El viaje del renminbi hacia el mundo

Recientemente, el Banco HSBC publicó un estudio optimista en el que predecía que en algún momento de este año la divisa de China, el renminbi (RMB), llegaría a ser una de las tres divisas mundiales para la liquidación de transacciones (junto con el dólar y el euro). Parece que la internacionalización del RMB ha ido avanzando sin que nadie lo advirtiera. Las principales cuestiones pendientes se refieren a si el RMB llegará a ser una importante divisa internacional en poco tiempo y si está destinado a representar un desafío considerable al dominio del sistema monetario internacional por parte del dólar.

Una divisa internacional es la que se utiliza y se mantiene allende las fronteras de su país emisor y desempeña el papel de unidad de cuenta, medio de cambio y reserva de valor tanto para residentes como para no residentes. Desde luego, China puede obtener muchos posibles beneficios de la internacionalización del RMB:

  • la eliminación de los riesgos por tipo de cambio a que están expuestas las empresas chinas;
  • una mayor eficiencia financiera para las entidades financieras chinas, con lo que se fortalecería su competitividad en los mercados financieros mundiales;
  • un impulso al comercio de China con sus vecinos, gracias a la reducción de los costos de transacción;
  • una menor necesidad de que China cuente con activos en dólares de los EE.UU. y se arriesgue a tener pérdidas con las reservas de divisas extranjeras del país;
  • la posible posición como una de las más importantes divisas de reserva del mundo, lo que brindaría a China más libertad de movimiento en materia de política económica nacional e internacional.

El entusiasmo de China por la internacionalización del RMB desde 2009 refleja en parte su frustración por la falta de avances en la reforma de la estructura financiera internacional y por el estado de la cooperación financiera regional. Los funcionarios chinos creen que la internacionalización del RMB es una forma de que China pueda fijar su programación sin verse excesivamente limitada por condiciones exteriores ante las cuales estaría inerme.

Hasta ahora, China ha logrado importantes avances en la utilización del RMB como divisa para la liquidación de las transacciones, en la emisión de bonos denominados en RMB y en la firma de acuerdos de canje de divisas con bancos centrales extranjeros. Los depósitos de RMB en Hong Kong están aumentando exponencialmente.

Sin embargo y pese a esos logros, la internacionalización del RMB aún podría fácilmente salir mal. Por ejemplo, se han facilitado diversos incentivos para alentar a las empresas a fin de que utilicen el RMB para la liquidación de las transacciones, pero, con un tipo de cambio infravalorado y grandes posibilidades de que el RMB se aprecie en el futuro, los importadores extranjeros de productos chinos se niegan a utilizar el RMB para liquidar las transacciones, mientras que los exportadores extranjeros aceptan con mucho gusto el RMB. A consecuencia de ello, aun con la misma balanza comercial, China acaba acumulando más reservas en divisas extranjeras, aun cuando la utilización del RMB como divisa para la liquidación de las transacciones debería reducir su acumulación.

De hecho, hasta ahora la internacionalización del RMB ha mostrado una clara tónica de asimetría... y no sólo como divisa para la liquidación de las transacciones correspondientes a las importaciones de China, pero no en el caso de las exportaciones. Los bonos denominadoa en RMB son objeto de una fuerte demanda y, sin embargo, los no residentes no tienen un gran incentivo para emitirlos y, si bien los prestadores extranjeros tienen mucho gusto en conceder préstamos en RMB, no así los prestatarios extranjeros. En vista de las grandes posibilidades de apreciación del RMB, la internacionalización propiciará inevitablemente un grave desajuste en materia de divisas, con consecuencias posiblemente perjudiciales para China.

Un problema mucho mayor para la internacionalización del RMB es lo que representa para los controles de capitales de China. Aunque la internacionalización de una divisa no equivale a una liberalización de la cuenta de capital, el grado de internacionalización está condicionado a la liberalización de dicha cuenta. En realidad, la internacionalización del RMB ha abierto un nuevo agujero en la muralla de los controles de capitales de China. El gran aumento de los depósitos en RMB en Hong Kong es un ejemplo de ello.

Cuando una divisa experimenta un largo proceso de apreciación en una sola dirección, el capital especulativo encaminado al arbitraje en materia de tipos de cambio ha de buscar por fuerza todas las posibilidades de afluir. El dinero especulativo aumentará la presión en pro de la apreciación de la divisa y complicará la gestión macroeconómica. Al final, la recogida de beneficios por parte de los especuladores provocará unas pérdidas enormes de bienestar al país receptor, en este caso China.

El temor al dinero especulativo fue la razón principal por la que China se negó a poner fin a la vinculación del RMB con el dólar hasta julio de 2005. Si bien China decidió permitir que el RMB se apreciara gradualmente después, ha contado con los controles de capitales para impedir que afluyera el dinero especulativo. Desde luego, los controles tienen lagunas, pero han funcionado (hasta ahora), razón por la cual China ha mantenido eficazmente la estabilidad macroeconómica a lo largo de los años.

El objetivo principal de los controles de capitales de China es el de impedir que los no residentes cuenten con activos nacionales denominados en RMB que no tengan relación con el comercio y las entradas de capitales a largo plazo, pero la internacionalización del RMB alienta a los no residentes a conservar más RMB y más depósitos denominados en RMB. A consecuencia de la internacionalización del RMB, los depósitos en RMB de los que son titulares residentes en Hong Kong han alcanzado la cantidad de 370.000 millones de RMB (57.000 millones de dólares) y podrían llegar a ser un billón de RMB al final de este año.

Podríamos preguntarnos qué diferencia hay entre el dinero especulativo y los depósitos en RMB poseídos por no residentes. La respuesta depende de la razón por que tengan éstos para poseerlos. La atracción del RMB ha de deberse a la fortaleza de los elementos económicos fundamentales y a la fe en su economía. Si se debe a las esperanzas de una apreciación del RMB, el éxito de la internacionalización del RMB puede quedar anulado fácilmente y la operación causará más problemas, que la autoridad monetaria de China habrá de resolver en el futuro.

Afortunadamente, la autoridad monetaria de China ya ha advertido la sutil distinción entre demanda legítima de activos denominados en RMB y dinero especulativo. Eso significa que el ritmo de la internacionalización del RMB podría resultar más pausado de lo que han esperado los inversores internacionales.

Si bien la internacionalización del RMB es necesaria (e inevitable), debe estar regida por los principios del mercado y se debe aplicar con prudencia. Resulta decisivo que se haga adecuadamente la serie de ajustes normativos. En cualquier caso, la vía del RMB con vistas a pasar a ser una divisa verdaderamente internacional se anuncia accidentada.

Por Yu Yongding, ex miembro del Comité de Política Monetaria del Banco Popular de China y ex director del Instituto de Economía y Política Mundiales de la Academia de Ciencias de China. Actualmente presidente de  la Sociedad de Economía Mundial de China. Traducido del inglés por Carlos Manzano.

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