Elecciones presidenciales en Austria: una historia interminable

El 1 de julio de 2016 es, sin duda, un día para recordar en Austria. El Tribunal Constitucional anuló el resultado de la segunda vuelta de las elecciones presidenciales del 22 de mayo 2016, ganadas por el candidato verde, Alexander van der Bellen, con una ventaja de tan solo 30.863 votos. El tribunal, que había abierto una investigación a petición del partido ultranacionalista, sostiene que no ha detectado manipulación del voto, pero en su sentencia constata irregularidades formales en el proceso electoral.

De hecho, se han detectado anomalías en 77.926 votos, que podrían haber implicado una teórica manipulación del resultado final, motivo suficiente para repetir las elecciones. En su dictamen, los jueces manifiestan que la transparencia de las elecciones es el fundamento de la democracia y, por lo tanto, hay que aplicar e interpretar la ley electoral de la manera más estricta posible. Dicha ley establece claramente que los representantes de los partidos políticos y las autoridades han de estar presentes durante todas las fases del recuento de los votos por correo, una condición que no se ha respetado en todos los casos.

Además, las autoridades abrieron los sobres de los votos por corro e iniciaron el escrutinio antes del plazo establecido, según detalla la sentencia, que pone en duda la tradición local de transmitir los resultados a los medios de comunicación antes del cierre de los colegios electorales. La difusión de estos datos podría influir sobre resultado final. En estas circunstancias, invalidar los comicios solo parcialmente no es una opción viable, dado que conocer el origen de los votos por correo en algo técnicamente imposible.

Los errores administrativos y la negligencias a la hora de aplicar la  ley electoral han generado  una enorme perplejidad en los ciudadanos. Quizá se haya conseguido reforzar la confianza en el Estado de derecho, pero el ganador político de esta batalla jurídica es sin duda el candidato ultranacionalista, Norbert Hofer, que tendrá ante sí otra posibilidad de llegar a ser presidente este otoño.

La próxima campana electoral estará centrada en la migración y las consecuencias europeas de la salida de Reino Unido de la Unión Europea. La ultraderecha austriaca ha advertido de que quiere seguir el ejemplo británico y celebrar un referéndum en el caso de que la Unión Europea no emprenda reformas en el plazo de un año. Esta es una estrategia electoral arriesgada. La integración europea está siendo muy criticada en Austria, pero solo una minoría quiere aventurarse a un viaje al pasado. Una gran parte de la población prefiere una UE fuerte y afrontar los retos europeos de manera unida.

Paul Schmidt es secretario general de la Asociación Austriaca para la Política Europea.

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