Se celebraron las elecciones galas y la sensación es de alivio para demócratas y europeístas partidarios de reforzar la UE. Como españoles, sin duda, las relaciones bilaterales, aun con los contenciosos seculares propios de vecinos, serán mejores que con un Gobierno que quiere, por ejemplo, eliminar a los bi-nacionales (como Valls o como el actual Ministro de Justicia galo o … como yo). Pero en una visión más a largo plazo y global, a los españoles nos afecta como ciudadanos europeos, y nada hubiera sido peor que ver sentarse a un primer Ministro de derecha “dura” nacionalista a lo Petain en el Consejo europeo y a Ministros sectoriales de la misma calaña en los Consejos sectoriales, habida cuenta de que el objetivo del Partido de Le Pen es deshacer la UE, el acervo comunitario, desde dentro. (Algunos lo disfrazan diciendo que quieren volver al Tratado de Niza, es decir una primera etapa para ir hacia atrás en la construcción europea o hacia adelante en su deconstrucción).
Estamos convencidos, es evidentemente opinión personal, que un debilitamiento de la UE, incluso un retraso en su reforzamiento, es sumamente negativo para el futuro de los ciudadanos españoles en estos tiempos de relaciones de poder entre grandes bloques político-continentales. Que la segunda economía de la UE y la única con defensa nuclear jugase a la autarquía recobrada y a la decisión de no compartir soberanía sería un error histórico para todos los europeos, como creemos que ha demostrado la Historia. En ese sentido las consecuencias a corto plazo, cortísimo, de las elecciones francesas son “menos malas” ya que alivian de obstáculos serios a la futura Comisión y al futuro Consejo Europeo en su obligación de reconducir y reforzar la UE en los próximos 5 años, tal vez última oportunidad.
Pero este ha sido en Francia, y para Europa, un primer round, queda el reto de frenar la otra amenaza, la extrema izquierda destructiva y también anti UE, tan peligrosa, o más, como lo fue Varoufakis en Grecia. Pero, sobre todo quedará el round definitivo dentro de un par de años largos, que será cuando se desarrollen las Presidenciales a las que Le Pen, por ahora llega arrasando. Tic tac, tic tac… Si a la UE le pueden quedar cinco años para la regeneración-consolidación, esta posibilidad puede verse truncada con la señora Marine Le Pen como Presidente de la República Francesa. En ello no le faltará la ayuda de Putin y, muy probablemente, Trump. Tic tac, tic tac… Los franceses y el señor Macron el primero, tienen dos años para cambiar la inercia histórica. Pero eso es otra historia de la que ya hablaremos.
Por Enrique Calvet Chambon, ex europarlamentario y Presidente de ULIS.