El último frente: los abogados de ETA

Hacía años que no se celebraba un macrojuicio contra el entorno de ETA como el que ha tenido lugar en la sala de vistas de San Fernando de Henares (Madrid) contra los integrantes del colectivo de presos de ETA. Posiblemente el segundo con mayor número de acusados después del gran macrojuicio del sumario 18/98 que sirvió para demoler los cimientos de ETA y todo su entramado en los años 2006 y 2007. Esta vez ha sido el frente de abogados de ETA y sus estructuras recaudadoras de fondos para los asesinos.

Los 245 presos de ETA en las cárceles españolas y francesas junto con los más de 60 huidos de la justicia en países principalmente americanos, son el último reducto de ETA que le sirve para presionar al Gobierno de España en sus históricas reivindicaciones de acercamiento de los asesinos al País Vasco. La independencia del País Vasco y Navarra es una batalla que ya han perdido muy a pesar nuestra y sobre todo de nuestros familiares asesinados a lo largo de 50 años de historia de terror.

Anteayer en la Audiencia Nacional se ha logrado dar un duro golpe al colectivo de presos de ETA, también llamado EPPK. Hay que agradecer a la Guardia Civil y al Ministerio Fiscal, representado por Miguel Ángel Carballo y la asociación Dignidad y Justicia, quienes hemos investigado y trabajado hasta el final de este proceso. La AVT también asistió al juicio.

El EPPK, a través de su entramado de estructuras: Herrira, Colectivo de Abogados, Etxerat, KT, KG y Jaiki Hadi tenían una función concreta y asumían funciones de recaudación de fondos para dar asistencia jurídica -cientos de miles de euros al año-, asistencia social, médica así como la responsabilidad sobre los actos de homenaje y bienvenida, Ongi etorris, y movilización a favor de los presos asesinos. Siempre se ha sabido que la cúpula de ETA fue dirigida por el colectivo de abogados de la organización terrorista y, en este juicio, una de sus jefes, Arantxa Zulueta, lo ha reconocido en vista pública. Es cierto que existen otros jefes de ETA que bajo la apariencia de una toga continúan en activo moviendo los hilos de los estertores de ETA, algo que perseguiremos algunos hasta conseguir llevarlos también a juicio.

Con este juicio no solo se ha logrado condenar a la última estructura de la trama civil de ETA, sino que casi 20 de los acusados dejarán de cobrar de la administración pública, pues hoy, muchos de ellos, son personal de administraciones locales gobernadas por los herederos de Batasuna, hoy encarnados por Bildu.

Desde la declaración de ilicitud de actividades de Gestoras Pro Amnistía en 2001, de Askatasuna en 2002 y la posterior ilegalización de ambas organizaciones en 2008, el frente de cárceles de ETA no había contado con una organización de masas como referente organizativo que dinamizara las reivindicaciones a favor de los presos asesinos, viéndose obligada a utilizar organizaciones pantalla como Etxerat o eufemismos como el Movimiento Pro Amnistía. Es cuando entró en el juego Herrira, sucesora por tanto de Askatasuna, cuya formación fue anunciada públicamente en febrero de 2012, creada por ETA con el objetivo de "salir de la clandestinidad". Herrira movilizaba a la sociedad batasuna y nacionalista con una falsa apariencia de ser un movimiento creado por la sociedad vasca.

La historia y el relato de los asesinatos de ETA a lo largo de estas cinco décadas debe contarse como una eliminación sistemática de la población no batasuna ni acorde con los postulados de ETA en el País Vasco. ETA era una organización terrorista abrigada por satélite, un entramado de colectivos -uno de ellos el de abogados-, empresas, asociaciones, prensa y fundaciones que amparaban, financiaban y justificaban el asesinato o los crímenes contra la humanidad que se estaban cometiendo. Es una historia de asesinatos donde nuestros familiares pusieron las nucas, donde los "siervos y lacayos" de ETA ejecutaban los asesinatos y "pringaban" en las cárceles y donde sus jefes que daban las órdenes de los atentados salían indemnes o incluso se vestían con la toga para aparentar falsamente ser lo que no eran.

Sin embargo, nunca deberíamos escribir el relato de ETA en ningún libro de enseñanza mientras existan 379 asesinatos sin resolver, sin justicia alguna desde hace muchos años. No podemos permitir que casi la mitad de los asesinatos de ETA se diluyan y olviden en el tiempo porque la organización terrorista decidió hace ocho años dejar de matar. Aún hoy continúan activos muchos tentáculos de la organización terrorista, quienes, desde una violencia sin asesinato, continúan recaudando de forma ilegal para el acomodo de los presos de ETA, acechando, extorsionando, coaccionando a los que defienden España y cometiendo kale borroka a través de organizaciones como Sare, Ernai y todo el KT o núcleo duro de abogados en Francia. Dinámicas de ETA que continúan vivas como el denominado Alde hemendik -Fuera de aquí- que a lo largo de todo el año presionan y coaccionan para expulsar a Guardia Civil o Policía Nacional en el País Vasco y Navarra. Actos de homenaje continuados a los presos de ETA cuando salen de las cárceles para recibirles como héroes son otro ejemplo de que el germen del terror aún no se ha extirpado.

Por todo ello, todos los demócratas debemos sumar en una España unida. PP, Ciudadanos y Vox deben unirse en una gran coalición por la defensa de nuestro país, no solo en el País Vasco, sino en Cataluña y otros tantos lugares de nuestro país. Se deben dejar los egos de cada líder a un lado y pensar en el futuro de nuestros hijos ya que el PSOE está haciendo un flaco favor a una España unida amigando con Bildu en Navarra o codeándose con Podemos para un gobierno nacional. Incluso, ante posibles indultos a los acusados de romper Cataluña, España debe unirse. Los acusados de Herrira, es decir, de ETA, han recibido el apoyo expreso de los futuros socios de Sánchez, presidente en funciones, lo que es un mal augurio para nuestro futuro. Estaremos siempre atentos.

Daniel Portero es diputado del Partido Popular en la Asamblea de la Comunidad de Madrid y presidente de Dignidad y Justicia.

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