El problema de la alfabetización de Pakistán

El problema de la alfabetización de Pakistán

En todos los países, la alfabetización ha sido esencial para respaldar un amplio rango de objetivos sociales y de desarrollo, desde la participación política hasta los buenos resultados en materia de salud. Entre las madres alfabetizadas, las tasas de mortalidad infantil caen significativamente. Los niños provenientes de zonas de baja alfabetización, por el contrario, no sólo tienen peores resultados en la escuela y, por ende, menos oportunidades económicas, sino que también tienen expectativas de vida mucho más bajas que sus pares en zonas con una alfabetización alta.

Sin embargo, en Pakistán, el impulso de la alfabetización siempre ha sido relegado, inclusive en comparación con otros objetivos educativos como mejorar la transición de la escuela primaria a la secundaria. Como resultado de ello, la tasa promedio de alfabetización del país ha fluctuado entre el 57% y el 60% en los últimos diez años, muy por debajo del promedio regional del 67%. Pakistán tiene la segunda tasa más baja de alfabetización en el sur de Asia después de Afganistán, y en alfabetización adulta se posiciona en el lugar 150 entre 188 países en todo el mundo.

También existen importantes disparidades de género: la tasa de alfabetización para los hombres paquistaníes es del 68%, comparado con el 45% para las mujeres. De la misma manera, existe una brecha asombrosa entre las zonas urbanas y rurales, que tienen tasas de alfabetización del 74% y del 46% respectivamente. Es más, Afganistán y Pakistán son los dos únicos países en la región donde la disparidad persiste entre las generaciones más jóvenes, lo que indica que es poco probable que la alfabetización general mejore significativamente en el futuro cercano.

La razón no es difícil de identificar: el gobierno de Pakistán no invierte en alfabetización. Según una estimación, el país introdujo unos 15 programas de alfabetización importantes de 1947 a 2005, pero la mayoría se interrumpieron antes de su finalización, debido a cambios en el gobierno o a restricciones de financiación. El gasto público en alfabetización de adultos (ALE por su sigla en inglés) en Pakistán representó apenas el 0-0,4% del gasto total en educación en 2009-14.

En verdad, en ese período –cuando Pakistán debería haber estado trabajando para alcanzar el objetivo Educación para Todos de la UNESCO, fijado en 2000, de reducir el analfabetismo a la mitad en 2015-, el gasto público del país en alfabetización de adultos decayó. Pakistán no es el único en sus luchas: la mayoría de los países no hicieron pasos significativos en cuanto a la alfabetización de adultos. Pero, en algunas mediciones, como la paridad de género, Pakistán ha sido superado en exceso por otros países del sur de Asia.

Por ejemplo, la tasa de alfabetización general en Bangladesh aumentó del 46% en 2007 al 73% en 2017. El país también ha hecho mejoras importantes en materia de paridad de género desde 2000, continuando el progreso que hizo en los diez años previos. El año pasado, Bangladesh cumplió con tres criterios de elegibilidad –inclusive “activos humanos”, que incluyen la alfabetización- para graduarse de la lista de Países Menos Desarrollados de las Naciones Unidas. (La promoción a condición de país en desarrollo está prevista para 2024).

Bangladesh debe este progreso en gran medida a alianzas público-privadas efectivas. Por ejemplo, la Oficina de Educación No Formal (BNFE) está implementado un programa de alfabetización en cooperación con más de 300 ONGs nacionales e internacionales contratadas. La Campaña por la Educación Popular, una red nacional de ONGs, recoge datos sobre grupos analfabetos y marginalizados que, a su vez, influyen en las políticas. Y Bangladesh es uno entre un puñado de países que han establecido un sistema de información de gestión educativa no formal, que ofrece datos confiables sobre los servicios de la BNFE, los proveedores de servicios, los beneficiarios y otros temas relevantes.

La India también ha hecho progresos, al haber aumentado su tasa de alfabetización adulta (más de 15 años de edad) del 61% en 2001 al 69% en 2011. Y el país está bien encaminado para mejorar aún más la alfabetización como resultado de iniciativas como la Misión Saakshar Bharat, un programa de alfabetización nacional patrocinado por el gobierno y focalizado en las mujeres, creado en 2009. (En 2011, la tasa de alfabetización femenina general de la India era de apenas el 65%, comparado con el 82% de los hombres). Las zonas rurales, donde la alfabetización suele estar por debajo del 50%, también son una alta prioridad.

Para maximizar el impacto de la misión, se desarrollan materiales educativos en consulta con los propios educandos. Luego son analizados por el Comité de Garantía de Seguridad en reuniones de revisión nacionales, probados en el terreno, revisados para reflejar las lecciones aprendidas y estandarizados. Para impedir una recaída, la misión también incluye la creación de bibliotecas y salas de lectura. Entre 2009 y 2012, la Autoridad de la Misión de Alfabetización Nacional dio certificados a más de 14 millones de adultos indios por su desempeño en lectura, escritura y aritmética.

En la región más amplia, también podemos analizar el caso de Irán, donde la tasa de alfabetización se triplicó de 1966 a 2006. Esto refleja un compromiso de alto nivel: en 1979, el ayatollah Ruhollah Khomeini, el líder de la Revolución Iraní y fundador de la República Islámica, llamó a sus compatriotas a “levantarse contra el analfabetismo de una manera decisiva”.

Por orden de Khomeini, se creó la Organización del Movimiento de Alfabetización (LMO por su sigla en inglés) para impulsar el progreso. A la LMO, que recibió el Premio Confucio de Alfabetización de la UNESCO en 2018, se le otorga el crédito de haber abierto miles de centros de aprendizaje comunitarios en todo Irán. Sus otras alternativas incluyen un programa que alienta a los estudiantes a ayudar a sus padres a alfabetizarse y, más recientemente, la aplicación móvil Familia Saludable, que ofrece a los iraníes poco alfabetizados y semialfabetizados lecciones sobre salud, nutrición y ahorro de agua.

Pakistán, de la misma manera, debe transformar la alfabetización en una máxima prioridad e implementar un programa nacional que tenga en cuenta a la sociedad multiétnica y multilingüe del país. Un programa de esas características también debería ofrecerles a los ciudadanos recientemente alfabetizados oportunidades de aprendizaje continuo para mantener los logros.

En enero pasado, el ministro de Educación, Shafqat Mahmood, anunció una iniciativa de alfabetización nacional, con el objetivo de impulsar la alfabetización por lo menos un 12% en cuatro años. Pero desde entonces se ha avanzado poco. Para fomentar el progreso, se les debería solicitar a las organizaciones de investigación que ofrezcan a los responsables de las políticas datos integrales y análisis basado en evidencia, así como apoyo técnico para el desarrollo del programa.

Los vecinos de Pakistán han demostrado que la alfabetización se puede mejorar considerablemente, inclusive en circunstancias difíciles. Eso exige compromiso, planificación y recursos. Pero, dados los enormes beneficios de la alfabetización universal, hay pocas inversiones que valgan más la pena.

Zara Kayani, a former fellow at the Institute of Social and Policy Sciences (I-SAPS), is a researcher in Islamabad, Pakistan.

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