ES un honor participar en esta inauguración de la Cumbre de la Ingeniería Española; acto presidido por Vuestra Alteza Real, en este Instituto de la Ingeniería de España; Instituto ya centenario que ha contado, desde sus orígenes, con la Presidencia de Honor de nivel máximo nacional; primero, de Su Majestad el Rey Don Alfonso XIII, en 1918, y, en la actualidad, de Su Majestad el Rey Don Juan Carlos.
Este Instituto tiene entre sus fines principales fomentar y contribuir al progreso de la Ingeniería, poniéndola al servicio del desarrollo integral y del bien común de la sociedad.
Y en ese sentido quiero recordar las palabras pronunciadas por S.M. el Rey Don Juan Carlos en 2005, con motivo de la celebración del primer centenario de esta institución: «A lo largo de este primer siglo de existencia, y como ya vaticinaran Ramón y Cajal y Ortega y Gasset, la profesión de ingeniero ha ido afirmado su importancia para nuestro progreso y bienestar, al tiempo que ha sabido ganarse un sólido y merecido prestigio social».
Y más adelante, Su Majestad indicaba que: «Han sido muy numerosos los ingenieros que, a lo largo de estos cien años, han dedicado su saber y mejores esfuerzos al desarrollo tecnológico de España; esta oportunidad nos sirve, por ello, para subrayar la importante aportación a dicha tarea de figuras como José Echegaray, Leonardo Torres Quevedo o Juan de la Cierva».
Con ese mismo objetivo de impulsar el desarrollo industrial, Alteza, el Instituto de la Ingeniería de España lleva a cabo esta Cumbre de la Ingeniería Española; Cumbre en la que se dan cita representantes de los sectores del tejido industrial español; sectores, todos ellos, que deben ser los impulsores de la recuperación de nuestro país, apostando por una economía sólida y sostenible; que ha de tener en la internacionalización y la innovación los pilares básicos de su crecimiento.
Y, sin lugar a dudas, la aplicación de la ingeniería va de la mano con el progreso y con el desarrollo de los pueblos; es la ingeniería la que presta el servicio más directo a la sociedad. Y los ingenieros, a través de la transformación del conocimiento científico en bienes, procesos y servicios, los que generamos renta, riqueza y empleo y contribuimos al desarrollo y al avance del conjunto de la humanidad.
En esta generación de valor añadido por la aportación de conocimientos es fundamental la labor desempeñada por Su Majestad el Rey Don Juan Carlos, que impulsó a un grupo de empresarios hace 23 años, en 1990, a crear la Fundación para la Innovación Tecnológica, Cotec, en la que S.M. el Rey desempeña activamente la presidencia de honor.
Sabemos, Señor, que España está viviendo en estos momentos una difícil coyuntura económica y que en nuestro país coinciden y se suman tres crisis.
—La crisis financiera mundial, que surge en agosto de 2007.
—La crisis inmobiliaria, por haber construido, año tras año y durante más de un lustro, un número de viviendas doble de las correspondientes a la demanda sostenible.
—Y la crisis, también intrínsecamente española, de pérdida de competitividad de nuestra economía, con efectos acumulados por excesos salariales y de inflación desde que en 1999 entramos en el euro.
Pero también sabemos, Señor, que durante el reinado de Don Juan Carlos I se ha impulsado la apertura al exterior de nuestra economía con el consiguiente efecto positivo sobre la sociedad en su conjunto. Que, desde el punto de vista institucional, en esos años España se ha incorporado a la OTAN, en mayo de 1982, ratificado por referéndum en 1986; a la Unión Europea en ese mismo año, tras firmar el Tratado de Adhesión en 1985. Que ha participado en el diseño y puesta en marcha del Acta Única y, que en 1989 se incorporó al Sistema Monetario Europeo y en 1999 entramos en la Unión Monetaria, empezando a circular el euro físico en enero de 2002. Todos estos grandes avances en las instituciones internacionales, están siendo acompañados del gran papel de cohesión interna y externa que juega nuestro Rey, y que nos ha permitido a los empresarios realizar fuertes inversiones, especialmente en Iberoamérica y en Europa, generando beneficios para las empresas españolas y también para los países receptores. Con todo ello, Alteza, durante el reinado de Don Juan Carlos I, España se ha equiparado, política e institucionalmente, a los países más desarrollados, debido en gran medida al efecto integrador de la Monarquía. Y asimismo nuestra economía y nuestras empresas han vivido su periodo de máximo esplendor y sobre todo de mejora del nivel de vida de los españoles, objetivos ambos alcanzados a lo largo de 37 años de monarquía; 37 años que, a pesar de las crisis económicas, han configurado el mejor periodo de nuestra historia moderna.
Y vuestra presencia, Alteza, en este acto, hoy, es una importante garantía del apoyo constante de la Monarquía a la economía y a la industria española. Por Vuestra presencia y por Vuestro apoyo, Señor, muchas gracias.
Juan Miguel Villar Mir, presidente de OHL.