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El mundo Mundial 19: Casi casi

El capitán de la selección Argentina, Lionel Messi, durante el partido en el que su escuadra perdió frente a Francia en Kazán, el primer partido de los octavos de final. Credit Catherine Ivill/Getty Images
El capitán de la selección Argentina, Lionel Messi, durante el partido en el que su escuadra perdió frente a Francia en Kazán, el primer partido de los octavos de final. Credit Catherine Ivill/Getty Images

Se ve que nos tienen miedo. ¿Los viste? Se nota que estos francesitos tienen miedo, saben que el que está enfrente es la Argentina y se arrugan, ya vas a ver, manga de pechofríos. Quieren hacerse los vivos pero no les da el cuero; sí, te lo digo yo, boludo. Dales unos minutos y vas a ver cómo se arrugan.

Uy, Dios, y este ahora la puso en el palo, menos mal que la puso en el palo y nos salvamos, pero si seguimos así no sé cómo vamos a terminar. Che, estamos al horno, no la vemos, nos pasan como si estuviéramos parados, y ahora Rojo…

Ay, Rojito, ya sé que te debemos todo, que el otro día nos salvaste, pero qué boludez este penal. Si el francés ese ya se iba, se quedaba sin cancha y justo ahí vos venís a empujarlo, para qué. Y la van a meter, mirá si Griezmann va a comerse un penal, es un tipo serio. No se puede empezar perdiendo así, a los diez minutos; ahora sí que va a ser cuesta arriba.

Y más si seguimos así, no les llegamos ni cerca. No se entiende: de verdad no se entiende. Este Sampaoli se cree que va a inventar el fútbol. Ya está todo inventado, Sampaoli, por qué no te ponés a trabajar. Pero no, quieren ser más vivos que los vivos. ¿No te das cuenta de que eso del falso nueve no sirve para nada, que Messi anda allá lejos, que cuando trata de subir tampoco tiene con quién jugar? ¿No te das cuenta de que sin un nueve Varane y Umtiti están tranquilos ahí atrás, no hay nadie que los joda? ¿No te das cuenta de que no sirve para nada meter a dos punteros, al pobre Pavón y a Di María, si las dos o tres veces que ganan no tienen a quién tirarle un centro? ¿Qué quiso inventar este boludo? ¿No te das cuenta, Sampaoli? Si esto lo sabe cualquiera, Sampaoli.

Y encima armaste un equipo defensivo que no defiende nada. ¿No te enteraste de que a estos es mejor esperarlos? Los equipos que se quedaron atrás les complicaron los partidos, pero nosotros atrás somos horribles, si nos metemos atrás nos cargan a goles. Así que capaz que mejor no, pero ahora cada vez que ellos quieren atacar se cortan solos, quedan uno a uno con los nuestros y los pasan como si fueran postes, por velocidad, por habilidad, por lo que se les da la gana. Como si fueran postes, Sampaoli. Sí, capaz que no hay defensores mejores; sí, es cierto que hace mucho que no salen jugadores, pero si un día los hacés jugar en línea de cuatro y otro día de tres, qué querés que hagan, pobres pibes. Encima que no son muy buenos, vos los volvés locos, Sampaoli.

Y arriba nada, no llegamos. El boludo de Di María se enreda, no termina una jugada. Y Pavón la verdad que debe estar en un mal día, tampoco las termina, y Banega está fallando más que de costumbre. Y Lío, ¿dónde se metió Lío?

Uy, pero qué grande Di María. Con lo que te putée, Fideo. Qué pelotazo que sacaste, hermano, qué fierrazo al ángulo. Qué bueno que empatamos antes del descanso, ahora sí que empieza otro partido. Capaz que ahora Sampa se da cuenta y mete un nueve, o algo.

¿Cómo, todo igual? ¿Vamos a jugar el segundo tiempo todo igual? ¿Ni un cambio, Sampaoli? ¿De verdad? ¿O será que el tipo sabe algo que todos nosotros no sabemos? Porque no puede ser tan burro, si cualquiera se da cuenta de que esto no funciona. Ah, bueno. No, si yo siempre lo dije que dios es argentino. Por diosito, qué suerte que tuvimos, esa pelota no iba a ninguna parte, Messi le había pegado mal y Mercado se cruzó, yo creo que hasta trató de sacar la patita y le pegó, y la mandó a guardar. Vamos ganando, no se puede creer, vamos ganando.

Y capaz que aguantamos. Al fin y al cabo estos no son tan buenos, y ahora se ve que están muertos de miedo. Con un poco de suerte la aguantamos y pasamos. Ay, qué pena esa amarilla, ahora Mascherano no va a poder jugar el próximo partido. Pero bueno, igual tenemos al mejor del mundo y el Barbas nos ayuda; ¡son argentinos, somos argentinos!

Uy, pero no, cómo la pudo enganchar así ese pibe. Si le pega cien veces desde ahí, doscientas la manda a la tribuna, y justo hoy, contra nosotros, mete ese voleo. ¿Cómo es que se llamaba? Pavar, sí, Pavard, y el pase se lo mandó Lucas Hernández. ¿Esos no eran los malos? Te decían que los marcadores de punta eran lo peor de los franceses y entre los dos nos vacunaron. No marcamos a nadie. No marcamos a nadie. Qué tristeza el empate, pero bueno, ahí estamos, capaz que entra un golcito o si no vamos al alargue, a los penales, ahí zafamos.

Ay, no, no paramos a nadie. Cómo puede ser que haya cinco defensores en el área nuestra y los rebotes les van todos a ellos, no paramos a nadie, esta defensa es un desastre. Y ese Mbappé las agarra todas, y es hábil y es rápido y tiene gambeta y tiene tiro, es una máquina. Ay, otra vez, pero no, otra vez, no nos pueden vacunar así, somos un asco. Los corremos de atrás, no los paramos ni con lazo. Hermano, un equipo hay que armarlo de atrás para adelante, si los de atrás no te dan confianza los de adelante juegan preocupados, no pueden soltarse, y la cosa no anda. No anda, ni un poco anda, en cuanto jugamos contra un equipo en serio nos surten a goles, Croacia nos hizo tres, Francia cuatro, somos un colador, no paramos a nadie.

Y uno quiere creer, pero es difícil. Qué se le va a hacer, nos ganan cuatro a dos y nos están haciendo precio, si quieren nos meten cinco o seis. ¿Y ahora lo ponés a Agüero, Sampaoli? ¿Qué, tanto miedo tenías antes que recién ahora lo ponés? ¿No sabés que cuando uno tiene tanto miedo a perder no gana nunca? ¿Por qué no podemos jugar como si fuéramos Argentina, Sampaoli? Los que tienen que tener miedo son los otros, boludo, no nosotros; si tenemos que morir por lo menos muramos con la nuestra. Pero no, todo el tiempo jugamos con miedo, y encima esta especie de locura de creer que vamos a ganar porque tenemos que ganar, porque somos nosotros, porque tenemos a Lío, vaya a saber por qué. Pero nos están pasando por encima, qué desastre. Bueno, capaz que la cosa es más simple: no tenemos jugadores. Tenés razón, Sampaoli, qué vas a hacer con esa manga de perros que llevaste.

Y sí, no tenemos. ¿Cómo quieren que ganemos un Mundial si hace años que no tenemos un juvenil decente, si no somos capaces ni de armar un partido con hinchada visitante, si todo es puro curro? Pero es así, el país es así. Con este país que tenemos no le podemos ganar a nadie, y con este gobierno

Somos un desastre. Eso es lo que somos, un desastre, no tenemos nada, ni jugadores, ni técnico, ni idea, no sabemos qué queremos, lo tenemos a Lío y nos creemos que con eso alcanza pero no alcanza, pobre Lío, lo dejamos solo, mirá la cara que tiene, se ve que no puede creer lo que le está pasando: otra vez se va a quedar afuera, y esta vez muy rápido, tan rápido, pobre pibe. Bueno, que se joda. Es millonario, la tiene toda, le salen todas, si no le sale una que se joda. Más nos jodemos nosotros que no tenemos ni su guita ni su fama, que no tenemos nada y ahora ni el Mundial tenemos. Pero qué suerte que no vamos a ver más a estos amargos. Millonarios malcriados, vayan a trabajar al puerto.

Y mirá lo que dice ahora el boludo del relator, dice que a veces hacés todo mal y te va bien, si será pelotudo. Esto está lleno de tarados. A ver si por lo menos esto nos sirve para empezar de nuevo. Que se vayan todos esos ladrones que están en la Asociación del Fútbol Argentino (AFA), que se vaya el boludo de Sampaoli, que se vayan todos estos veteranos que siguen currando acá en la selección y empecemos de nuevo. Ya está, que empecemos de nuevo. Ojalá que empecemos de nuevo. Pero uy, mirá el pase que le puso Messi. Uy, el Kun la cabecea

Cuatro a tres. ¡Vamos, chicos, vamos! Estamos ahí, volvimos, se ve que somos argentinos. Vamos, muchachos, un golcito, qué les cuesta un golcito. Todavía faltan dos minutos, un golcito y entramos, empatamos y después los pasamos por encima, vamos, muchachos, qué les cuesta, vamos. Vamos que podemos, vamos que son franceses, vamos, vamos.

Casi, carajo, casi casi. Esa pelota entraba, hermano, entraba, mirá si entraba esa pelota. Les empatábamos y los pasábamos por encima, si ya estaban muertos los franchutes. Qué mala suerte, siempre tenemos mala suerte. Imaginate si esa pelota entraba, ahí al final. Sí, ya sé, no entró. Es cierto que no entró, pero imaginate lo que hubiera sido eso. Mejor imaginate que sí entró, lo que estaríamos diciendo: qué impresionante la Argentina, ese fuego sagrado, peleándola hasta el último segundo, nunca dando nada por perdido y ganando, por vergüenza, qué monstruos estos jugadores que la siguieron cuando parecía que ya no había más nada que hacer pero ellos creyeron y lo consiguieron, qué grande la Argentina.

Hubiera sido lindo, ¿no? En una de esas podemos vivir en ese mundo imaginario. O, mejor dicho, seguir en ese mundo imaginario, en nuestro mundo. O, si no, en el mundo real, empezar a hinchar por Uruguay. Al final, eso es lo que nos queda, bó: ahora somos todos uruguayos. ¡Vamo’, Lucho, carajo, que usté puede!

Martín Caparrós es periodista y novelista argentino. Sus libros más recientes son El hambre y Echeverría. Vive en España y es colaborador regular de The New York Times en Español.

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