El nuevo proceso de atención a la salud

La industria de la atención a la salud ha cambiado de manera espectacular en las últimas décadas. La investigación y el desarrollo han dado lugar a tratamientos impresionantes, diagnósticos precisos y un acervo de conocimientos que crece con rapidez. Las especialidades y los proveedores médicos han proliferado. Los gobiernos y los aseguradores se han convertido en actores poderosos, y los pacientes se han vuelto consumidores vocales y participativos, dispuestos a buscar mejores opciones aun si ello supone viajar al extranjero.

No obstante, a medida que la atención a la salud se ha hecho más efectiva, también se ha vuelto más compleja y costosa. La población en crecimiento y la que envejece pone cada vez más presión sobre sistemas de salud que ya se están doblegando con la carga de enfermedades crónicas como el cáncer y la diabetes. El Instituto de Medicina estima que tan solo en los Estados Unidos, alrededor de 750 mil millones de dólares al año – aproximadamente el 30% del gasto total en atención a la salud – “se desperdician en servicios innecesarios, costos administrativos excesivos, fraudes y otros problemas”. Si queremos garantizar que la atención a la salud siga siendo asequible y ampliamente accesible para las generaciones futuras, debemos replantearnos radicalmente la forma en que la proveemos y la administramos.

Es esencial que los servicios de salud estén conectados. Para los profesionales de la medicina debe resultar fácil compartir datos pertinentes con sus colegas de todo el mundo. Los dispositivos y sistemas médicos de los hospitales deberían poder combinar fuentes múltiples de información. Una nueva generación de tecnología de consumo, como sensores que se pueden llevar puestos, podrían alertar automáticamente a los médicos sobre problemas de salud potenciales antes de que se conviertan en sucesos serios. Aunque tales innovaciones deben enfrentarse a desafíos como la compatibilidad de los sistemas y la necesidad de proteger la privacidad de los pacientes, la integración de Internet en las industrias de los viajes y la banca muestra lo que se puede hacer.

En efecto, la atención a la salud conectada ya se está volviendo realidad. Philips, por ejemplo, ha desarrollado una tecnología que permite a los médicos compartir datos sobre una biopsia de cáncer de próstata con colegas de todo el mundo. Antes, la biopsia solo podía compartirse físicamente, lo que dificultaba el diagnóstico del tipo exacto de cáncer de próstata. Como resultado, los cirujanos y pacientes pueden haber optado por la cirugía invasiva solo para no correr riesgos. Actualmente, los equipos de médicos de todo el mundo tienen una herramienta adicional que les permite trabajar juntos para obtener diagnósticos más precisos y mejores planes de tratamiento para cada paciente.

La experiencia de atención de salud para el paciente se transformará, de modo que una mejor prevención, diagnósticos más rápidos, estadías más cortas en los hospitales y una vida independiente más larga se convertirán en la norma. Si los pacientes deben regresar al hospital, traerán consigo datos útiles capturados por los dispositivos portátiles sobre la evolución de sus signos vitales. Pueden seguir dando seguimiento a sus tratamientos y los datos se pueden integrar con los registros médicos para obtener una visión de largo plazo de su salud, en lugar de una foto instantánea episódica del día de su visita al médico. Con un acceso permanente a la asesoría y apoyo médico, los pacientes estarán en mejores condiciones de administrar su propio bienestar físico.

La atención a la salud conectada también pude facilitar tratamientos que salven las vidas de más personas, sobre todo en países en desarrollo y zonas rurales. En Indonesia, que tiene una de las tasas de mortalidad infantil más elevadas del mundo, las parteras de la zona rural de Medan reúnen información sobre las mujeres embarazadas con una aplicación móvil. Obstetras y ginecólogos que están en otra parte analizan los datos, lo que permite identificar y dar tratamiento rápido a las mujeres que tienen alto riesgo de enfermarse. En Uganda, las parteras de los centros de salud de los pueblos envían ecografías comprimidas a especialistas en lugares distantes y de ese modo duplican el número de partos atendidos por un trabajador de la salud capacitado.

A nivel más amplio, la tecnología de la salud conectada hará que converjan los mercados de atención a la salud profesional y de consumo. Esto creará un proceso que empiece con una atención al estilo de vida saludable y la prevención, empodere a los consumidores para adoptar el control de su propia salud y permita a los países mejorar el bienestar general de sus ciudadanos. El proceso pasará entonces a diagnósticos definitivos, tratamientos muy poco invasivos optimizados en cuanto a calidad y costo y, por último, a la recuperación y la atención en casa, de forma que la atención médica pase lo más pronto posible a un ambiente que no sea de hospital más cómodo y rentable.

Los gobiernos, las aseguradoras, los profesionales de la medicina, los pacientes y los proveedores de cuidados médicos deben trabajar juntos para garantizar que la transición a este sistema de salud se administre adecuadamente, para que se pueda ampliar el acceso y se logren mejorar los resultados y la productividad. Juntos tenemos la oportunidad de mejorar las vidas de miles de millones de personas, crear sociedades más sanas, ahorrar costos e impulsar el crecimiento económico.

Frans van Houten is Chief Executive Officer of Royal Philips. Traducción de Kena Nequiz.

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