El voto de Ciudadanos, por si no ha quedado claro

El pasado jueves, 28 de julio, Día de las Instituciones de Cantabria, mantuve varias conversaciones en Reocín con dirigentes del PP que me dejaron ojiplático, incluso conmocionado. Les fui rebatiendo, uno a uno, sus planteamientos -en ocasiones exigencias expuestas con una vehemencia inusual-, pero ni hubo tiempo, ni era el momento ni el lugar de extenderme. Y me quedé con las ganas, y a mí las ganas no satisfechas siempre me han corroído. Aquí van sus comentarios y mi desahogo.

-No podéis mantener el bloqueo a Rajoy. Tenéis que apoyar su candidatura por el bien de España.

-Pues miren ustedes, no. En primer lugar, nosotros ya hemos cambiado el sentido de nuestras intenciones iniciales y hemos pasado del "no" a la abstención, siendo el único partido que por responsabilidad con la gobernabilidad ha movido ficha. Repito, porque parece que no ha quedado claro: el único partido que ha movido ficha. Si el PSOE realizara un movimiento similar, la candidatura del señor Rajoy saldría adelante.

En segundo lugar, aunque nuestro voto fuese afirmativo, la suma seguiría sin ser suficiente. Repito, porque parece que no ha quedado claro: no sumamos lo necesario y, por tanto, sigue estando en manos del PSOE la llave de la tan ansiada gobernabilidad.

Y en tercer lugar, no podemos votar que "sí" al candidato del PP porque ni es nuestro proyecto ni es el candidato ideal; es más, creemos que Rajoy representa todo aquello que -tanto nosotros como la gran mayoría de nuestros votantes- hemos venido a cambiar: inmovilismo, corrupción, insensibilidad, capitalismo de amiguetes, clientelismo, ausencia de reformas y regeneración... Y a pesar de todo esto, en segunda votación, para desbloquear esta situación intolerable -y ahora hablo de manera particular-, tapándome la nariz, le daré al botón de mi escaño que anuncia la abstención. Repito, por si no ha quedado claro: tapándome la nariz.

-Tenéis que pedir la vicepresidencia, tres o cuatro ministerios y plantear un calendario de reformas a Rajoy.

-No, por dos aspectos fundamentales. El primero: no es cuestión de asientos, sino de proyectos, y no vamos a entrar en un gobierno presidido por alguien que, como expliqué en el punto anterior, representa todo aquello que venimos a cambiar. Y el segundo: el señor Rajoy puede firmarnos cualquier documento de reformas y regeneración que le presentemos porque la suma de ambos partidos no es suficiente. Dichas reformas y propuestas de regeneración necesitarían el apoyo de más partidos de la Cámara. O lo que es lo mismo, podríamos presentar reformas que fuesen apoyadas por el PP y que no saliesen adelante por el bloqueo del resto de la Cámara.

Lo ideal, lo que quieren la mayoría de los españoles, es que esas reformas estén apoyadas por los partidos constitucionalistas. Esa suma de 254 escaños es fundamental e imprescindible para aprobar algunas de esas reformas, lo otro es un brindis al sol con vasos de plástico.

-Si vosotros votáis "sí", al PSOE no le quedará otra alternativa que abstenerse en número necesario para que Rajoy sea presidente.

-Pues mire, tampoco. Ni queremos ni debemos ser la excusa del PSOE para facilitar la gobernabilidad del país. El Partido Socialista tendrá que analizar la situación y actuar en consecuencia. Al parecer tienen dos alternativas: la de Felipe González y ciertos barones de abstenerse en segunda votación para permitir -aunque no les guste, aunque no nos guste- que Rajoy forme gobierno; o mantenerse en el "no" y mandarnos a unas terceras elecciones, posibilidad que tampoco contemplan pero que es incompatible con ese "no". Ni contigo ni sin ti tienen mis males remedio. Permítanme que lo repita, el "no" del PSOE nos manda a terceras elecciones, por si no ha quedado claro.

Ojalá hubiésemos tenido más votos y más escaños para poder llevar a cabo nuestras iniciativas y poder lavarle la cara y el alma a esta democracia estancada, de paso lento y cansino, y donde tan a gusto se sienten aquellos que no quieren correr. Pero lo que es contable y no es discutible es que sólo el inmovilismo y la pereza soberbia del PP, más la ausencia de compromiso de Estado del que hace gala el PSOE, pueden llevarnos a la bochornosa situación de ir por tercera vez a elecciones.

El resto es desviar la atención, poner sobre nuestras espaldas responsabilidades que no somos capaces de cumplir por la tozudez de los números y porque lo que estaba en nuestras posibilidades, que era desbloquear la situación pasando del "no" a la abstención, ya está hecho. Lo vuelvo a repetir, ya está hecho, por si no había quedado lo suficientemente claro.

Félix Álvarez, Felisuco, es diputado de Ciudadanos en el Congreso por Cantabria.

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