El pensamiento de Joan Maragall

1.Este año se celebra el centenario de la muerte del gran poeta Joan Maragall; el año próximo se conmemorarán los 150 años de su nacimiento. Ahora hace treinta años que emprendí la aventura de internarme en lo que terminaría siendo El pensamiento de Joan Maragall, un texto que me tradujo al catalán el hijo menor del poeta, Jordi Maragall, padre de una familia extensa (que incluye a Pasqual Maragall, el que fue alcalde de Barcelona y presidentde la Generalitat de Cataluña).

Tuve el honor de vivir una honda relación de amistad con Jordi Maragall, que añadió a la traducción un importante prólogo a mi texto, y con el que compartí una experiencia de diálogo en un pequeño volumen de una serie barcelonesa (Dialegs de Barcelona). Era además amigo íntimo de Pep Calsamiglia, a quien dediqué mi libro. Discutí con Pep y con Jordi mi acercamiento al poeta. En cierto modo mi libro, del que soy únicamente responsable, se fue gestando en esos interesantes y añorados encuentros.

Estos días, en el Círculo Ecuestre de Barcelona, tiene lugar un ciclo de siete intervenciones (una de ellas, de Pere Maragall, hijo de Jordi) centrado en el vínculo entre el pensamiento latente de este poeta, que en ese libro mío intenté descubrir y expresar, y mis propias orientaciones filosóficas. Se trata en este seminario de detectar la encrucijada filosófica en que me encontraba cuando abordé esa empresa: la de adentrarme en el mundo poético de Joan Maragall con el fin de extraer su destilado filosófico. El ciclo ha sido coordinado e impulsado por mi amiga Miriam Tey, editora.

Hacía ya mucho tiempo que ese libro mío se me había perdido en el olvido. Nacido a la vez que Lo bello y lo siniestro, a modo de hermano gemelo salido de la misma matriz, tuvo una andadura mucho menos afortunada que el de su compañero fraterno. Lo bello y lo siniestro fue, desde el principio, uno de mis libros mejor acogidos por público y crítica. Obtuvo premios, reediciones constantes, buenas recensiones. Quizá solo el anterior Tratado de la pasión o el posterior El canto de las sirenaslograron una recepción equiparable.

Por el contrario, el libro sobre Maragall, en el que pueden adivinarse las mismas ideas, temas y motivos que en Lo bello y lo siniestro, solo que modulados en un diálogo, creo que fecundo, con el autor del Cant Espiritual y de la Odanova a Barcelona, no rebasó el coto estricto de la cultura catalana, y aun dentro de ella apenas halló la comprensión y la empatía esperadas.

Tuvo una recepción indiferente, o claramente hostil, en ciertos sectores imbuidos de celo sociológico que habían entronizado el cliché de un Maragall juvenil, rebelde y modernista, frente a un Maragall maduro, aburguesado y reconciliado con los poderes fácticos.

Recuerdo una recensión llena de invectivas gratuitas que ocupaba más espacio textual que el motivo de sus agravios, un texto llamado «La Catalunya-ciudad» que añadí, a modo de segunda parte, a la edición en español del libro. Agradecí tal derroche de papel impreso para comentar un libro que el autor de la reseña aborrecía. Era un intento cabal de juicio sumarísimo de mi escrito.

2. En los últimos tiempos este tema —el pensamiento implícito en la poesía y en los artículos de prensa de Joan Maragall— ha sido visitado, de manera excelente, por algunos estudiosos. Quiero citar sobre todo la tesis doctoral, presentada en la Facultad de Humanidades de la Universidad Pompeu Fabra, de Ignasi Moreta, centrada en el pensamiento religioso de Joan Maragall.

El caballo de batalla de mi interpretación radica en la inflexión, en la poesía y prosa de sus últimos años, hacia un horizonte espiritual más amplio. El tema Tiempo y Eternidad se vuelve preponderante. La ética alcanza estatuto maduro en su reflexión sobre la alteridad, la culpa y la responsabilidad. Y se intensifica el compromiso cívico.

En esos cuatro años hay centelleos que parecen sugerir el presentimiento del fin. Pero se trata, posiblemente, de un nuevo comienzo que se truncó con la muerte prematura del poeta.

El impresionante Cant espiritual, relatado en forma de oración, se inicia con grandes interrogaciones sobre la naturaleza de «la otra vida». Pide el poeta unos «ojos más grandes» para poder ver, tras la muerte, este mismo mundo, solo que transfigurado. Cuando, con la muerte, sobrevenga un «nuevo nacimiento» que el poema demanda, espera ver este mismo mundo, tan hermoso, pero cobijado bajo la especie de lo eterno. Se pide sobre todo la revocación del pacto fáustico. No se trata de entregar el alma al diablo cuando a un instante-eternidad intenso se le dice: «Detente, ¡eres tan hermoso!». ¿Cómo puede el poeta elegir un instante, si su deseo consiste en eternizar los muchos momentos de intensidad de su vida? El poeta de los presentimientos afirma en este poema, y en otros importantes textos de la misma época, la experiencia de vislumbre de lo Eterno que ha experimentado en su paso por la Tierra.

3. En mi ensayo pongo las bases conceptuales para una interpretación de ese poema, pero me sitúo en el umbral de esa exégesis. De hecho es el libro Sèquencies, en especial algunos de sus poemas, el que analizo e interpreto. En relación con el Cant espiritual,traducido al francés por Albert Camus, no llego a adentrarme en los entresijos de ese gran poema. El libro, leído hoy, es un boceto, un esbozo; un dibujo de lo que podría ser un verdadero lienzo. En su mismo carácter de fragmento tiene su plena justificación.

No quitaría una letra a mi interpretación. Pero si alguna vez se planteara una reedición me encantaría añadir algunas páginas que redondeasen lo que al final del libro se abre de forma intensa. En especial, la interpretación de los temas mayores del Cant espiritual.

En estas jornadas del Círculo Ecuestre los acercamientos a Maragall y a mi libro me han dado estímulos e ideas para afrontar, alguna vez, la posible consumación de ese proyecto. En las intervenciones del seminario se me han revelado aspectos que no conocía. La encrucijada de mi pensamiento, formulada en vivo en las ideas expuestas en el libro, sirve de entretejido textual e ideológico del encuentro con la poesía y prosa maragalliana. Un ejemplo muy claro de lo que he definido como «pensar en compañía».

4. Maragall es todavía un personaje desconocido en la propia Cataluña y en España. Quizá falta algo siempre necesario, que en nuestras latitudes es infrecuente: una auténtica biografía, que incluya también su trayectoria intelectual, pero que no huya de aspectos polémicos que puede presentar la vida de este poeta.

Una biografía sincera y verdadera, amplia, compleja, fruto de una dedicación a la vez erudita y amistosa, sería quizá la mejor demanda que pudiera hacerse —en este año de efeméride maragalliana— para que podamos al fin comprender y gozar el relato de la trayectoria y del entorno familiar y social, así como del tiempo histórico en que este gran poeta vivió y se extinguió.

Eugenio Trías Sagnier,  catedrático de Filosofía de la Universidad Pompeu Fabra.

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