El FT en el zafarrancho español

El Financial Times (FT) es el gran diario económico europeo. Liberal a la inglesa. Cree en la economía de mercado y bastante menos en el Estado. Informa bien e incluso apoya a gobiernos de centroizquierda si cree que aciertan. En el mundo económico, mucha gente lo considera la biblia. ¿Qué ha pasado en las últimas semanas para que el FT haya pasado aquí de diario solvente a sujeto de trifulca política? ¿Se equivoca el FT o la onda expansiva de la crispación llega a Londres?

El 1 de enero, España asumió la presidencia de la UE. Después, Zapatero hizo una rueda de prensa. No fue el día del presidente, que habló de «sanciones» vagamente, «sin elaborar». Pero el editorial del FT no es que fuera crítico, es que fue flojo. Minusvaloraba «sin elaborar». Y los media de la derecha lo usaron como un proyectil contra el Gobierno, que se sintió agredido.

Nada terrible, pero la tormenta en los mercados lo enredó todo. Grecia (el anterior Gobierno conservador) había falseado sus cuentas, lo que generó inquietud. La agencia Ficht degradó el rating de su deuda. Y lo de Grecia alentó los nervios sobre el euro, una moneda única que soporta políticas fiscales varias. Se sabía que era un riesgo, se verifica ahora, en la incertidumbre. Y muchos analistas empezaron a pregonar que el mundo ha superado la crisis del 2008-2009 –nada seguro, porque los bancos centrales dudan y el paro no baja–, pero que surgía un nuevo dragón de tres cabezas: la gran montaña de deuda pública.

Todos los estados tiraron de déficit (y aumentaron la deuda) para aguantar la economía cuando el sector privado desfalleció en el 2008. El consenso general fue que sin la acción protectora del Estado, evitando la quiebra bancaria, pagando el seguro de paro y salvando directamente empresas (Opel, General Motors), la gran recesión derivaría en un crash como el de 1929. Keynes resucitó.
Pero ahora los mercados resbalan por lo que Krugman define como «la histeria antidéficit». Temen que los estados no puedan pagar las deudas. Como la bolsa subió mucho en el 2009 (más la española que la europea), como empezaba la apuesta contra el euro, y como España ha tenido un déficit del 11,4% (solo similar al británico entre los vips europeos), el nerviosismo y la especulación bajista afectan a España. La bolsa cayó y se degradó la principal ratio de solvencia, el plus con el bono alemán, que pasó del 0,60% a casi el 1%
España no es Grecia –la deuda pública sobre el PIB es inferior a la media del euro y a la de Alemania, mientras que la griega es muy superior–, pero tenemos puntos comunes (el déficit del 2009, por ejemplo). Por eso la ola especulativa nos vigila. Y en este clima, el FT ha publicado noticias y opiniones de columnistas (el famoso Roubini el miércoles día 3) críticas con España y que coincidieron con el jueves negro de la bolsa española la pasada semana. El FT informó, con mayor o menor fortuna, y reflejó lo que se decía en los mercados.

Pero aquí había zafarrancho. Para el PP y los media de derechas, el nerviosismo de los mercados era una moción de censura a Zapatero. Y los profetas del catastrofismo elaboraron que los mercados, más la respuesta sindical al plan de austeridad y a la propuesta de alargamiento de la jubilación a los 67 años, eran el fin de ZP. Flotó el «váyase, señor…», dirigentes del PP (no el cauto Rajoy) amagaban con la moción de censura y oían tambores de huelga general. Recurrir al FT era citar la biblia y se practicó el cortar y pegar a gusto del consumidor. El sectarismo derechista elevó a catedral gótica cualquier nota del FT contra ZP, que tomaba medidas inevitables para no sucumbir a la «histeria antidéficit». Cada punto de encarecimiento de la deuda española son 6.000 millones de euros, el 20% del presupuesto catalán. Y el coste de la deuda del Estado es el suelo para bancos y empresas.

Los problemas en los mercados hicieron que algunos socialistas respondieran acusándoles de especular (cierto) y de «conspirar» (más incierto). Y viendo en la prensa económica pruebas del contubernio. Un punto paranoico. Ahí está la nota del lunes de Lex (prestigioso columnista anónimo del FT) que sostenía que EEUU podía perder la calificación de triple A y repasaba a Geithner. ¿También hay complot contra el secretario del Tesoro?

Joan Tapia, periodista.