El desmoronamiento del Estado libio. Consecuencia de decisiones precipitadas en política exterior y de seguridad

Resumen: Libia sufre desde febrero de 2011, cuando comenzaron las revueltas, un acelerado proceso de deterioro de la seguridad reflejado en violencia generalizada, caos económico, incremento de los tráficos ilícitos y creciente amenaza de fraccionamiento del país. Nacido artificialmente a la independencia en 1951, es buen ejemplo de Estado endeble, una compleja sociedad tribal unida por el peculiar régimen establecido por Muammar El Gadaffi que, tras su desaparición, se ve cada vez más cuestionado.

Introducción: Las revueltas en Libia comenzaron el 15 de febrero de 2011 y, como las que estallaron en Siria el 25 de marzo del mismo año, han desembocado desde entonces y hasta la actualidad en sendos procesos de deterioro de la seguridad con agudas consecuencias dentro y fuera de las fronteras de ambos Estados árabes. Concentrándonos en el caso de Libia veremos cómo en algo más de cuatro años desde su inicio, las revueltas degeneraron rápidamente en una guerra civil en la que intervinieron directamente diversos actores foráneos, y aunque algunos pusieron fin formal a la misma con el linchamiento del coronel Muammar El Gadaffi, el 20 de octubre de 2011 en Sirte, la realidad es que el país sigue siendo hoy, en la primavera de 2015, escenario de caos y conflictos sin visos de una pronta solución.

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Carlos Echeverría Jesús es profesor de Relaciones Internacionales de la UNED y analista del GEES.

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