bancario también ha favorecido el crecimiento del mercado. La existencia de condiciones de financiación atractivas, en un entorno de tipos de interés en mínimos, y el aumento del apetito de la banca por la financiación a empresas, han contribuido a dinamizar la operativa de las entidades de capital riesgo, que se encuentran con crédito disponible en importe y condiciones no vistas desde hace bastante tiempo.
La evolución del mercado de capital riesgo en España en 2017 constituye, por tanto, una gran noticia, pues es una evidencia más de la mejora económica del país y de la recuperación de la inversión extranjera, y además permite canalizar hacia las empresas financiación con la que desarrollar sus planes de expansión y crecimiento. El reto para el sector radica en ser capaces de gestionar adecuadamente, y alineados con los empresarios, los importantes volúmenes de fondos invertidos, así como poder proporcionar a sus inversores un retorno atractivo.
Pablo Mañueco y Pablo Guijarro son profesores de Afi Escuela de Finanzas.