El censo del PP y las once mil vírgenes

Si España tuviera una monarquía parlamentaria habría gobernabilidad, representación y estabilidad de los partidos, como es el caso del Reino Unido. En el actual Estado de partidos, en nuestra partitocracia, no hay gobernabilidad, ni representación ni estabilidad de los partidos. En efecto, el Estado de partidos devora a sus criaturas: UCD, PCE, CDS, AP, Unión Democrática de Cataluña, Convergencia Democrática, Izquierda Unida...

Ahora el PSOE ha explotado y veremos el final de la película en unos meses. El PP está a tiempo de regenerarse y evitar una explosión mayor que la del PSOE. Pero para ello precisa, o bien unas elecciones primarias (que algunos llaman un congreso abierto: un militante, un voto), o un congreso de refundación que no puede, ni debe ser, “como siempre”. En cualquiera de los escenarios, el tema del censo de militantes del PP cobra una relevancia especial.

La última cifra oficial que ha dado el PP es de 860.000 militantes. Me permito el parafraseo de la divertida novela de Enrique Jardiel Poncela, Pero… ¿hubo alguna vez once mil vírgenes? Y es que este tema, el censo, tiene a la vez elementos cómicos y sustanciales.

Entre los cómicos, es conocido por los más antiguos miembros de Alianza Popular cómo se elaboraron las primeras listas de militantes en 1977: con la guía de teléfonos. Para justificar requisitos de afiliación, Alianza Popular (y no sólo AP) copiaban nombres y direcciones provenientes de la guía telefónica, por lo que se produjeron protestas de ciudadanos sorprendidos por su inclusión en un listado con el que no tenían nada que ver.

La actualización del censo nunca ha sido un objetivo de ningún presidente ni secretario general del PP. El esfuerzo organizativo principal ha sido el control de la administración de recursos de las cuotas de los afiliados y las subvenciones públicas anuales. De hecho, la reforma más relevante de Cascos y Bárcenas en el PP fue centralizar y controlar la totalidad de los recursos públicos y privados (cuotas) de toda España.

Frente a un caos generalizado anterior, el gerente nacional, con un solo click, tenía cada mañana, en una hoja Excel cruzada con los bancos, los saldos con ingresos y pagos del partido de todas las provincias. Esto era un elemento más de un proceso de centralización y poder del aparato desde 1990.

La no actualización del censo es también un elemento de control desde las direcciones locales y provinciales. Es conocida la anécdota de un dirigente local del PP, hoy diputado en el Congreso, que aportó un censo actualizado al presidente provincial con la indicación de 200 militantes que habían fallecido. El presidente provincial (que ahora es también diputado en el Congreso) le ordenó: “Déjalo como está: esos también nos votan”. Una contestación propia de los guiones de cine de Berlanga que refleja toda una cultura política.

Veamos cómo se produce la elección de un presidente del PP de una ciudad importante, en este caso Gijón, cuando hay candidato alternativo y no se puede hacer la elección a la búlgara, con un único candidato oficial. En septiembre de 2014 el Comité ejecutivo de Asturias convocó el congreso local, con un censo de afiliados de 3.551 militantes. Para ser candidato hacía falta la friolera de 500 avales de militantes al corriente de pago de cuotas.

La dirección de Asturias propuso un candidato oficial, que había sido presidente de Nuevas Generaciones de Gijón. El militante independiente Sr. Riestra tuvo la iniciativa de presentarse frente al candidato oficial, Sr González Medina. El candidato Riestra no obtuvo permiso de la dirección de Gijón ni de Asturias para acceder al censo de militantes de Gijón que manejaba con prodigalidad la candidatura oficial.

Presentados los avales por ambas candidaturas, la dirección del PP de Gijón anuló la candidatura del Sr. Riestra porque 215 de los avales presentados no estaban al día en el pago de cuotas, mientras que los 598 avales del candidato oficial, todos ellos, estaban al corriente. El Sr. Riestra impugnó las elecciones y la sentencia del Juzgado de Gijón las anuló destacando “el dato llamativo de que el demandante Sr. Riestra tuviera la mala fortuna de pedir el aval a militantes morosos en un porcentaje del 41,34 % del total, mientras que el Sr. González Medina tuvo la buena fortuna de formular su petición de apoyo y prestación de aval a afiliados militantes escrupulosamente cumplidores de sus obligaciones económicas frente al partido, lo que permite poner en duda que tan sorprendente diferencia proceda del mero azar”.

El juez anuló la elección y las mismas personas que habían organizado el congreso de 2014, sin asumir responsabilidad alguna, lo volvieron a organizar y convocar en febrero de 2015. Los oponentes independientes, exhaustos, declinaron presentarse. Un nuevo candidato oficial, Sr. Marín, resultó elegido sin oposición y se produjo una desbandada de militantes que se dieron de baja del PP de Gijón.

El PP es, muy probablemente, la mayor organización política de España, pero de ahí a tener 860.000 militantes hay una enorme distancia. Alemania tiene aproximadamente el doble de población que España y el Reino Unido un tercio más. El Partido Conservador británico declara 150.000 militantes y la Democracia Cristiana alemana, con una tradición democrática y asociativa mucho más prolongada, declara menos de la mitad de militantes que el PP. ¿Cómo es esto posible?

La respuesta es que hubo un incremento muy considerable de militancia del PP desde principios de 1990 hasta 2004 y el aumento continuado del número de militantes se convirtió en un elemento de propaganda que ningún dirigente del PP ha querido revisar. Al revés, cada año hay que tener más militantes sin dar de baja a los de la lista telefónica ni a los fallecidos.

En una consulta directa a la planta sexta de la sede del PP de la calle Génova, donde se centraliza la información de afiliados, indicaron que el número de militantes podría ser la mitad (unos cuatrocientos mil) lo que es un número muy importante, casi el doble que el PSOE. Ahora bien, militantes con las cuotas al corriente y los datos actualizados de teléfono, dirección, y el email, confesaron que rondarían los cien mil.

El próximo Congreso del PP o las primarias precisan una reforma de los estatutos, un censo de verdad y unas condiciones de igualdad de oportunidades de los candidatos, seguridad jurídica y transparencia que sean radicalmente distintos de los habituales del partido en todos los niveles. O se organiza el Congreso y primaras atendiendo a la democracia interna y neutralidad de los organizadores, o se puede producir un desistimiento generalizado de miembros del partido. Entonces, Las once mil vírgenes de Jardiel Poncela será el relato de un drama en lugar de un jocoso divertimento.

Guillermo Gortázar es autor del libro 'El salón de los encuentros. Una contribución al debate político del siglo XXI' (Unión Editorial, 2016).

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