El franquismo a debate 30 años después (Encuesta 20)

La mayoría sintió esperanza tras la muerte de Franco (EL MUNDO, 06/08/06):

Esperanza más que preocupación y pena más que alegría sintieron los españoles el 20 de noviembre de 1975 cuando a primeras horas de la mañana se enteraron de que Franco había muerto.

En esta ocasión sólo se pregunta a los mayores de 45 años, los encuestados que vivieron aquellos momentos. Los más jóvenes del grupo contaban entonces 14 años de edad.

El sentimiento de esperanza es el que abrigaron los españoles en su mayoría (53,5%) cuando desapareció el dictador; esperanza, se entiende, en el cambio político, que era el proyecto que estaba planteado.

El deseo de avanzar hacia una democracia era mayoritario, sin distinción entre capas sociales, y el último obstáculo que había en el camino era la prolongación del mandato de Franco. Una vez desaparecido, se abrían las puertas del futuro.

Pero la preocupación o el miedo eran sentimientos que una parte notable de la población sentía también. Uno de cada tres españoles miraba el futuro con intranquilidad.

En la derecha podía detectarse más nivel de preocupación, según los datos obtenidos por la encuesta, aunque al mismo tiempo una parte relevante de la derecha estaba invadida de esperanza. No hay que olvidar que en la derecha moderada e ilustrada encontró también el franquismo una oposición activa. Era la oposición que actuaba en el interior (democristianos, liberales, socialdemócratas...) y trataba de ensanchar los estrechos cauces del sistema.

Más españoles sintieron pena (uno de cada tres) que alegría (uno de cada cuatro), y más la notaron los mayores que los jóvenes, y los hoy votantes de la derecha que los de la izquierda.

Los electores del Partido Socialista y de Izquierda Unida dicen hoy, en porcentaje relevante, que se alegraron con la muerte de Franco, y lo mismo confiesan los agnósticos.

Es significativo el elevado porcentaje de encuestados que no responden (dos de cada cinco), posiblemente porque la consideran una cuestión personal muy delicada.

Años finales

En los años finales del franquismo, y a medida que iba deteriorándose la salud de Franco, se planteó la alternativa reforma/ruptura para cuando desapareciera de la escena política. El objetivo era establecer un sistema democrático; la discrepancia principal se refería al método.

La reforma era el procedimiento preferido por la oposición moderada y los franquistas aperturistas. La ruptura era propugnada por la oposición de izquierda, especialmente el PCE, que había mantenido la oposición más activa a Franco, y el PSOE.

Sólo el búnker franquista -término con el que se denominaba al sector franquista radical partidario de la continuación del sistema del 18 de julio- rechazaba las dos opciones de la alternativa.

Que algo más de la mitad de los españoles que vivieron aquellos años recuerden hoy que la esperanza les animaba tras la muerte de Franco revela que el deseo de avanzar hacia una democracia era mayoritario. En aquel momento, que el avance se hiciera por vía de reforma o mediante una ruptura era una cuestión que no quebraba el gran consenso por la democracia.

También entre los que recuerdan la preocupación como el sentimiento dominante había deseos de construir una democracia. La preocupación se centraba en el método y sobre todo en las posibilidades de que la operación culminara con éxito.